Patrimonio Cultural Natural de la ciudad, legado de la creatividad e imaginación del Ingeniero Carlos Murillo Depraect
Por: Jaime Félix Pico
Culiacán, Sinaloa, México, a; 05 de mayo de 2024.- El 29 de diciembre de 1986 el Jardín Botánico de Culiacán abrió sus puertas a la población culiacanense y a todo visitante nacional o extranjero.
El Origen
“Sería muy egoísta de mi parte que yo teniendo el rancho con la colección de plantas de todo el mundo que logré formar durante más de 50 años, después de mi muerte le iban a meter un tractor para vender la tierra y entonces empecé a pensar cómo hacerlo”.
Palabras premonitorias de quien fue el creador del Jardín Botánico de Culiacán, expresadas en una entrevista que le hizo .Carlos Zazueta Manjarrez cuando el ingeniero Murillo tenía el cargo de Director del Jardín, un año a principios del tercer milenio.
El rancho propiedad de Carlos Murillo, en Bachigüalato, Culiacán, es el antecedente del Jardín Botánico; en sus terrenos mantenía una colección de plantas tropicales procedentes de países de todo el mundo que logró gracias a su afición y amor por la naturaleza que le inculcó su madre quien en su casa, ubicada en la calle Juárez casi esquina con avenida Rubí, en Culiacán, contaba con un jardín donde él aprendió a conocer todo el ciclo de vida de las plantas y por supuesto a enriquecer su innata curiosidad por el cuidado del medio ambiente.
Su extensa y rica colección de palmeras la donó para construir el jardín Botánico tal cual se lo imaginó a fin de que no se destruyera cuando él faltara.
Fueron los entonces directivos de El Colegio de Arquitectos que le propusieron al entonces gobernador del estado, don Antonio Toledo Corro (1981-1986) rescatara el terreno de 40 hectáreas ubicado al norte de la ciudad y contiguo a la Ciudad Universitaria que empezaba a construirse para proyectar un Parque Botánico.
Terreno baldío y sin protección constituía un espacio muy atractivo para hacerse de él y destinarlo a vivienda de los maestros universitarios.
EL Proyecto
El proyecto que el Colegio de Arquitectos presentó al gobernador comprendía el Jardín Botánico que ocuparía 10 hectáreas del total del terreno, previamente diseñado por el ingeniero Carlos Murillo Depraect y el resto, o sea, 30 hectáreas para un Parque Ecológico que llevaría el nombre de Colhuacán destinado el esparcimiento de la población. Años después se cedió una parte del terreno para construir el Centro de Ciencias de Sinaloa.
Al final de la junta y refiriéndose al proyecto el gobernador Antonio Toledo Corro expresó: “Muchas gracias jóvenes, está muy bonito el proyecto, pero lo único que voy a hacer es el jardín Botánico”. Expresión que recibió el Ingeniero Carlos Murillo con suma discreción y sin decir media palabra se retiró junto con los arquitectos integrantes del Colegio. Durante la presentación don Carlos permaneció callado sin expresar comentario alguno.
La personalidad del Ingeniero Carlos Murillo Depraect, la describe muy atinadamente el Arquitecto Carlos Ruiz Acosta: ”Este hombre parco en el hablar, austero para todo, terco en sus ideas y vehemente al defenderlas, hizo en su vida, probablemente sin saberlo y si lo supo lo calló, una serie de contribuciones que por sencillas se pierden en el tiempo, pero no menos importantes para el conocimiento y respeto por la naturaleza”.
Su Cercanía con el Gobierno Factor Determinante
En la entrevista don Carlos se confiesa amigo muy cercano al gobernador Toledo Corro, lo conoció en el Club Campestre Chapultepec de Culiacán, mucho antes de que aprobara su proyecto.. Cuenta que caminaban juntos por las mañanas en los corredores del Club y en esas jornadas donde se forjan amistades, se comparten sueños, preferencias y hasta promesas, empezó a hablar de su afición a la botánica, sus inclinaciones por la ecología; aprovechó para hablar de su rancho en Bachigualato donde tenía su colección de plantas tropicales.
Al darse cuenta del interés que mostraba don Antonio por las palmas, quizá pensando en las grandes extensiones de cocoteros de su propiedad en Escuinapa, don Carlos le regaló una planta de Coco de la Isla de Zamoa, un raro ejemplar que se conoce como “Coco Dorado”, preciada joya natural, detalle de amistad que le valió una invitación al rancho Las Cabras y desde ese momento intuyó que había encontrado la forma de preservar su colección de plantas tropicales.
“Le lavé el Coco, con el coco de Zamoa; al gozar de su hospitalidad; durante mi estancia en Las Cabras hubo oportunidad de plantearle mi proyecto”.
