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En verdad muchos creímos sinceramente que con esta pandemia los seres humanos cambiaríamos la forma en que nos interrelacionamos, trabajamos y nos educarnos, entre otras más
- La triste realidad es que no ha cambiado nada y todos estamos volviendo peligrosamente a lo mismo
Capítulo: La Pandemia-La Desinformación y los Abusos Médicos
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Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 14 de junio de 2021.- Hará cosa de año y medio que nos enteramos de que en algún lugar de China despuntaba un virus denominado “SARS-CoV-2” del que, según a lo que se publicó en esas fechas en los medios, era un “nuevo tipo de Coronavirus” productor de la ya mundialmente famosa pandemia del “Covid – 19”.
En esos momentos, cuando oía a los comunicadores de todo tipo de medios de comunicación hablar sobre el brote del Covid – 19, me llamaba la atención el hecho de que prestaran tanta atención a un virus que se focalizaba en una de las tantas provincias de China, misma que yo creía ni los chinos sabían bien dónde se localizaba, es por ello que me preguntaba: ¿Bueno, a qué se deberá que estén haciendo tanto ruido con un virus que está en casa de AMLO en Chiapas, ya ni cuando hay brotes del Ébola y otras más que son terribles?.
Por ello, entrecomillé “Nuevo Tipo de Coronavirus”, y también por ello; me di a la tarea de estudiar un poco acerca del mismo. Pero y aclaro, que no dedicaré el presente a lo que es el virus, que de hecho, creo todo mundo, aunque unos más que otros, sabemos a esas alturas eso o al menos lo que nos cuentan qué es, gracias, claro, al sensacionalismo de los medios de comunicación en general.
Buscando y consultando aquí y allá me encontré varias sorpresas, siendo la más impactante que este virus era de los menos letales y que atacaba preferentemente a los adultos mayores. Lo anterior hizo crecer mis dudas sobre el interés de los comunicadores en ser tan sensacionalistas respecto de la diseminación del coronavirus.
Luego vino la otra sorpresa, y es que de manera espectacular el condenado virus apareció prácticamente por todo el mundo, muy contadas regiones se salvaban de su presencia o invasión. Y aquí de nuevo me hice una pregunta: ¿Pero qué carajos pasa con este virus que se mueve a una velocidad increíble. Ninguno de los terribles virus de la historia han tenido esta enorme capacidad de dispersión?…
Cuando empecé a preguntar sobre este tema del avance del coronavirus, me decían: -Es que ahora con los aviones las cosas se mueven más rápido-. “Ahora con los a aviones”: pero si los aviones tienen poco más o menos 100 años moviendo seres humanos y sus cosas por todo el mundo y en ninguna época moderna un virus avanzó tan rápido.
Pero lo que más me llamaba la atención fue, que los medios se desataron al difundir información sensacionalista, pregonando día y noche los avances del virus, los estragos que este estaba causando en otras partes del mundo y agregaban que ya estaba llegando a México, el caso es que cuando llegó el primer caso comprobado, por cierto y para acabarla de amolar, aquí a Sinaloa, fue una verdadera locura de amarillismo.
Por supuesto que tanta desinformación tenía que causar estragos en la población y casi todo mundo vivía aterrado ante el temible mal que nos asechaba.
Desde luego que todo lo anterior era tan sólo una parte de las que compusieron todo el tinglado mediático del Coronavirus, de tal suerte que también afloró la contraparte a la información de los medios, es decir, las redes sociales empezaron también a generar información, tanto en el mismo sentido que los medios, pero también en contra, es decir, lo que algunos llaman: “la teoría de la conspiración”.
Y ahí nos tienen a los seres humanos comunes y corrientes atrapados en un fuego cruzado entre los medios de comunicación que pregonaban y pregonan hasta el hartazgo los males del mal y las redes sociales con las teorías de la conspiración, el caso es que el terror es lo que más salió a relucir gracias a la desinformación.
Desde luego que conforme el mal avanzó se fueron destapando cosas que de verdad aterraban y que los medios oficiales callaban como el caso de los desastres y abusos que estaba haciendo la medicina o el sector salud privado a expensas de la pandemia.
Tampoco señalaba nada acerca de las enormes fortunas que estaban y siguen haciendo las farmacéuticas de todo tipo. Así como las financieras internacionales, nacionales y locales.
Todo lo anterior, claro que les ha venido costando a los medios “profesionales” que han perdido toda credibilidad y la confianza del público.
En medio de este marasmo desinformativo, surgió otro, pero más aberrante, y es que los grupos políticos mexicanos, sobre todo los antagónicos al gobierno, no ha habido un día que no utilicen la pandemia con fines propagandísticos y detractores, pero nada han aportado a la solución de la problemática generada por la pandemia. Y caro habrían de pagar en el proceso electoral recientemente celebrado por tal afrenta a la comunidad.
Medio se salvaron un poco las redes sociales, pero no como tales, ya que como todos los que las usamos sabemos lo restrictivo que son en temas fundamentales como es el caso que nos ocupa, y es que si algo creen que afecta los intereses de los grupos de interés de las propias redes, de inmediato bloquean y eliminan al que se atreve a hablar de esos temas y grupos. No obstante, muchas personas las han usado para brindar información alterna sobre esta “Terrible Pandemia”.
Que la verdad sea dicha, lo verdaderamente terrible de la misma es que llegues a caer en manos de médicos privados, si es que te toca la de malas y te contraigas del virus. Son muy pocos los médicos privados que se salvan de ser señalados como proclives a hacer desmanes, pero ningúno de los hospitales o clínicas privadas se escapa de ser señaladas como abusivas y de lucrar excesivamente ante esta pandemia.
Lo triste de lo anterior es; que en medio de toda esa podredumbre informativa, los grupos de interés logran sembrar las dudas con respecto de los programas que desde el ámbito oficial se han implementado para detectar, contener y erradicar la pandemia.
De hecho, el fin primario de la desinformación es hacer que la gente dude de los programas oficiales para que use los servicios médicos y hospitalarios privados y, en efecto, son muchas las personas y familias que acuden a este tipo de servicios, y todas se lamentan del abuso que cometieron en su contra con precios exorbitantes.
Mucho se comenta que los abusos se dan particularmente con aquellas personas que cuentan con seguros de gastos médicos, ya que según sospechan los afectados, los médicos u hospitales hacen todo lo posible para sacar el máximo provecho de los seguros médicos, fraudes pues.
Y a los que no cuentan con estos seguros, se cuentan por miles los que se quedaron sin familiares y totalmente arruinados y endeudados, eso sí, comentan, que hicieron todo lo posible por salvar a su ser querido.
Con la vacuna está sucediendo lo mismo, muchas personas están yendo a vacunarse a USA, y pues no se critica que lo hagan, están en su derecho de elegir lo que quieran. Pero entendemos que son víctimas de la desinformación. Claro está que ellos alegarán que no y que no confían en las vacunas que se ponen en México, por esto y por aquello. Pues allá ellos y su dinero.
Así es como se ha y se sigue viviendo la pandemia en México, de tal suerte que la desinformación, los abusos médicos, hospitalarios, farmacéuticos y financieros, han causado más víctimas que la propia pandemia y lo peor de todo es, que peligrosamente estamos volviendo a lo mismo, o sea, damos por asentado que las cosas son así. Lo cual no es cierto, antes al contrario, nunca debieron ser así, y es contra lo que se lucha en estos momentos en este país.
Ojala y se entienda todo lo anterior…
Próximo Capítulo: La Pandemia y la Educación
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