De acuerdo con la resolución A/RES/61/271 de la Asamblea General del 15 de junio del 2007, la cual establece que la conmemoración, el Día Internacional es una ocasión para «diseminar el mensaje de la no violencia, incluso a través de la educación y la conciencia pública». La resolución reafirma «la relevancia universal del principio de la no violencia» y el deseo de «conseguir una cultura de paz, tolerancia, comprensión y no violencia».
Al presentar la resolución en la Asamblea General, representando a 140 patrocinadores, el Ministro de Estado para Asuntos Exteriores de la India, el Sr. Anand Sharma, dijo que el amplio y diversificado patrocinio de la resolución constituía un reflejo del respeto universal hacia Mahatma Ghandi y de la perdurable relevancia de su filosofía. Al citar las propias palabras del difunto líder, dijo que «la no violencia es la mayor fuerza a la disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre».
Comentario Editorial
Propio es, con motivo del Día Internacional de No Violencia, que reflexionemos un poco al respecto. Y es que me queda claro que si bien es cierto, son loables las campañas de todo tipo que se enarbolan en torno a esta necesidad inalcanzable de la “No Violencia”, también lo es que mucho es lo que debemos reformar al respecto. Hoy, es muy fácil, debido al internet y demás brujerías de esas, copiar una imagen alusiva a este tema, sacar de por ahí una frase bonita y listo. Se pega en una de las redes sociales y se cumplió con la misión. ¿Pero es así de fácil?. Yo creo que no. Yo creo precisamente que es todo lo contrario. Porque el problema de la NO Violencia radica, sin lugar a dudas, en la forma tan simplista como la vemos y como queremos resolver un problema tan grave que encierra en su concepción miles de factores. Luego entonces: ¿resolver un problema de las proporciones de la violencia será tan fácil de resolverlo con simples mensajes…?. Por supuesto que no. Y déjenme decirles algo. Los seres humanos estamos dotados por la naturaleza de dos capacidades. Una es la de ver. Y la otra la de no ver. En este sentido, los seres humanos, por ejemplo: vemos el caso de la Violencia en todos lados, la palpamos en todas sus horribles formas, y en ocasiones somos víctimas de la misma. Ahí está ese monstruo de mil formas. Y nos atrevemos a señalarlo, a criticarlo, a proponer que se desaparezca. Pero eso es lo que vemos. O dicho en otras palabras, es lo que quieren que veamos. Y nos enganchamos con campañas de mensajes, incluso de marchas multitudinarias de rechazo. Pero… ¿Ha resuelto este tipo de manifestaciones algo?. Desde luego que no. Por el contrario, la Violencia es cada día más evidente, más cruel. Baste decir que nunca en la historia de la humanidad hemos tenido más guerras que en la actualidad. Y no estamos hablando de conflictos bélicos entre países, o entre continentes. Estamos hablando de todo tipo de guerras. Como muestra la de México contra el narcotráfico, y puedo enumerarles N cantidad de conflictos alrededor del mundo motivados también por N cantidad de causas, siendo la primera la monstruosa y despiadada sed de ganancias al costo de lo que sea. Y ahí nos tienen poniendo mensajitos de No Violencia para que esta deje de existir. La capacidad que tenemos de no ver. Nos oculta pues que las causas de la Violencia muchas veces parten de quienes patrocinan los mensajes en contra de determinada causa negativa. Por ejemplo la ONU. Si en lugar de proponer estos mensajes hablara y dejara en claro que atrás de la Violencia está toda una industria de guerra, que gracias a la Violencia vende, digamos miles de millones de cartuchos, armas y cuanto aparato destructivo sea necesario.
Eso es lo que no vemos. Eso y mucho más, por ejmplo que se esconde en cada acto de violento. Por ejemplo en México con el narcotráfico, eso no se nos dice, o si se nos dice, es de manera velada. Así que, no creemos que con mensajitos bonitos resolveremos este problema gigante. Yo creo que lo haremos cuando cada uno de nosotros desactive la capacidad natural que tenemos de No Ver y empezar a ver lo que cada acto que vivimos cotidianamente en nuestras vidas esconde.
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