El Diseño de un Jardín Botánico Moderno
Pero ¿cómo diseñó usted el Jardín, cómo mostrar la diversidad de plantas? Lo cuestiona Carlos Zazueta, en la entrevista.
Dado que la colección que poseía constaba de miles de plantas tropicales de muy distintas especies, decidió seccionar el terreno para mostrar la diversidad de ecosistemas del mundo de donde provenían las Plantas.
Secciones: Acuática, Selva Tropical Lluviosa, Desierto, Selva baja Caducifolia (regional) y Frutas raras.
Conocedor de las costumbres de la gente, conectó las 5 secciones mediante 2 (dos) kilómetros de calles o andadores, pues la gente aquí le gusta caminar y observar las plantas a la distancia sin acercarse a ellas, todo lo contrario a los Jardines Botánicos más conocidos de México y del mundo, donde el visitante se acerca introduciéndose al terreno.
Las características de su colección, al contar con especímenes de todo el mundo, le dio un perfil de identidad propia al jardín Botánico de Culiacán, con respecto al resto de los que existen en México los cuales se especializan solo en plantas regionales.
“Se trata de que la gente viaje, sueñe, se ilustre y conozca el mundo a través del Jardín” era la propuesta de Carlos Murillo Depraect. “Nuestro Jardín Botánico se distinguirá siempre por ser el único Jardín Botánico en México que exhibe plantas de todo el mundo”.
Exhibir la Colección, su Sueño
Quienes lo visitan y recorren las calles internas podrán apreciar más de 1600 especies de plantas de diversas regiones del planeta entre las que destacan: la gran colección de palmas que inició en su casa paterna y luego en su rancho hasta lograr consolidarla como la colección más importante de México. Especímenes de palma real, talipot, azul, coco plumoso, areca etc. y la espectacular palma que camina “pandamus tornillo” procedente de Asia. y tantas otras.
“Estamos formando la mayor colección de Bambúes de México”.
Decía con orgullo Carlos Murillo Depraect apuntando con su bastón un especimen de Bambú de Burma que se usa en la industria de la construcción en Asia; su diámetro de 30 centímetros, se considera el más grande del mundo, y completaba con firmeza “Sinaloa debe tener sembradíos de bambúes para la construcción como ocurre en China donde gran parte de las viviendas se construyen a base de bambú”.
Colección de Bambúes procedentes de la India, Japón, China, Filipinas, Taiwan, Malasia, África, Colombia, Brasil y México, desde el más grande hasta el más pequeño del mundo que consumen los osos panda en las selvas del norte de China.
La colección de Cycadas, plantas milenarias -de la época de los dinosaurios, comentan los visitantes; de las 185 especies de Cycas, que existen en el mundo, Sinaloa tiene una y está en peligro de extinción, en el Jardín Botánico existe un ejemplar.
Árboles tropicales de gran altura, como los de la familia Ficus, por ejemplo el Banyan, árbol sagrado de la India, Ceibas, árbol sagrado de los mayas, el árbol del papel, los aztecas elaboraban el “amate”, superficie firme sobre la cual se aplican colores naturales y el huanacastle, de gran fronda.
Las plantas acuáticas exóticas como la Victoria Regia de Brasil, de la Amazonia, una planta flotante de dos metros de diámetro que produce una flor blanca y violácea, viven en el estanque mezclados con los coloridos nenúfares y la flor de lirio.
La sección Selva Tropical Lluviosa es un gran atractivo para el visitante que disfruta de una simulación muy bien lograda del ambiente húmedo que se vive en la selva con sus plantas más características: árbol del cacao, del café, la vainilla, orquidea aromática que junto con el chocolate que se produce a base de cacao, son aportes de México a la alimentación en el mundo.
Las plantas del desierto, básicamente cactáceas y opuntias, un buen número de ellas son endémicas de la región. Cuenta con los cactus (stenocereus) con nombre común “Cica” que produce el fruto de la pitaya, que confiere identidad a Sinaloa. También hay muestras de nopal (opuntia) que está en el escudo nacional.
Pero ¿Cómo logró traer a Culiacán las plantas desde el extranjero, conociendo que hay reglas estrictas para introducirlas? Vuelve a cuestionar Carlos Zazueta.
Don Carlos se explaya comentando mil y una maneras ingeniosas para transportarlas sin violar reglas, en eso de las reglas sanitarias -dice- “en el tiempo que inicié la colección en mis viajes por distintos países del mundo, no había aún impedimentos de inspección agrícolas o sanitarios como ahora; el problema era cómo transportarlas arriba del avión sin que se maltrataran, o en pequeñas cajas al interior del equipaje sin que se dañaran. Las semillas menos complicadas de manejar por su tamaño”.
Muchas plantas se consiguen en México, algunas las trajeron amigos, familiares, incluso en la relación institucional con los jardines botánicos de México y de otros estados.
