Este 31 de marzo de 2025, nos congratulamos de que el Ayuntamiento de Mazatlán que encabeza Estrella Palacios Domínguez, vía el cronista oficial de esta ciudad Enrique Vega Ayala y el Instituto de Cultura de Mazatlán, que dirige Raul Rico González, esté dando valor a sucesos históricos importantísimos que marcaron a esta hoy, ciudad y puerto, tal como lo fue el ataque de una de las más emblemáticas embarcaciones de la armada francesa “La Cordelière”, ataque que fue repelido por un puñado de soldados mexicanos y patriotas mazatlecos. Y, como resultado de este acontecimiento, el 31 de marzo de 2023, Mazatlán alcanzó la distinción de Puerto Heroico, misma que le fue otorgada por el H. Congreso del Estado de Sinaloa
Para apoyar este gran esfuerzo, a continuación les damos a conocer lo que el Cronista Oficial de Mazatlan, Enrique Vega Ayala ha escrito sobre este gran suceso:
La batalla
La defensa del puerto frente a la intervención extranjera, realizada entre el 26 y el 31 de marzo de 1864, constituye el evento más importante del calendario cívico de nuestras playas. El triunfo frente al primer intento de la escuadra francesa por tomar la ciudad es el hecho de mayor resonancia de cuantos se han suscitado en nuestra comunidad; no porque aquí no haya habido otras batallas ni otros acontecimientos relevantes, sino por la exaltación nacionalista que representa esa victoria consumada hace 158 años y, sobre todo, por el valor simbólico que tiene como factor de orgullo que fortalece el sentido de pertenencia, la identidad y el arraigo entre los mazatlecos.
La flota francesa que se usó en el Pacífico, durante la intervención de 1862 -1867, estaba compuesta por los siguientes nueve buques: Victoire, La Bayonnaise, D´Assas, Diamante, Lucifer, Cordelière, Rhin, Marie, Talismán. Sólo estos tres últimos no estuvieron en Mazatlán en labores bélicas. Victoire, D´Assas, Diamante y Lucifer fueron los encargados de tomar este puerto en noviembre de 1864 tras un breve bombardeo.
Entre finales de 1861 y el inicio de 1862 se realizó el bloqueo tripartita (Francia, España e Inglaterra) a Veracruz para negociar con el Gobierno Juarista las demandas económicas de las tres naciones europeas afectadas por la suspensión de pagos de todas las deudas públicas. Simultáneamente, La Bayonnaise hizo acto de presencia hostil en Mazatlán. Ese fue uno de los primeros buques que dio muestras, en el noroeste de México, de las intenciones francesas de conquista.
Entre finales de 1861 y el inicio de 1862 se realizó el bloqueo tripartita (Francia, España e Inglaterra) a Veracruz para negociar con el Gobierno Juarista las demandas económicas de las tres naciones europeas afectadas por la suspensión de pagos de todas las deudas públicas. Simultáneamente, La Bayonnaise hizo acto de presencia hostil en Mazatlán. Ese fue uno de los primeros buques que dio muestras, en el noroeste de México, de las intenciones francesas de conquista.
Mientras tomaba forma la invasión del país, con el avance del ejército expedicionario hacia la capital; de acuerdo con registros de la marina francesa, La Cordelière reforzó las operaciones de su armada en el Océano Pacífico desde mediados de 1863.
La Cordelière era un navío tipo “corbeta” de primera clase, tipo Aventure. Fue botada en los astilleros del puerto de Lorient en junio 1858. Podía transportar una tripulación de hasta 250 hombres. Tenía casco de madera reforzado. Medía 43 m. de eslora, 12 m. de manga y cinco de puntal; con un desplazamiento de 1852 toneladas y arboladura de tres mástiles con 1490 m2 de superficie bélica. Estaba diseñada para armarse hasta con treinta cañones: doce por banda de 16 cm y seis carronadas (cañones cortos montados sobre correderas) en cubierta, de 18 cm. La información técnica indica que para la expedición en México se le renovó el equipamiento militar.
A Mazatlán llegó por primera vez en diciembre de ese año, luego realizó un recorrido hacia Guaymas y a su regreso navegó hasta Manzanillo. Allí capturó al buque mercante Francisco del que incautaron recursos, armamento y comunicaciones a cargo del padre del general juarista Ramón Corona. En febrero, apenas arribó a Mazatlán, declaró el bloqueo del puerto. Mediante dicha maniobra obligaba a pasar por revisión de sus efectivos a toda embarcación que pretendiera fondear aquí. Se trataba de impedir la entrada de armas y dinero para el ejército nacional. Durante las varias semanas en que estuvo fondeado en el antepuerto, antes de cerrar hostilmente el puerto, a su capitán le fueron atendidas por las autoridades locales diversas peticiones típicas, como bastimentos y agua, que hacían los tripulantes de las embarcaciones de guerra que llegaban entonces de visita.
