Por: Francis Velarde
Hoy en día, el progreso y las nuevas tecnologías han provocado que una gran cantidad de oficios tradicionales habituales en la época de nuestros padres hayan desaparecido, y otros están a punto de desaparecer.
Con el paso del tiempo, la llegada de la modernidad, y el avance de la tecnología muchos de los trabajos que antes eran rentables poco a poco comenzaron a desaparecer en nuestro país y la ciudad.
En la época de nuestros abuelos existieron oficios que daban respiro y alegría a todo aquel que los desempeñaba. Estos oficios requerían de disciplina, destreza, valor, creatividad y fuerza, al llegar la modernidad fueron reemplazadas por grandes industrias. Conozcamos un poco de estos oficios.
Afilador
El afilador, también llamado amolador, es un comerciante ambulante, que ofrece sus servicios de afilar cuchillos, tijeras y otros instrumentos de corte.
El afilador recorre ciudades y pueblos en su bicicleta o motocicleta para dar el servicio de afilar lo que el cliente necesite, los cuchillos son los más solicitados. A mediados del siglo XX, los afiladores se empezaron a asentar en locales de grandes ciudades, siendo cada vez menos los que viajaban de pueblo en pueblo, todavía en algunas partes podemos encontrar un afilador de cuchillos dando servicio a la comunidad que lo necesita.
Sereno
El sereno era el encargado de vigilar las calles y regular la iluminación en horario nocturno; y en algunos casos, de abrir las puertas. Esta figura existió en España y en algunos países de Sudamérica.
En México surge durante la época virreinal. Esta actividad consistía en vigilar las calles, checar el alumbrado público e incluso resguardar las llaves de las casas del barrio. Algo así como un velador pero de más confianza.
Las jornadas laborales iban de 11 de noche a 5 de la mañana, estos personajes que ejercían una labor de vigilia también eran encargados de informar la hora y el estado del tiempo. Era común escuchar un grito, por ejemplo: “Las doce en punto y sereno”.
El sereno representaba autoridad en un ambiente nocturno. Portaban un chuzo (un palo con una púa de hierro), una linterna, silbato y regularmente usaban sobrero de ala ancha, capucha y abrigo.
Pero no era cualquier trabajo, se requería tener carácter ejemplar para controlar las condiciones problemáticas en las que se podría enfrentar, eran personas tranquilas y valientes.
Con el tiempo este oficio dejó de existir, dejando como legado uno de sus versos en las Mañanitas: “Si el sereno de la esquina, me quisiera hacer favor, de apagar su linternita mientras que pasa mi amor”. ¿Lo sabías?
Operadores telefónicos
Los telefonistas eran una parte integral del funcionamiento de una red telefónica antes de que la tecnología moderna los volviera obsoletos.
Su recuerdo hoy está en boga por el auge de la serie de Netflix de Las chicas del cable, las telefonistas (ya que eran habitualmente mujeres), asumían la tarea hoy exclusivamente mecanizada de lograr que la red telefónica funcionara. Estas operadoras conectaban las llamadas de larga distancia, entre otras funciones.
Zapatero, Los lugares donde reparan calzado
La profesión de zapatero, tan popular en las ciudades hace medio siglo, hoy es una artesanía en vías de extinción. Con un anuncio en la fachada de los viejos locales se anuncia asì.
Se repara calzado: se ponen tapitas, suelas, remiendos, pintura a tus zapatos, puede ser calzado de piel, vaqueta o hule , el zapatero siempre está dispuesto a reparar y hacer la entrega al dueño de los zapatos lo más rápido posible. En esos talleres se pueden observar grandes hileras de zapatos de hombre y mujer.
El oficio de zapatero va de generación en generación y aunque a veces los zapatos en las grandes tiendas comerciales suelen ser actualmente muy baratos y desechables, muchas personas de todos los estratos sociales recurren al taller de zapatos a que les reparen el calzado
Lechero
Durante el siglo XX los lecheros repartían leche y pan por las casas. A bordo de una bicicleta, camioneta y tiempos atrás a caballo, los que recorrían las calles ofreciendo este apreciado alimento.
Los consumidores entregaban envases de vidrio para recibir un producto de calidad que siempre se garantizaba llegaba fresco y directo de las granjas productoras, las cuales mucho tiempo fueron consumidas por las familias, era natural, sin pasteurizar.
Un frase popular que nace de este oficio, la han escuchado?: “el es hijo del lechero”, debido que en aquella época el lechero entraba hasta la cocina de las casas a repartir el preciado liquido.
Al surgimiento de empresas pasteurizadoras este oficio fue desapareciendo. Ahora el producto ya pasteurizado se vende en abarrotes y tiendas de autoservicio, la cual viene en diferentes marcas y presentaciones.
Farolero
Cuando no existía iluminación eléctrica, el farolero era la persona encargada de encender los faroles de una población y mantenerlos en buen estado.
Los faroleros eran los responsables de dar luz a los habitantes de las ciudades, empleando un palo largo con una mecha en el extremo superior para encender las luces de las farolas y apagarlas al finalizar la noche. Fueron piezas fundamentales del imaginario colectivo de ciudades y pueblos hasta la llegada de las farolas eléctricas.
Hoy este singular oficio solo podemos apreciar en antiguas imágenes.
Ascensorista
El oficio de ascensorista es tan viejo como la existencia del elevador mismo, incluso existen referentes sobre la existencia aún de unos pocos ascensorista esparcidos por el mundo.
Su trabajo se enfocaba a trasladar a los usuarios de un piso a otro, sí, exactamente como lo hacen laspersonas por sí solas en la actualidad. Era un modo elegante de brindar un servicio al interior de un centro comercial u hoteles.
¿ Qué otros oficios crees que están a punto de desaparecer en tu ciudad?
Pronto la segunda parte…
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