La Administración y Operación
El jardín Botánico desde su creación ocupa, bajo régimen legal de concesión, un terreno propiedad del gobierno del Estado igual que el resto del parque. Al inicio Carlos Murillo en calidad de director formó un grupo de profesionales de la botánica, contrató trabajadores y personal administrativo para operar, complementó la estructura administrativa creando los Departamentos de Investigación Científica, Departamento de Proyectos (diseño de jardines), Departamento Educativo para atender a la población escolar, un invernadero y una Biblioteca especializada, abierta al público.
Para complementar el presupuesto operativo cuyos recursos aporta parcialmente el gobierno del estado y el Ayuntamiento de Culiacán, se formó un Patronato para procurar fondos y completar el gasto de operación que no se cubría con los subsidios gubernamentales.
A propuesta de Carlos Murillo el Patronato que comandaba Rosendo Flores Esquerra y Jorge Hernández Monge, entre otros, en 1993 se transformó en la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa I.A.P., hoy institución responsable de su operación, que ha logrado dar al Jardín una nueva imagen y mantenimiento de las colecciones con gran eficacia. La administración de calidad y eficacia pone al Jardín Botánico en un lugar privilegiado ante los ojos de México y del mundo.
Arte y Arquitectura Contemporánea
Uno de los proyectos emblemáticos impulsados por la Sociedad Botánica, contando con el decidido apoyo de Agustín Coppel, es el proyecto de Arte Contemporáneo instalado dentro de la superficie del jardín Botánico.
En uno de los carteles de información al ingresar al Jardín se lee:
“El proyecto de arte contemporáneo se concibió para embellecer la experiencia de las visitas y para dialogar con las colecciones de plantas. Para tal fin, se invitó al curador mexicano Patrick Charpenel , quien elaboró un proyecto que reúne a 37 artistas internacionales. Los trabajos seleccionados fueron creados especialmente para este espacio, y son reflejo de las inquietudes, los problemas y los modos de vida de los habitantes de la región”.
Este gran proyecto hoy distingue al Jardín Botánico de Culiacán, como primero en México, quizás en el mundo, al combinar la botánica con el arte. Cuenta con 35 esculturas distribuidas entre las secciones del Jardín, entre las que destaca una instalación, suerte de observatorio de luz y color, creación del artista norteamericano James Turruel.
Las instalaciones y edificios que albergan a la administración, pórtico de ingreso, taquilla de cobro, tienda de “souvenirs”, un auditorio, Biblioteca y sala de lectura, servicios sanitarios etc. fueron diseñados y construidos por la Arquitecta mexicana Tatiana Bilbao, proyecto que ganó un premio internacional de arquitectura.
En el perímetro norte del Jardín se construyó un gran corredor de poco más de cien metros de largo y 20 de ancho, que también sirve para separar el terreno del parque ecológico, que el propio Ingeniero Carlos Murillo diseñó inspirado en uno que conoció en Brasil. Palmeras Reales forman dos filas que dan perspectiva escénica al corredor; alineados entre una y otra palmera están los ficus benghalensis , de nombre común Banyan, árbol sagrado de la India, que extienden sus brazos sostenidos por sus raíces que brotan de cada uno de ellos hasta alcanzar a unirse.
Este hermoso corredor fue la última obra de don Carlos Murillo, que logró pese al reclamo de un grupo de usuarios que se opusieron a la primera remodelación del Parque, basados en que el proyecto iba en demérito de la pista o andador que está al interior del parque, argumentando además una supuesta intención de privatizar el espacio.
Recientemente, al término de la administración del Gobernador Quirino Ordaz Coppel (2012- 2018) se autorizaron recursos públicos para invertir en un nuevo proyecto de remodelación del Parque, de nuevo fue cuestionado, obstaculizada su construcción, oponiéndose con los mismos argumentos de que se pretende privatizar el espacio, y sin considerar los beneficios que estas obras le pueden significar a la ciudad de Culiacán, al fortalecer esta área verde que junto con el Parque 87 y los terrenos del Country Club de Culiacán, conforman tres pulmones indispensables para mejorar la calidad del aire que respira la población.
“Jamás es demasiado tarde, ni demasiado temprano, para trabajar por la salud del cuerpo y la salud del alma” (Epicuro, filósofo griego, 300 a.c. primer constructor de Jardines de la Isla de Samos, en Grecia)
Finalmente, es de gente buena, agradecida, reconocerle los méritos al Ingeniero Carlos Murillo Depraect como creador y fundador del Jardín Botánico de Culiacán, por su defensa del medio ambiente, por su actitud protectora del Patrimonio Cultural Natural de Sinaloa y particularmente de Culiacán, por esta su gran obra merece que este espacio emblemático de la ciudad lleve su nombre.
El H. Cabildo del Ayuntamiento de Culiacán tiene la palabra.