Diego Prieto, Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia; destacó la importancia y la labor de los trabajadores del museo, comités, patronato y otros actores sociales que contribuyen a la protección y conservación del patrimonio cultural sinaloense
Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 29 de junio de 2025.- El pasado viernes 27 de junio, , con la presencia de Diego Prieto Hernández, Director Nacional del INAH; Servando Rojo Quintero, Director de Centro INAH Sinaloa y Diego Reyes, Encargado del Museo Arqueológico de Mazatlán; los mazatlecos se dieron cita este en el recinto ubicado en el centro histórico donde se presentó formalmente al Comité del patronato “Amigos del Museo Arqueológico de Mazatlán”, encabezado por la empresaria Justina de Cima de Berdegué, quien interesada por la conservación del patrimonio histórico, paleontológico y cultural de Mazatlán, tomó el frente de este patronato que se ha encargado de sumar a otros empresarios y filántropos.
Dentro del programa del evento, que además se encuentra en el marco del festejo del 36 aniversario del MUSAM, se entregaron reconocimientos a miembros del patronato y distinguidos ciudadanos colaboradores con la logística de las recientes actividades.
Diego Prieto, Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia; destacó la importancia y la labor de los trabajadores del museo, comités, patronato y otros actores sociales que contribuyen a la protección y conservación del patrimonio cultural sinaloense.
Acto seguido, se dieron a conocer los detalles de la exposición temporal que ha recorrido el país.
Curada por el director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia “Dr. Eusebio Dávalos Hurtado” (BNAH), Dr. Baltazar Brito Guadarrama, Códices de México reúne cinco facsimilares de documentos pictográficos, clave para entender el modo en que los pueblos mesoamericanos concebían el cosmos y el tiempo, así como para aprender sobre la continuidad de los saberes indígenas en la época virreinal.
Los códices constituyen una de las fuentes más importantes para acercarnos a las culturas antiguas de México y son memoria de alto grado de desarrollo cultural, científico y artístico de los pueblos originarios de nuestro país.
Los códices Mendocino, Tonalámatl, Boturini, De la Cruz Badiano y Dresde, integran la muestra y dan cuenta del complejo trabajo de los tlacuilos -los que escriben pintando- para registrar acontecimientos, nombres, fechas, lugares, cuentas, prácticas y creencias.
Los códices mexicanos, elaborados sobre distintos materiales, representan sistemas complejos de creencias y saberes que abarcan todos los ámbitos de la vida: registros geográficos, históricos, económicos, calendáricos y simbólicos y preservan esta sabiduría ancestral qué hacen de ellos, documentos vigentes y que no se limitan al pasado; ya que aún hoy, las comunidades recurren a ellos como fuentes históricas, respaldos legales y símbolos de identidad.
Los facsimilares presentados en esta exposición, fueron elaborados por la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia/INAH y son reproducciones fieles de los originales. Hoy se muestran al público para compartir su belleza artística, la profundidad de su contenido y su relevancia a nivel mundial.
Finalmente, se realizó la develación de los restos fósiles del gliptodonte encontrado en Tayoltita, Elota, Sinaloa en 2016. Joel Santos Ramírez, arqueólogo de Centro INAH Sinaloa, comentó que en la excavación se logró recuperar el 60% del caparazón, así como la columna vertebral que estaba en excelente estado de conservación, se encontraron alrededor de 500 piezas del animal. La exhibición permanente comprende la parte del caparazón que fue reconstruido y se encuentra reposando sobre una base a escala que asemeja el tamaño real de dicho ejemplar.
El gliptodonte mexicano era un mamífero acorazado, es decir, tenía un gran caparazón y vivió durante el pleitoceno, caminando con cerca de 100 kilos de peso por estas tierras sinaloenses, entre 2.5 millones de años a 10,000 años antes de nuestra era. Los parientes vivos más cercanos a los gliptodontes son los armadillos.
El caparazón de los gliptodontes estaba formado por numerosos fragmentos de hueso, llamados osteodermos, cuya forma es exagonal, en las cuales se observan pequeños orificios donde tenían pelos.
Al parecer el causante de la extinción de los gliptodontes, fue el frío extremo que se dio hace 13 mil años, al final de la era de hielo, y dejó al hemisferio norte casi totalmente congelado.
El Museo Arqueológico de Mazatlán se encuentra listo para recibir visitantes que quieran conocer al gliptodonte mexicano y también la exposición temporal “códices de México” que estará disponible hasta el 28 de septiembre de 2025, el MUSAM está ubicado en Sixto Osuna No.76 en el centro histórico, de lunes a viernes de 10:00 a 17:00 horas, la entrada tiene un costo de 75 pesos, y es gratis para niñas y niños de hasta 12 de años de edad, adultos mayores, estudiantes y maestros que presenten su credencial. Así como entrada gratuita a nacionales los días domingo.