Símbolos de Nuestro Glorioso pasado y Próspero Presente y Futuro
Construidas con motivo de la celebración del inicio de la guerra de independencia, hoy en día son un poderoso y hermoso atractivo turístico de Mazatlán
Por: Enrique Vega Ayala
Cronista Oficial de Mazatlán
Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 12 de abril de 2022.- En 1910, con motivo de la celebración del centenario del inicio de la guerra de independencia, se organizó un comité que planeó y ejecutó diversas obras para mejorar la calidad de vida de los mazatlecos.
Entre las obras de ornato que se realizaron entonces, estuvo la de extender el paseo costero en ambos extremos de Olas Altas. Así se trabajó dinamitando una parte del Cerro de la Nevería, para dar acceso a vehículos hasta las glorietas Redo y Allende que se levantaron como atalayas para la contemplación del mar, los celajes y los ocasos.
El Ingeniero Jorge Claussen fue el principal promotor de esas obras de ornato, mientras presidió la Junta de Mejoras. En reconocimiento a su labor, primero popularmente y más tarde oficialmente, se le llamó por su apellido al paseo en las estribaciones del Cerro de la Nevería. Don Jorge, prominente hombre de negocios de origen alemán, que se avecindó en el puerto, fue uno de los socios de la Casa Melchers en Mazatlán y la dirigió por casi 25 años; fue apoderado de la firma propietaria de la Mercería Alemana. Oses Cole en el Diccionario Biográfico e Histórico de Mazatlán lo ubica, también, como socio fundador de la Cervecería del Pacífico; como integrante del Consejo de Administración de la Fábrica de Hilados y Tejidos Unión (en Villa Unión); y, como Presidente de la Cámara de Comercio de Mazatlán en el periodo de 1907-1908.
El Paseo Claussen se trazó sobre un camino prácticamente peatonal. Sirvió para recuperar en beneficio del esparcimiento de los mazatlecos lo que se había convertido en una zona degradada, pues servía como zona de descargas cotidianas de aguas negras, a cargo de las cuadrillas de limpieza de los “comunes”, conocidos popularmente como “mayates”.
Bajo la dirección del empresario alemán se amplió la vereda para dar paso a carruajes de diverso tipo, pero se mantuvo de terracería. Lo realizado era un camino breve. La nueva calzada en varias partes lucía muros de contención a los lados (por las mareas y los derrumbes), para llegar a los miradores ya mencionados antes.
Por cierto estas terrazas sobre piedras llevaron los nombres de los iniciadores de la lucha independentista Hidalgo y Allende; aunque, desde su apertura (junto a las escalinatas) se colocaron sendas placas como agradecimiento, por la aportación monetaria para su arreglo, a las familias porteñas Redo y Canobbio. Por eso la del “clavadista”, que era la del nombre del “padre de la patria”, se suele mencionar como glorieta Redo.
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