Un 14 de abril de 1914, en este puerto de Sinaloa sucedió este combate

-En esa crítica situación, en el momento más oportuno, cuando más se necesitaba ayuda, urgente, apareció en el cielo sinaloense, el biplano “Sonora”, tripulado por el Capitán Salinas y su ayudante Madariaga-…
Los Mochis, Ahome, SInaloa, México, a; 14 de Abril del 2024- El 14 de abril de 1914, el General Obregón llegó a Topolobampo y se dirigió a visitar al cañonero “Tampico”. Entretanto el Capitán Piloto Aviador Gustavo Salinas Camiña y el mecánico naval Teodoro Madariaga prepararon el avión para bombardear al barco “Guerrero”.
Obregón, acompañado de su Estado Mayor abordaron el “Tampico”, el comandante Malpica ordenó izar el pabellón, indicando con esto la presencia del General en Jefe a bordo. El Comandante del cañonero federal se dio cuenta de este detalle y de inmediato inició maniobras de aproximación y ataque. Malpica ordenó resueltamente abrir fuego sobre éste, disparando cinco proyectiles, sin hacer blanco.
En esa crítica situación, en el momento más oportuno, cuando más se necesitaba ayuda, urgente, apareció en el cielo sinaloense, el biplano “Sonora”, tripulado por el Capitán Salinas y su ayudante Madariaga, a más o menos una altura de mil metros, en dirección a los barcos huertistas enemigos, la brisa marina empezaba a soplar con fuerza. Los aviadores llevaban unas rudimentarias bombas, hechas con trozos de tubería en los que habían introducido una granada, rodeada de cargas de dinamita.
El “Sonora” sobrevoló sobre el cañonero huertista y desde esa altura lanzó sus bombas que con gran estruendo estallaron cerca del barco, levantando enormes columnas de agua. El cañonero comenzó a zigzaguear tratando de evitar el sorprendente ataque aéreo, y corriendo el riesgo de ofrecer excelente blanco al cañonero “Tampico”. El avión no soltó a su presa, siguió dando pasadas y lanzando más bombas sobreel “Guerrero”, causando un verdadero pánico entre la marinería huertista, pese a lo cual los federales comenzaron a disparar sus fusiles al avión.
El comandante del “Guerrero” dio orden de virar en redondo, para abandonar el campo de batalla, dejando al “Tampico” dueño de la situación.
Fue una verdadera hazaña de los tripulantes del avión “Sonora”, Salinas y Madariaga al poner en fuga al cañonero huertista, que con 6 cañones de 100 mm hubiera destrozado al “Tampico” Pero no todo había terminado, la intensa brisa, zarandeaba al avión al retornar a tierra, y el combustible se estaba acabando, pues habían volado cerca de 40 kilómetros. Sin embargo la gesta heroica terminó felizmente.
El combate aeronaval de Topolobampo tuvo un gran significado, porque además de haber salvado la vida de la tripulación del “Tampico”, también la del General Álvaro Obregón, Comandante en Jefe del Cuerpo de Ejército del Noroeste y su Estado Mayor, los revolucionarios vencieron en un nuevo terreno: el aire, que fue de gran impacto sicológico, el avión decidió el resultado de la batalla, y doblegó la hegemonía naval de los federales. La inteligencia, el valor y el arrojo de los pilotos que tripularon el avión, los que construyeron las bombas y todos los servicios que se requieren para estos menesteres fueron factores decisivos para la victoria.

Los intrépidos, Capitán Salinas y el mecánico Madariaga, continuaron sus vuelos, posteriormente, en el sitio de Mazatlán, realizando numerosos vuelos para bombardear los fuertes federales, observando los movimientos de tropas enemigas, corrigiendo el fuego de la artillería revolucionaria y hostilizando a los barcos huertistas, hasta que en un aterrizaje el avión se accidentó, “capoteando”, resultando el capitán Gustavo Salinas seriamente herido y el avión completamente destrozado.
El combate de topolobampo, Sinaloa, fue un hito en la historia militar de México, que proporcionó a la aviación mexicana un enorme timbre de gloria al protagonizar históricamente, sin lugar a dudas, el primer combate aeronaval del mundo.