Sabía Usted, querido Lector, que Don Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, mejor conocido como el Padre Hidalgo hacía vino?…
Aquí se lo voy a contar:
Por: Justo Molachino Amaro
Corría el año de 1595, cuando el rey Felipe II, prohibió la siembra de viñedos en la colonia y mandó destruir todos los existentes para proteger los intereses de quienes comercializaban vinos que provenían de península, a excepción del clero, al que se le permitió seguir elaborando sus propios vinos para su autoconsumo y ritos católicos. Dicha prohibición duró hasta la consumación de la independencia.
Hubo otras excepciones, las preeminencias reales, como la que obtuvo Lorenzo García, vecino de la Villa de Santiago del Saltillo, en el año 1597, con la que fundó la Hacienda de San Lorenzo que en un principio fue conocida únicamente como la Hacienda de Abajo, para diferenciarla de la de Arriba, perteneciente al capitán Francisco de Urdiñola, esto es a una legua de distancia, es decir, alrededor de 5 kms., ¨más abajo¨. La Hacienda de San Lorenzo con los años se convertiría en Casa Madero.
Transcurrió la historia en la Nueva España y en el año de 1778, Miguel Hidalgo se ordenó sacerdote y fue en 1803 cuando se hizo cargo de la Parroquia de nuestra Señora de los Dolores, en Guanajuato, en donde estableció varios talleres para beneficiar a sus feligreses, en su mayoría indígenas, entre ellos, el de la elaboración de vinos. Para ellos cultivo plantas de uva para la producción vinícola y buscó obtener, sin éxito, el mismo privilegio que dos siglos atrás había conseguido don Lorenzo en el Valle de las Parras.
El Padre de la Patria
A pesar de no haber logrado la gracia real, el Cura Hidalgo tuvo varios viñedos, no se sabe a ciencia cierta cuántos y dónde. Aunque es de suponer que éstos se encontraban en o en derredor de su parroquia y bajo el cuidado de su feligresía, era común que los sacerdotes de esa época tuviesen sus parras afuera de sus ermitas.
En las tertulias que organizaba, se consumía parte del vino que producía al mismo tiempo que nuestro Padre de la Patria tocaba su violín y se declamaban poemas. Bien es sabido su gusto por la literatura, los vinos y las féminas.
En 1809, se unió a una sociedad secreta en Valladolid, hoy Morelia, a fin de buscar un gobierno en la Nueva España que rigiera a nombre del rey Fernando VII, confinado por Napoleón que colocó en su lugar a su hermano José Bonaparte, conocido como ¨Pepe Botella¨ por su afición al alcohol. En una popular letrilla de la época se decía que era protector del cultivo de las uvas y catador experto de las cubas.
En ese mismo año, un grupo de soldados, con el pretexto de que desobedecían, el antaño mandato real, arrancaron y quemaron todos los viñedos existentes en la región, entre ellos los del Padre Hidalgo lo que quizás pudo haber sido una razón más para que este gran enófilo de la época, se alzase en contra de las autoridades novohispanas.
Descubierta la conspiración, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el Padre Hidalgo convocó a la población en su parroquia para iniciar un levantamiento en contra de gobierno del virreinato de la Nueva España, que culminaría con la independencia de nuestro país.
Cómo bien lo he dicho en artículos anteriores, detrás del vino existen un sinnúmero de historias que quizás nunca llegaremos a conocer, por lo que; es el vino una historia sin fin.
Durante el mes patrio, si va a preparar comida mexicana para festejar este importante acontecimiento, le recomiendo tener en su mesa un buen rosado mexicano o algún espumoso bien frio para su acompañamiento. Si es rosado le recomiendo servirlo entre 8 y 11 grados y si es espumoso entre 7 y 10. Sugiero no olvide alzar la copa en honor de quien la madrugada del 16 de septiembre diera el Grito de Dolores.
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Y recuerde: que el vino que no une, no es vino.
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