A las ocho de la noche en punto comenzó el concierto. Violines, chelos y un violonchelo amalgaman su sonido al ritmo de la marimba ejecutada con destreza por el maestro Max Carreón durante el “Concierto para marimba y Orquesta de Cuerdas” del compositor Matthias Schmitt. Al terminar el público regaló los primeros aplausos.
Pasada la media hora los músicos de pie volvieron a recibir efusivos aplausos tras la interpretación del “Vals Alejandra” del compositor Enrique Mora, la música fue identificada por los espectadores que alguna vez bailaron o vieron bailar esta pieza en alguna celebración de XV años.
El concierto continuó con “Estrellita” de Manuel M. Ponce cuya melodía y suave ritmo mantuvo absorto al público que llenó las bancas de la Iglesia y disfrutó la velada musical en el confort del aire acondicionado.
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Con “Bésame mucho” de Consuelo Velázquez el ambiente se puso aún más romántico. Algunos espectadores sacaron sus celulares y grabaron la escena mientras los músicos tocaban sus instrumentos para sorprender a la audiencia con una de las melodías más escuchadas en América Latina.
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Faltando siete minutos para las ocho de la noche llegó la última pareja de espectadores y se acomodó dónde pudo; apenas se sentaron una ola de aplausos y bravos despidió la interpretación de la obra del famoso compositor yucateco para dar paso a “Mazatlán” un tema interpretado por la orquesta y un improvisado coro compuesto por las voces del público.
La memorable actuación de los músicos de la Camerata Mazatlán en la Iglesia San Carlos Borromeo tuvo un final festivo y alegre con la mexicanísima música del Huapango de Moncayo una obra que cautiva por su ritmo y belleza sonora.
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