En el que posiblemente fue uno de los últimos conciertos navideños del año, en el puerto de Mazatlán, Jorge Echegaray, se presentó acompañado de otros grandes artistas en el templo parroquial de Cristo Rey
Por: Fernando Barraza
Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 23 de diciembre de 2024.- Los conciertos del tenor del Norte son siempre disfrutables, Jorge Echegaray tienen el don de involucrar al público asistente en sus interpretaciones, por eso fue que sentado a mi lado en la primera fila, el padre Manuel Morales, ante cada chascarrillo provocado por la simpatía del tenor, soltaba su característico grito: “Uuujjuuuuyyyy”, luego cuando me di la vuelta pude ver a don Gaspar, sentado en la silla de ruedas aplaudiendo emocionado, más allá estaba doña Manuelita, la mamá de la Conchi, sacando su voz de soprano, y don Gerardo aplaudía como si no hubiera un mañana, la gente en sus asientos se contoneaba aplaudiendo y bailando al ritmo de las notas del coro de Nuestra Señora del Rosario, de la soprano guatemalteca Sheyli Batsin y el barítono Noel Osuna, todos acompañados por la orquesta de cámara “Santa Cecilia” dirigida por Pablo López.
En un ambiente festivo y con características totalmente navideñas, Jorge sorprendió a los asistentes cuando hace su entrada por la puerta principal del templo, caracterizado como Santa Claus e interpretando una de las más características canciones de la época, la gente se puso de pie, entonando, emocionada, sintiéndose parte del espectáculo.
El padre Luis, el padre Manuel, casi nonagenarios, pero con el ánimo de un par de mozuelos, y oyendo a medias, aplaudían casi en cámara lenta, pero gozando al tope la participación de los artistas.
Platiqué con padre Morales en una charla previa -en donde por cierto me invitó unos tamalitos y un atole-, y luego de compartir la mesa, seguimos compartiendo anécdotas y me habló del orgullo y agradecimiento con el tenor del norte por el apoyo que ha prestado a su parroquia durante los últimos ocho años.
Pues así, don Baltazar y doña Cuquita le dieron vuelo a la hilacha, los galillos de las inseparables doña Petra y doña Juanita, chirriaban como cantos de grillos, pero no perdían el ánimo, la gente que aprecia y quiere al párroco, que asistieron para apoyarlo como es costumbre, obviamente Salieron bailando con un recuerdo que seguramente quedará grabado en su memoria y en sus cuerpos hasta la llegada del próximo concierto.
Pues ahí tienen apreciables lectores, una pincelada más de lo que en verdad es Mazatlán, en donde la cultura se manifiesta de múltiples formas para el deleite de propios y visitantes.
Bien por el tenor del norte, Jorge Echegaray, a quien seguramente los líderes eclesiásticos lo colmaran ya de bendiciones y buenos deseos.