Hacia fines de marzo de 1864, su comandante Henri Edmé Marie Martineau des Chenez, sin más aviso de rigor que el previo de bloqueo, dispuso el desembarco de su tripulación en son de guerra. Efectivamente, el capitán francés al parecer quiso adelantar el cumplimiento de la encomienda del Mariscal Bazaine, convirtiendo el asedio en una toma bélica del puerto mazatleco, lo que intentó entre el 26 y el 31 de marzo de 1864. El Mariscal francés le dio instrucciones de impedir que llegara a Mazatlán un cargamento de armas y municiones procedentes de San Francisco para reforzar a los juaristas. Se sabe que dicha información la recibió directamente del líder indígena nayarita Manuel Lozada. Además, otro propósito de tal acción sería arrebatar al gobierno de Juárez la aduana del pacífico mexicano con la mayor recaudación de fondos para sufragar los gastos de la defensa del país. Finalmente, al adueñarse de este puerto los invasores podrían aparentar más garantías de aceptación a Maximiliano, en su ya muy próxima llegada a territorio nacional.
Martineau no contaba con la valentía de los republicanos juaristas que resguardaban la ciudad. En Mazatlán no había pertrechos de guerra suficientes. “Faltan fusiles y cañones”, escribió por esos días Ignacio Ramírez “El Nigromante” a Guillermo Prieto “Fidel”; subrayando el temor de que los franceses pretendieran “darnos algunas leccioncitas”.
Las fuerzas republicanas bajo el mando del Coronel Gaspar Sánchez Ochoa con un solo cañón y escasas tropas, repelieron los dos intentos de desembarco. La derrota francesa tuvo lugar mediante sendos combates entre Playa Norte y el Camarón, dejando maltrecha a la nave invasora.
Ante el fracaso de sus ataques, los galos refugiaron a La Cordelière en las tres islas para reparar los daños que sufrió. Los testimonios hablan de que La Cordelière no se marchó inmediatamente después de las batallas. Todavía las fiestas de mayo — que terminaban en junio — se celebraron teniéndola como testigo de fondo. En julio se registra su llegada en Acapulco, desde donde más tarde partió a Panamá y luego navegó hacia Tahití.
Todavía en 1865, durante los tiempos de la ocupación francesa de Mazatlán, los registros navales franceses ubican a La Cordelière realizando labores de aprovisionamiento de armamento a las tropas imperiales entre Mazatlán y Guaymas.
Algunos años después de la retirada francesa de nuestro país, hacia 1870, a La Cordelière se le ubica navegando en las costas atlánticas de África, donde realizaba misiones de rutina. La hoja de vida de la embarcación indica que en 1876 fue desmantelada debido a las averías que presentaba. En 1878, veinte años después de su botadura, se determinó que fuera retirada definitivamente del servicio.
El Fuerte 31 de Marzo

La edificación en cuestión es un monumento histórico por su antigüedad, no porque sea testimonio de ninguna hazaña. Sin embargo es preciso señalar que fue construido en 1892 como símbolo de la defensa del puerto, en la batalla contra la Cordelière, ganada por los republicanos con más corazón que metralla, con una sola pieza de artillería de largo alcance emplazada en la playa norte.
También es importante remarcar que el cañón, con el cual se colma el carácter militar del sitio, no tiene nada que ver con el que sirvió para impedir el desembarco francés aquél sábado de Gloria (31 de marzo) de 1864.
El constructor del Fuerte fue el Coronel Ingeniero Militar Andrés L. Tapia. el mismo que diseñó el Teatro Rubio (hoy Teatro Ángela Peralta)
1891, la armada de México por medio de El General Y. R. Bravo, entonces jefe interino del Departamento de la Marina en el Pacífico, le encomendó al Ingeniero Militar y Coronel Andrés L. Tapia la tarea en lo que entonces se denominaba “Puntilla de la Nevería”.
Aparentemente, el perímetro requerido, de 564.18 metros cuadrados de terreno, formaba parte del área marítima federal; sin embargo, desde antes de arrancar las obras, cuando se realizó el primer deslinde del predio, Rafael Marini se hizo presente ante las autoridades ostentándose como propietario del lugar. La armada alegó que “la puntilla” estaba fuera de las líneas marcadas por las mojoneras delimitadoras de la propiedad del señor Marini.
El Ayuntamiento tuvo que realizar una detallada investigación para dirimir la disputa, cuyos legajos se conservan en el Archivo Histórico Municipal. Finalmente el ayuntamiento determinó que “ratificadas nuevamente las medidas y linderos del terreno que ocupa la nueva obra de fortificación conocida con el nombre de Fortín 31 de Marzo de 1864 con los terraplenes de ensanche y calzadas que se han construido resulta un solar que ni está dentro de la zona marítima pero ni tampoco pertenece al Sr. Don Rafael Marini”.
De acuerdo con la descripción arquitectónica el edificio reúne todas las características que una fortificación de su tipo requiere. Como cualquier baluarte, este inmueble describe la forma romboidal de diamante, con muros fuertemente parapetados en los bandos del vértice de mar. Dos pequeñas garitas empotradas en el muro, flanquean el acceso, ambas coronadas por secciones de bóveda, de media naranja.
A continuación les presentamos el vìdeo de la transmisión en vivo que hicimos desde la Casa del Marino, hoy, Museo de la Marina Mercante de Mazatlán, del acto conmemorativo de este acontecimiento en su 161 aniversario.