Por Francis Velarde
Eh tú, sí tú, adoras sacudir tu melena como la mismísima Beyoncé, le pides consejo a tu amiga con pelazo para comprar el mejor champú y no sales de casa sin llevar el pelo perfectamente peinado… ¿Te sientes identificada?
Pues puede que entonces también seas consciente de cómo tu cabello se quiebra y sus puntas se abren hasta en 3 partes. Solemos creer que nos curramos nuestro cuidado capilar siguiendo los pasos que nos dicta el bote de champú, pero la realidad es que en nuestro día a día cometemos varios errores que repercuten en la salud de nuestro cabello, desde la alimentación hasta la hora del sueño.
1. Vigila tus dulces sueños
Si cumples con las 8 horas de sueño reglamentarias para descansar como es debido, el cálculo es sencillo: pasas ⅓ de tu día en la cama y lo que hagas en ella influye en todo tu cuerpo. La fricción con la almohada es una de las culpables del efecto frizz mañanero con el que nos despertamos a lo Tina Turner. Precisamente esa fricción puede debilitar el cabello. Una forma de contrarrestarlo es pasarse al bando de las almohadas de seda. Por supuesto, parte de esos errores nocturnos está en dormir con el cabello recogido – error catastrófico porque el pelo se encrespa- o hacerlo con él mojado ya que se encrespa, el cuero cabelludo no respira y hasta puede coger un resfriado.
2. Lavar y lavar
Aunque existen dos teorías contrapuestas -una defiende que debes lavar el pelo siempre que lo notes graso y la otra que asegura que es preferible lavarlo 2 o 3 veces a la semana-, la realidad es que un exceso de lavado elimina los aceites naturales que desprende el cuero cabelludo y que son necesarios para proteger la raíz y mantener la correcta hidratación del cabello. Los dermatólogos aseguran que la forma adecuada de lavarlo, tanto si se tiene el pelo graso como si no, es concentrar el champú y el masaje en los dos centímetros de cabellos más cercanos al cuero cabelludo ya que es ahí donde se acumula la suciedad, la grasa y el sudor. Para aclarar, cuanto más fría sea el agua, mucho mejor.
3. Justo después de lavar el pelo.
Antes del momento secador, está el momento toalla. STOP. Para, nunca más en la vida frotes tu cabello porque lo único que logras con ese movimiento es friccionar la fibra y abrir las puntas. ¿Es mejor enrollarlo en una toalla con el más fashion de los turbantes que Mario Testino convirtió en icono? Tampoco, ya que esto hace que el pelo se enrede y se quiebre. Una alternativa puede ser secar el pelo con una camiseta de algodón, evidentemente una vieja o que ya no uses.
4. Stylers y secadores, aliados peligrosos
Puede que una de las claves de controlar el cabello y lograr que esté siempre bien peinado sean las tenacillas, planchas, secadores, cepillos de iones y las mil y unas variantes de estos, sin embargo, el calor nunca ha sido buen amigo de la salud del pelo. ¿Significa esto que debemos dejar de peinarnos con la plancha del pelo? No, aunque no se recomienda utilizarla como herramienta diaria. Los protectores térmicos ayudan a crear una película que lo protege del calor que desprenden los stylers y secadores, además de potenciar el brillo. Pero otro aspecto a tener en cuenta a la hora de moldear el cabello es elegir el calor que nuestro styler desprenda, o que ofrezca la posibilidad de regularlo manualmente para que la temperatura no supere lo 185º.
5. ¿Cómo te secas realmente el pelo?
Aplicar el calor del secador directamente sobre el cabello mojado, además de suponer un gasto de tiempo porque aún no se ha retirado el exceso de agua del pelo, lo daña. Otra práctica a evitar es la de tratar de alisarlo con un peine y el secador cuando este aún está mojado. Por supuesto, mantener una distancia adecuada entre el secador y el cabello también ayuda a evitar la rotura.
6. Cabello no equilibrado
Que a estas alturas de la película hablemos de la hidratación como la quintaesencia de la belleza y la salud del cuerpo no es ninguna sorpresa, pero sí es la clave. Los expertos de Schwarzkopf aseguran que “el cabello necesita de un 15 a un 17% de agua” y la mejor forma de aportar ese agua al pelo es, por una parte, desde dentro a través de la alimentación y, por la otra, a través de cosméticos que hidraten. Mascarillas con aceites naturales, ingredientes como el mango, el aguacate o la miel son siempre una buena elección. Pero más allá de la ducha, también se puede hidratar el cabello con aceites secos, bálsamos reparadores con un plus de hidratación o tratamientos hidratantes en salones de belleza.
7. ¿Te llevas bien con tu peluquero o estilista?
Quien algo quiere, algo le cuesta. Frase de madre que, a la hora de hablar de la peluquería, es una verdad como un templo. Existe un intervalo exacto para cortar el cabello según sus características, tratamientos y estilo y ya te adelantamos que en ninguna circunstancia este intervalo supera las 3 semanas. Sí, cada 3 semanas hay que cortarse las puntas, aunque nos duela en el alma. Solo de esta forma se previene la rotura de las puntas y se lleva el corte de pelo siempre perfecto.
8. El color de tu cabello es un ‘falso amigo’
Ya san mechas, reflejos, balayage, mechas californianas, tinte de toda la vida o tu técnica de coloración habitual, los productos químicos dañan la fibra capilar. No, no es un secreto y, no, no vamos a dejar de cambiar el color de nuestros cabellos. Sin embargo, el pelo expuesto a tratamientos de coloración debe cuidarse con mucho mimo y los productos muy hidratantes son esos grandes aliados.
9. Las gomas y las horquillas también reclaman su lugar
Recogerse el pelo en una coleta, ese gesto tan sencillo que nos facilita enormemente la vida, viene de la mano de una goma tirante que aprieta y daña el cabello. ¿Por qué crees que el cabello de la nuca siempre es más corto? Del mismo modo que las gomas de pelo, los moños muy tirantes, las trenzas efecto lifting o las horquillas clavadas a la cabeza controlando el cabello con estricta disciplina prusiana también hacen un flaco favor al cabello quebrándola.
10. Eres lo que comes
La alimentación también tiene su parte de culpa en la salud del cabello. Si existen alimentos capaces de hacer resplandecer el pelo, no incluir todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita termina haciendo que el cabello sea más frágil. Las proteínas son vitales para conseguir que la fibra capilar crezca fuerte y mantener las roturas muy muy lejos.
Ahora ya conoces estos errores para cuidar tú cabello
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