06/01/2023 Día de Reyes/
Celebración de la Epifanía del Señor
Por: Jaime Félix Pico
Cronista
La lengua francesa usa la palabra “Lendemain” para nombrar el día que sigue inmediatamente al día de un acontecimiento específico, no necesariamente relevante, pero sí puede caracterizarse con demostraciones de alegría o tristeza derivado de lo ocurrido.
El término apunta a la frase en nuestro idioma “no dejes para después lo que puedes hacer ahora”. En el “Día Después” lo que en él ocurre está directamente relacionado con lo sucedido el día anterior.
Esta crónica se refiere a los sucesos de hoy viernes 6 de enero después del “jueves negro” (Culiacanazo Versión 2.0), o sea ayer. Aclarando que lo narrado son estrictamente percepciones personales sustentadas en lo que yo creo.
Congruente con esto acudo a mi fe en Dios y valores éticos y morales que actúan minimizando el estrés, el miedo, la angustia que provocaron los hechos violentos, enfrentamientos y el estado de sitio que vivimos en Culiacán.
Ayer, ya entrada la noche, me fui a la cama pensando en qué pasaría este día.
Remanentes del Miedo y la Angustia
Dormí menos horas de lo normal no obstante que la noche fue la más silenciosa que me ha tocado vivir en mi casa de la Colonia Las Quintas caracterizada por su tráfico estridente en el ya famoso bulevar Sinaloa.
Las noticias de la tarde de ayer referentes a los actos vandálicos que afectaron establecimientos comerciales no me dejaron dormir lo suficiente, pues vivo enfrente de una tienda Oxxo, he estado pendiente de lo que pueda ocurrir allí.
Desde una ventana observo personas y automóviles que llegan solicitando servicio, pero el establecimiento cerró alrededor del mediodía dejando luces encendidas lo que simula estar abierto.
El repiqueteo de monedas sobre el vidrio de la puerta de entrada, cada vez que llega un cliente, me mantiene alerta y mi corazón acelerado.
No ha pasado absolutamente nada, todo es producto de mi imaginación alimentada por los acontecimientos de la tarde de ayer que me impresionaron al ver videos que registraron actos vandálicos, en algunas tiendas Oxxo, Ley y Soriana.
A las siete de la mañana me despertó el timbre de la puerta de entrada, no espero a nadie y ante la insistencia del visitante que toca y toca el timbre, resurge la angustia y, por qué no decirlo, el miedo imaginando lo peor.
Descendí rápidamente por la escalera, mi recámara está en planta alta, en el trayecto escucho una melodía que me suena a “Las Mañanitas” salida de un saxofón acompañado de un tambor lo cual me hace reaccionar inmediatamente, me devuelve la calma, sé que podría tratarse de un grupo musical callejero que de vez en cuando pasan pidiendo ayuda, a cambio ofrecen sus sencillas interpretaciones musicales.
No pregunto quién toca la puerta antes de abrirla como normalmente lo hago, pues estaba seguro que se trataba del músico. Así fue, abrí y frente a mí estaba una niña percutiendo un tambor acompañando a su papá y a su mamá que tocaban sus instrumentos en el área de estacionamiento del Oxxo.
Con una mirada triste la niña me dijo: “Una ayuda por favor”, dudé un momento e intuí asegurarme de que era parte del grupo musical; miré a su papá, en sus brazos carga el instrumento musical, cruzó la calle, se acercó y ejecutó las últimas notas de esa canción que alegra el corazón cuando la escuchamos celebrando un onomástico o cumpleaños.
El silencio de la mañana esparcía la melodía por toda la calle y me pregunto si esos solitarios músicos saben lo que pasa y si los vecinos los reciben, igual o mejor que yo lo hice; resolví entregar a la niña la ayuda solicitada, extendí el brazo y le entregué unas monedas que tenía en la bolsa del pantalón; me quedé pensando si esa familia que se ganaba la vida honestamente le importaba lo que estaba sucediendo en Culiacán.
