El mandatario estatal asistió al homenaje póstumo que le realizó el Sistema DIF Sinaloa
A partir de ahora, el Instituto Sinaloense de Cancerología lleva el nombre de “Sra. Rosy Camacho de Aguilar”, en su memoria
La ceremonia tuvo lugar en el auditorio del DIF y congregó a la familia de la homenajeada, su esposo el exgobernador Jesús Aguilar Padilla, sus hijas Iris y Celeste Aguilar Camacho, así como a los colaboradores cercanos de la señora Camacho de Aguilar durante su paso por esta institución, como el doctor Rafael Castro Velázquez, quien dio a la bienvenida a una nutrida concurrencia, pues además de amigos de la familia, asistieron también presidentas de varios DIF municipales de esa década.
Debido a su experiencia personal de haber sido una sobreviviente del cáncer de mama, la señora Rosy Camacho de Aguilar, dejó como legado una tenaz lucha contra esta enfermedad de la mujer, y también del cáncer en niños, por lo que desde el inicio de su gestión, promovió y no descansó hasta lograr la construcción del Instituto Sinaloense de Cancerología, el cual a partir de ahora llevará su nombre, en reconocimiento a su labor, por lo que el gobernador Rocha, la presidenta del Sistema DIF Sinaloa, la doctora Eneyda Rocha Ruiz, y la familia Aguilar Camacho, develaron la placa alusiva en la fachada del edificio.
“Éste es un muy merecido homenaje a una mujer cuya impronta sigue presente entre los muchos que la conocimos y la quisimos. De la señora Rosy me resulta grato evocar el recuerdo de su grandeza moral y su extraordinaria calidad humana, así también de su ejemplar ternura y vocación social, pero más aún por su permanente disposición para defender y proteger apasionadamente a las mujeres sinaloenses”, dijo el gobernador Rocha durante su mensaje.
Añadió que la señora Rosy personifica el ejemplo, carácter y reciedumbre para enfrentar los retos más complicados de la vida, como lo fue precisamente su lucha contra el cáncer de mama, y de ahí emergió su vocación solidaria hacia sus semejantes, y para llevarla a su práctica no requirió de ningún cargo público, mucho menos de una representación política, sino que se incorporó a las trincheras del altruismo social, haciendo de esa lucha norma y conducta de su vida.
“Con profunda satisfacción quiero expresar: gracias señora Rosy, donde quiera que se encuentre, por su gran obra y su gran legado, que el ejemplo de entrega incondicional de Rosy Camacho en favor de las víctimas de una de las enfermedades mayormente mortales perdure y se transmita a presentes y futuras generaciones de sinaloenses”, concluyó.
“Yo no estoy segura de cómo mi mamá vería este homenaje, de hecho sé que no le gustaban los reconocimientos públicos, a ella le gustaba ayudar y que no todo el mundo supiera. Si algún día alguien pregunta por el nombre de mi mamá, sobre su historia y su labor, qué la motivó a ayudar a quienes lo necesitaban, estoy segura que existirá el testimonio de alguna mujer y de muchos niños a quienes ayudó a transformar sus condiciones de vida”, dijo.
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