Envidia de la Buena
La Limpieza Aligera el Espíritu
En general los Pueblos del municipio de San Ignacio, Sinaloa, México, son admirablemente limpios y esto es algo que cobra doble relevancia dado que es uno de los municipios de Sinaloa con menores ingresos municipales, prácticamente se sostiene de las participaciones estatales y federales y, aún con eso, autoridades y sanignacenses conservan sus poblaciones con una limpieza que genera, al menos a este mazatleco, una saludable envidia y ganas de imitarlos
Ejemplo a Seguir
Una Joya Turística
De verdad que los mazatlecos, deberíamos de aprender sobre limpieza del municipio de San Ignacio, Sinaloa, México y de paso lo deberían hacer otros municipios de México y del mundo
San Ignacio de Loyola, Zona Trópico, San Ignacio, Sinaloa, México, a; 28 de julio de 202.- El día de ayer visitamos la cabecera municipal del municipio de San Ignacio, Sinaloa. No fue una visita recreativa, sino que fuimos a darle el último adiós a la hermosa “Tía María” una bellísima cosalteca de origen, pero que muy joven prendó con sus encantos al sanignacense David Lafarga y decidieron unir sus vidas, yéndose la bella María Espinoza Molina a vivir a San Ignacio de Loyola. Nuestra querdida tía murió, unos dicen que a los 96 años y otros afirman que a los 97, por lo que ya era más sanignacense que muchos nacidos en ese hermoso Pueblo Señorial y en su honor y memoria hacemos la presente crónica.
Ayer fue uno de esos días grises, nublados medios en Mazatlán y conforme nos adentrábamos al municipio de San Ignacio las nubes se pintaban de un gris intenso, como amenazándonos con la lluvia. Todo el camino, desde el entronque de Coyotitán hasta San Ignacio de Loyola fue en ese tono, en algunos tramos con lluvia y otros con unos nublados espectaculares, la verdad que fue un recorrido sensacional ya que los grises se contrastaban con los exuberantes verdes del monte.
Al llegar al Pueblo Señorial, nos dio la bienvenida el arco de entrada y el majestuoso río Piaxtla, el cual orgulloso nos mostró su imponente caudal. El clima era cálido pero con el nublado y gotas de agua finitas que mojaban el parabrisas del auto y que nos anunciaban un aguacero, pero en conjunto nos daban una sensación muy grata.
A estas alturas, lo que empecé a notar en el camino Coyotitán-San Ignacio de Loyola, ya era algo imposible de que nos pasara desapercibido. Más aún, fue algo que prácticamente nos dio como una especie de cachetada y es que pese a la lluvia, no veíamos una sola basura tirada en el piso. Las calles espectacularmente limpias y, yo diría envidiablemente.
Por fin llegamos a la que fue la morada de la “Tía María” lugar en donde la velaron y de donde partió a su morada terrenal final. Y ahí recibimos la segunda cachetada, cuando digo ahí; me refiero a donde velaron a la Tía, en su casa pues, pero ni en la calle, ni dentro de la carpa, ni en las banquetas había una sola pieza de basura, ni botellas de plástico, nada, Todo ordenado. Y vaya que los familiares de la “Tía María” fueron espléndidos con quienes les acompañaron a velar a la hermosa Tía María. En serio que nos dio envidia de la buena.
Desde la hora que llegamos, a eso de las nueve de la mañana, hasta la hora que partió el cortejo fúnebre, tres de la tarde, estuvimos acompañando a los familiares y a la “Tía María”. Yo suponía que cuando saliera el cortejo, bueno el lugar quedaría sucio. Para mi sorpresa, fue todo lo contrario, quedó como si no hubiera habido una velada de cuerpo.
Luego vino la partida rumbo al panteón. Caray, cómo se los describo. Ni una sola basura, ni un solo bote de basura atestado y así durante el todo el recorrido, que inició en el centro de San Ignacio de Loyola y culminó en el Panteón Municipal, ubicado a las afueras de la cabecera municipal.
Luego de despedir a la “Tía María” en un panteón municipal, que pese a la lluvia que momentos antes lo azotó, lucia impecable, emprendimos el regreso a Mazatlán, haciendo dos escalas, una en Platanitos, en donde compramos empanadas de calabaza, unas conchas y cortadillos, y la otra fue en Coyotitán en donde comimos rico. Bueno pues en estas dos poblaciones, la limpieza también lucía en todo su esplendor.
Y así concluimos nuestra visita a San Ignacio de Loyola, lo cual hicimos satisfechos por haber podido acompañar a la hermosa “Tía María” hasta su última morada y al mismo tiempo, gratamente impresionados con la limpieza de las poblaciones del municipio de San Ignacio.
Ojala y muchos mazatlecos lean esta crónica de viaje, pero más que leerla, sería millón de veces mejor, que de ya se pusieran a limpiar sus frentes de casas, a no arrojar basura antes de que pase el carro recolector. Y no nos vengan que es falla de las autoridades, eso no es cierto, Las autoridades desde hace varios trienios han venido mejorando sustancialmente el servicio de recolección de basura domiciliaria, por lo tanto, somos y MEJOR DICHO SON, los mazatlecos sin la mínima conciencia ambiental, los que generan verdaderos focos de infección sn las banquetas de sus casas, al colocar la basura mucho antes, incluso días antes de que los carros recolectores pasen.
Vaya desde aquí nuestro más grande reconocimiento y felicitaciones a los habitantes del municipio de San Ignacio, Sinaloa, México, por mantener tan limpias sus poblaciones y tan bien cuidadas sus fincas, por muy humildes que estas sean, lucen espectaculares con la limpieza y los cuidados y adornos que les ponen.
A los mazatlecos, les pedimos encarecidamente, que ahora si copien algo bueno y esto es la conciencia de los sanignacenses en cuanto a la limpieza. Lo cual sería mucho mejor, en lugar de andar copiando cada cosa que ni nos va ni nos viene, puras vergüenzas nos hacen pasar.
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