Un cúmulo de pensamientos atravesaron mi mente: Es la pobreza, la marginación, la discriminación, el “descarte” -palabra de uso frecuente del Papa Francisco- la causa principal de todo esto que sucede. ¿Será?.
Reflexiones para Calmar Nervios
El miércoles (4 de enero) por la tarde compré la tradicional Rosca de Reyes estimando que mis hijos, nueras y nietos pasarían a visitarnos como es costumbre hacerlo el día de los reyes magos, ofrecerles chocolate caliente acompañado de un pedazo de rosca y jugar con la sorpresa del muñequito que obliga a cumplir con la “tamaliza” el día de la Candelaria, sin faltar el regalo a cada nieto que mi esposa Yoli cuidadosamente empaca en botas de tela color rojo que llevan el nombre de cada uno.
El “jueves negro” frustró esta celebración y nos quedamos solos velando la orfandad del muñequito que esta vez no sorprendió a nadie y los chocolates en las botas quedaron guardados para mejor ocasión.
La mañana transcurrió en medio de sentimientos encontrados y preocupaciones por la familia, su seguridad y estado anímico. Por supuesto que nadie intentó salir a la calle atendiendo las recomendaciones que hicieron las autoridades estatales y me dispuse a esperar el mensaje del gobernador Rubén Rocha Moya que informaría acerca del estado que guarda la seguridad en la ciudad después del aciago día del sitio.
“La situación está ya bajo control de las fuerzas del estado mexicano y las nuestras, pronto volverá la normalidad. Sin embargo, al prevalecer aún algunos remanentes de los enfrentamientos de ayer pedimos a la población permanecer en sus casas”, ( no es literal, lo registré más menos así).
Así lo manifestó el gobernador, sin estridencias, tranquilo, lo cual causó alivio entre quienes lo escuchamos y aún permanecíamos alertas previendo continuarían los enfrentamientos.
Fue un soplo de paz que nos brindó el gobernador al expresar que la seguridad y tranquilidad de la población es asunto prioritario en su agenda de gobierno; mensaje preciso, esperanzador y tranquilizante.
Ya dije al inicio de esta crónica que la fe y los valores ayudan.
Con la mente despejada dispuse reflexionar sobre la fiesta de la Epifanía, la celebración del día de los Reyes Magos, no sólo en sentido religioso sino también en el significado que tiene en la vida cotidiana.
Allá en el altiplano mexicano es tradición que el Día de Reyes los niños reciben los regalos como aquí en la Navidad, es quizá el día más feliz de los niños.
Ese ambiente festivo que viven nuestros niños fue opacado por el fuego y el humo que cubrió toda la ciudad.
El Papa Francisco en su homilía de este día expuso con claridad, primero, el contexto histórico en que se dio este acontecimiento, la visita al niño Jesús por los Reyes sabios de oriente, que le ofrendaron incienso, oro y mirra, tres elementos de enorme simbolismo que encierra tres dones espirituales: “Llamamiento” a abrir la mente a la Fe; “discernimiento”, que implica actuar asertivamente frente a las tentaciones, o bien sabiduría para distinguir entre el bien y el mal; tercero, el don de la “sorpresa”, la que se llevaron los distinguidos visitantes al ver al Niño Rey de los Judíos en un humilde pesebre y encontrar en la humildad la grandeza.
En nuestra vida cotidiana la festividad, según mi humilde opinión, está estrechamente vinculada al ejercicio de los valores: Solidaridad y Lealtad.
Los sabios y poderosos reyes fueron solidarios y leales a la bíblica estirpe de David (casta divina a la que perteneció José, el padre de Jesús), pues le dieron la espalda al Rey Herodes al no regresar con él a informarle, así se los había pedido, dónde se encontraba ese Niño Rey que en un futuro lo suplantaría, lo sabios percibieron las malas intenciones de Herodes que seguro sacrificaría al niño en caso de encontrarlo.
