Te contamos como se producen los antojos en tu cerebro y te dejamos un dato dulce para esos antojos.
Por: Francis Velarde
Los antojos de comida son una parte normal de la experiencia humana; los estudios demuestran que más del 90 porciento de las personas los tienen.
Pero la forma en la que lidiamos con los antojos puede variar mucho. Algunas personas comen lo que quieren y no se preocupan por ello, mientras que otras se sienten controladas por los antojos y acaban dándose un atracón de sus alimentos favoritos.
Las personas comemos por necesidad, pero también por placer. El cerebro humano ha evolucionado con dos claros objetivos: la supervivencia y la procreación de la especie.
Para lograr ambos, utiliza las mismas estructuras y conexiones, tal y como analiza en un artículo publicado en Psychology Today Gary L. Wenk, doctor y profesor de psicología, neurociencia, virología molecular, inmunología y genética médica en la Universidad de Ohio.
Cómo funcionan los antojos en el cerebro
De acuerdo con Gary L. Wenk, los humanos tenemos una necesidad de conexión social cercana (sí, incluso los introvertidos). Esta ansia de intimidad social es tan poderosa y apremiante como el de la alimentación e incluso las drogas.
Así lo respalda un artículo publicado en American Psychological Association, que insiste en que requerimos conexiones sociales para prosperar. Esta investigación concluyó que incluso el mero hecho de recordar experiencias previas con alguien cercano satisface nuestras necesidades de conexión social.
Pues bien, resulta que el anhelo de intimidad social y los antojos de comida comparten el mismo funcionamiento en nuestro cerebro. Estudios de imágenes cerebrales han implicado dos regiones cerebrales como son el cuerpo estriado ventral –encargado del sistema de recompensa– y la corteza prefrontral ventromedial.
Así reaccionamos al ver publicidad de comida.
Seguro que has experimentado una sensación de antojo al ver un anuncio de comida. El culpable no es tu paladar, tampoco tu lengua, sino tu cerebro, y eso lo saben bien en el neuromarketing. Cuando sientes hambre, el cuerpo estriado ventral se activa al ver imágenes de alimentos apetitosos. Este mismo mecanismo se ralentiza una vez que has saciado tu hambre.
Así pues, la función del cuerpo estriado ventral es convencernos de que necesitamos ingerir alimento. Por su parte, la corteza prefrontal ventromedial monitorea la experiencia de comer. Esta última es la encargada de decirnos que disfrutamos comiendo la comida.
En este sentido, se cree que las dos regiones cerebrales están estrechamente vinculadas con la conexión social con otras personas. Sentimientos como la soledad y echar de menos a un ser querido están asociados con una mayor actividad en el cuerpo estriado ventral. En la parte opuesta, una conexión social satisfactoria corresponde a la actividad en la corteza prefrontal ventromedial.
En conclusión: la conexión cerebral que nos manifiesta necesidad de comer y de relacionarnos es la misma; como también es la misma aquella que nos reporta satisfacción tras saciar dichas carencias.
Este 2023 retomaron este rumbo con los Postres y Barritas Individuales que buscan cubrir una nueva instancia de consumo; el antojo que se presenta fuera de tus horas de comer.
Otra estrategia para hacer frente a un antojo es centrarse en cómo sabe un alimento y en cómo te hace sentir, y luego sustituir un alimento problemático por otro de mayor calidad que satisfaga los mismos impulsos.
Visitas: 16