Desde la perspectiva histórica, esta obra deja un gran hueco en lo que se refiere a la fundación de Mazatlán, y nos abre la posibilidad de llevar a cabo nuevas líneas de investigación, y vertientes históricas, o a menos de que Nuño haya iniciado su conquista del norte del país, de las montañas hacia la costa: Rubén Romero Ibarra Cronista Adjunto de Mazatlán
Por:Ruben Romero Ibarra
La historia oficial cuenta que Nuño muere en 1558 en el Torrejón de Velasco España, encadenado, loco y como un mendigo.
Pero según las indagaciones de esta obra de Martínez Leyva, Beltrán de Guzmán oriundo de Guadalajara, España, fue recibido con honores por los reyes y se le colocó en un buen cargo del reino de España.
Tanto era el aprecio de la reina Juana I y de sus hijos Carlos I y V de Alemania, que Guadalajara, México, fue nombrada así porque el conquistador había nacido ahí.
Rubèn Romero Ibarra
Cronista Adjunto de MaztalánMazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 25 de julio del 2024.- Una concurrida asistencia se dio cita en el Archivo Histórico Municipal de Mazatlán la tarde- noche del pasado martes 23 de julio con la presentación del libro “Yo, Nuño Beltrán de Guzmán “del Autor Sinaloense nacido en San Blas Jesús Javier Martínez Leyva, miembro de la Crónica de Sinaloa AC. En este evento; que atrajo la atención tanto de algunos cronistas como de personas interesadas en la historia de este controvertido personaje, el cual se encargó de conquistar más de un tercio del territorio mexicano y cuyos presentadores fueron Enrique Vega Ayala Cronista Oficial de Mazatlán, Jaime Félix Pico, miembro de la Crónica de Sinaloa y Leopoldo Hernández Ojeda director del Archivo histórico municipal de Mazatlán.
En el marco de esta presentación, surgieron diversos puntos de vista, apreciaciones históricas, cuestionamientos hacia el contenido de la obra, pero, sobre todo, reconocimiento hacia Javier Martínez Leyva, economista de profesión, pero un asiduo estudioso y conocedor de la historia sinaloense.
Esta obra, a través de sus 206 páginas, nos lleva de la mano hurgando en documentos inéditos del Archivo general de las Indias de 1525-1532 y de la Colección de Documentos para la Historia de México, y otros documentos, de manera autobiográfica, y escrito en primera persona por las diversas situaciones por las que Nuño pasó, al avanzar con su conquista del occidente de México.
Adentrándonos en su narrativa, Jesús Javier nos muestra el lado humano del Gobernador de Panuco, Veracruz, quien abrigaba muchos resentimientos por el desprestigio del que fue objeto, acusado por Fray Juan de Zumárraga, primer Obispo de la Ciudad de México y al que se le llamó protector de los indios, el cual lo acusó de graves delitos cometidos en sus incursiones contra los indígenas.
Además, de las diferencias y pugnas con Hernán Cortes, quienes se disputaban las conquistas de vastos territorios, situaciones que dieron como resultado largos juicios de residencia, por deslealtad a los reyes españoles, por pretender establecer su reino propio, dentro de la Nueva España. Lo anterior, muy a pesar de que Nuño era hombre muy bien visto y de los efectos de la Reina Juana I, llamada también “Juana la Loca” y de sus hijos Carlos I y V de Alemania.
En esta obra, podemos apreciar de primera mano, los sueños de Beltrán de Guzmán, como de Hernán Cortes de establecer sus reinos, fe data los distintos pasajes de la historia donde Nuño da muestra de su brutal método de conquista con los indígenas mexicanos, incluso con su propia gente a la que esclavizaba, torturaba y asesinaba, a la menor sospecha de amotinamiento. Así como también, la influencia que ejercía en España el apellido Guzmán, como su sobrino Diego de Guzmán, también hubo religiosos, políticos y escribanos descendientes de Nuño.
Sin embargo, nos llama la atención, que en este libro menciona la fundación de Culiacán, pero no menciona ni por asomo la fundación de Mazatlán, pues según documentos históricos Nuño llegó por primera vez por el lado norte de Nayarit, por el rio de las Cañas al Señorío de Chiametlán, entre el 20 y 31 de enero de 1531, encontrándose con el pueblo totorame, el cual tenia tres centros culturales, Aztatlán, Santixpac y Chiametlán, que era el más grande en donde devasto a la población en el afán de poblar con puros residentes españoles.
Desde la perspectiva histórica, esta obra deja un gran hueco en lo que se refiere a la fundación de Mazatlán, y nos abre la posibilidad de llevar a cabo nuevas líneas de investigación, y vertientes históricas, o a menos de que Nuño haya iniciado su conquista del norte del país, de las montañas hacia la costa. Por el momento nos debemos conformar los mazatlecos respecto a su fundación con los documentos de los escribanos que narran, que el 15 de mayo de 1531, una avanzada de 25 soldados de Nuño Beltrán de Guzmán llegan a este territorio, formado mayormente por esteros, médanos y su extensas playas al cual llaman por primera vez “Las Islas de Mazatlán” de tal manera que Mazatlán era una zona de pesca para los totorames y no había asentamientos humanos porque su centro ceremonial se situaba en Chametla.