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Sin tumultos, guardando la compostura y la sana distancia los rosarenses veneran a su santa patrona
- Aseguran los fieles rosarenses que la Virgen lucia triste durante la peregrinación

El Rosario, Pueblo Mágico, Zona Trópico, Rosario, Sinaloa, México, a; 5 de octubre de 2020.- Sin duda, la manifestación religiosa más importante de Sinaloa se da en el Pueblo Mágico de El Rosario, ubicado en el estado de Sinaloa, en la enigmática Zona Trópico.
Y es que los rosarenses han convertido esta fiesta tradicional en todo un súper atractivo religioso-turístico, que cada año congrega miles de fieles, turistas, estudiosos de las manifestaciones sociales y personas curiosas.
En esta gran fiesta se conjugan aspectos; religiosos, culturales, sociales y económicos. De tal suerte que el Pueblo Mágico se ve impactado de manera favorable en todos los aspectos.
Con más de 300 años de historia, esta gran manifestación de fe, a pulso y con el esfuerzo de los rosarenses se ha ganado un lugar preponderante en el campo del turismo religioso de Sinaloa.
En ese largo periodo, solamente una vez se suspendió la festividad, pero por motivos de guerra, y una vez más, pero porque la Virgen no salió de su templo original, salvo estos dos casos la fiesta cada año brilla en todo su esplendor.
Pero este 2020, las cosas no fueron igual, lo anterior debido a que la pandemia del coronavirus o Covid – 19, movió todas las estructuras políticas, sociales y económicas del mundo, algo jamás visto en la historia de la humanidad.
De manera sorprendente, en escasos tres meses el virus se propagó por casi todo el mundo, Algo también inconcebible en esta era en donde se supone tenemos los mayores adelantos de la historia, en lo médico, en prevención, en comunicación. Aun así, nada valió y el virus infestó el mundo. ¿O acaso, todo fue planeado?. No lo dudamos un tantito.
Pero cuando de fe religiosa se trata, las cosas caminan diferente, quienes conocen, aun sin ser creyentes, una manifestación religiosa, o son devotos de una deidad, saben muy bien de qué hablamos. En verdad es impresionante como las personas se entregan con toda su fe y se unen a las manifestaciones en torno del Cristo, o la Virgen, o el Santo, o Santa.
Y eso es lo que venimos observando en El Rosario, Pueblo Mágico desde hace muchos años, una manifestación religiosa que cada año congrega a más y más devotos de la Virgen del Rosario.
Pero en esta ocasión las cosas fueron diferentes. Para nosotros sería muy difícil transcribirles como se vivió la fiesta religiosa, es por ello que acudimos a una Rosarense, nacida y creada en El Rosario, y devota de la Virgen. Y le pedimos que nos apoyara en la búsqueda de información que nos describiera cómo se vivió esta festividad, así que a continuación les dejamos lo que encontró la Dra. Karla Murray, a quien desde aquí agradecemos su invaluable apoyo para poder hacerles llegar el presente. Al igual que a su esposo Héctor Castillo.
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Extrañamos la gran escolta humana de la gente, al Pasar la Virgen, se veía hermosa, con un vestido muy fino, quizá el más sencillo y elegante de los últimos años, al leer su significado lo entendí, y se los comparto más adelante.
En la actualidad, con el retoque tenue en su rostro reflejaba humildad, y quizá hasta percibí que su imagen consolaba a un pueblo que sufre de una crisis pero no sólo de enfermedad y económica, sino una crisis del alma, el pueblo la aclamaba y miró en ella la esperanza de sobrevivir a esta terrible pandemia, se encomienda a ella.
Les comparto la historia y significado sobre el diseño del vestuario que portó Nuestra Virgen del Rosario
Nuestro pueblo es un lugar bendecido por la presencia viva y notable de la Santísima Virgen del Rosario en estas tierras, quien desde su llegada nos inundó de fe y esperanza, con un amor tan especial y tan único que brindó prosperidad, unión y devoción por un mundo divino que está latente en cada paso, a cada momento…
En este Año Mariano 2020, afectado y marcado por el flagelo de la Pandemia Mundial, el atuendo de Nuestra Señora del Rosario es un meditar sobre el Evangelio de su amado Hijo Jesús, de forma sencilla y elocuente.
Aspectos como pureza, humildad, generosidad, comprensión, paciencia, templanza, caridad y el valor de la vida misma, fueron inspiración para crear su vestidura real; confeccionada por el Atelier de moda y marca reconocida, Édgar Ponce Couture, talentoso diseñador mazatleco que junto a su equipo de colaboradores, se entregaron por meses a la realización de tan magnífica obra de arte donde se materializa e interpreta el deseo que durante 14 años anhelamos y visualizamos mi familia y yo, y que hoy podemos apreciar en la figura de Nuestra Madre del Cielo.
Las sedas en diferentes textiles y colores llenos de energía espiritual y divina, son protagonistas en el arte de este sutil y elegante diseño; su vestido, en seda francesa blanco ivory, es pues, el tono que mayor sensibilidad posee frente a la luz y, por lo tanto, es el símbolo de lo absoluto, de la unidad y de la inocencia, nos muestra la limpieza que debemos mantener en el alma para alcanzar la paz en el Reino de Dios.

Su manto en raso italiano azul celeste, representa la parte celestial y también al Espíritu Santo. Es una evidente analogía a la eternidad del cielo y a la profundidad del océano espiritual y manifiesta la protección maternal de Nuestra Señora del Rosario a todos sus hijos.
Su mantilla en tul de seda bordada en cristal puro, es el resplandor permanente de la ternura de Nuestra Santísima Madre, cuyos destellos de luz nos transportan a un viaje visual hacia el hermoso y anhelado cielo y refleja el brillo de una esperanza duradera, porque creemos en las promesas de su Hijo, en su amor y su bendición.
Las cuentas de cristal y la cruz que descansan sobre su pecho, son una clara revelación que nos invita a la oración y al sacrificio al que estamos llamados todos, para que mediante su intercesión podamos obtener nuestra conversión interna en un encuentro genuino con Dios.
En sus brazos, Nuestra Señora del Rosario sostiene a su Hijo, vestido con un ropón blanco ivory de seda elaborado internamente a mano y una solapa azul celeste con cortes finos y detalles en joyería con gemas de plata y zirconia que lo iluminan delicadamente a través de una cruz de cristal cortado enmarcando su divinidad y majestuosidad real.
En el mundo actual en el que vivimos, que nos somete a desafíos y adversidades; somos más los que buscamos estar en armonía con el Creador, quien, como prueba fidedigna, nos deja la presencia mística y física de un ser puro, una conexión directa con Él; a su Bendita Madre, Nuestra Madre, la que a través de su dulce mirada llena nuestros corazones con su infinita gracia y bondad.
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