Cegado por la ira y las ínfulas de poder Herodes ordenó a sus huestes sacrificar a todos los niños menores que había en su reino, dándose así el episodio más negro de la historia antigua: la masacre de los inocentes que la iglesia católica conmemora el 28 de diciembre de todos los años.
Bueno, y esto que tiene que ver con la realidad de este día que estoy viviendo, me pregunto con cierta ingenuidad.
La respuesta se la dejo a Usted amable lector, no sin antes subrayar palabras claves que sería pertinente analizarlas en este contexto de violencia y confinamiento poblacional:
“Llamamiento” a la cordura, la razón, al respeto a la vida de gentes inocentes y no tan inocentes, a la tranquilidad y la paz social;
“Discernimiento” saber ubicarnos convenientemente en un contexto de inseguridad, actuar asertivamente, asumir actitud positiva ante la adversidad;
“Solidaridad” con la población que sufre estos hechos violentos y limitaciones a su libertad;
“Lealtad” a las instituciones, al gobierno instituido y respetuoso de la legalidad y los Derechos Humanos;
“Humildad” para reconocer los errores cometidos por la falta de previsión estratégica en el operativo;
“Sorpresa” tácticamente operó el factor sorpresa que hizo posible y menos sangriento el operativo y tener éxito en el objetivo.
Hacía el Atardecer del “Día Después”
La soledad y silencio en la calle se siente con nitidez a lo largo del día.
Las noticias por los medios de información, redes sociales continúan circulando, aportan información sobre los avances de la autoridad en el control de daños.
Los mensajes oficiales de los distintos niveles de gobierno son cada vez más optimistas llegando a asegurar que el día de mañana se recobrará la normalidad y podremos salir a la calle seguros pues todo estará bajo control.
He permanecido en casa todo el día sin siquiera salir a la puerta, oteando a través de las ventanas, recordando aquellos días de confinamiento total por causa de la pandemia COVID 19, obedeciendo puntualmente a un solo objetivo: Protegernos y salvar la vida.
La computadora, el internet y el celular hoy son los mejores amigos del hombre, sin ellos la angustia y la incertidumbre sería mayor, han servido para mantenernos en comunicación con nuestros familiares, amigos y seres queridos, constatando su estado seguro, alejado de riesgos, también para resolver necesidades y apoyos que se necesitan; estos instrumentos son útiles para la prevención, función estratégica para conservar la vida.
Hacía el Descanso Nocturno
Sin la mente agobiada por el miedo y las preocupaciones como ayer, me dispuse ir a dormir con la esperanza de que mañana sea realidad lo anunciado por las autoridades y recobremos nuestra cotidianidad.
Antes de ir a la cama acostumbro escuchar música y hoy no será la excepción, me auxilio con la APP SPOTIFY que en segundos te pone en oídos cualquier música que quieras escuchar.
Seleccioné la Sinfonía No. 9 “Del Nuevo Mundo” de Antonín Dvorak (1841- 1904) compositor Checo nacido en Bohemia; esta monumental sinfonía me gusta, además, su título me sugiere y acerca a una vida llena de esperanza, que tanto hoy necesitamos los culiacanenses y sinaloenses en general.
En mis crónicas escritas y publicadas en los días del confinamiento pandémico utilizaba esta frase: “En nuestra vida, después de la pandemia COVID 19, ya nada será igual”, no quiero transpolar la frase a la actualidad por razón de que confío en la capacidad de la sociedad civil para participar activamente en las políticas de seguridad pública de los gobiernos estatal y federal sin importar filiación política.
Cierro este “Día Después” (Lendemain) con una frase tomada de la crónica del maestro Ronaldo González que también escribe sobre lo que pasa en estos aciagos días:
“Inevitablemente me pregunto si la resiliencia de que tanto hablan las autoridades cuando pretenden levantar el ánimo de los sinaloenses no es, en realidad, más que pura y dura resignación”.
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