¿Estamos Contigo!: Ahhh sí…

  • Y cuando más se le necesita su absurda e inflexible estructura no permite que las necesidades financieras de las personas y empresas accedan a solución crediticias
Así ve la Banca Mexicana a sus Clientes…

Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 11 de junio de 2020.- Como es una tradición, la banca “mexicana”, entrecomillamos lo de mexicana porque de eso creo ya solamente es el decir, en la peor pandemia de la historia mundial y no tanto por el número de víctimas mortales que ha venido causando el Covid – 19, sino porque sentó a gran parte del mundo en sus actividades sociales y económicas. Pues aún con eso la insensible banca “mexicana” se lució con sus aberrantes prácticas.

Si bien es cierto, a duras penas y a regañadientes, ofreció a sus “víctimas” perdón, clientes, una prórroga de los pagos de sus distintos créditos, lo cual de una u otra manera es un paliativo, pero que no resuelve el problema tan serio que enfrentamos con esta pandemia del Coronavirus, misma que si sus repercusiones en salud son delicadas, las económicas son ultra delicadas y no previstas.

Pero como no nos gusta que nos platiquen el cómo está actuando la banca en estos momentos, y es que por todos lados nos llueven quejas al respecto. Pues es que decidimos hacer un ensayo en carne propia. O sea, nos pusimos en la condición de cualquier ciudadano que tiene un Mipyme y que por circunstancias de todos conocidas y padecidas estamos ante un panorama desesperante.

Y qué mejor ejemplo que nosotros, que vivimos en una ciudad turística como lo es Mazatlán y que nuestro giro es turístico, por tanto, sumamente críptico, ventas al 0%, cobranza igual, pero los gastos siguen.

Así que el ensayo que hicimos no era en ningún momento ficticio, fue real e igual que al de cientos de miles de Mipymes en México, Sinaloa y Mazatlán, es decir, caótico.

Con lo anterior a cuestas acudimos al que ha sido nuestro banco por más de 12 años. Banbajio, como es en estos momentos, nos dieron la cita y ahí vamos. Aclaramos que esto fue ayer 10 de junio de 2020. Y si bien no podemos negar el trato amable y complaciente de la funcionaria que nos atendió, pero tampoco podemos decir que nos resolvió el problema, vean por qué:

De entrada nos pidió la forma de autorización del buró de crédito. Ya de ahí nos dio una mala señal, ya que a estas alturas del partido, o sea, de la pandemia, ¿quién no está en el buró de crédito?. En realidad estimamos que muy pocos.

Luego de checar en la computadora nuestro comportamiento en depósitos, nos dijo: “Saben una cosa, en los últimos tres mesas no han tenido el saldo promedio que se requiere, que es de 15 mil mensuales y solamente reflejan 10 mil”.

Mi compañera acta a decir: ¿Serviría de algo mostrar el saldo de otro banco?. Y la respuesta fue: “Sí” Y agregó: “Por favor mándenme ese estado de cuenta lo antes posible”.

Salimos del banco ya más desmoralizados que otra cosa, y es que en qué cabeza cabe que en estos tres meses tengamos saldos promedio, ya siquiera mínimos. Así que le dije a mi compañera. “Es cierto lo que dice la gente, estos no cambian, solamente le prestan a los que no tienen necesidad. Así que ya deja en paz eso”.

Y su respuesta fue: -Deja ver hasta donde llegamos con lo del saldo del otro banco.- Y acepté.

No llegábamos al malecón, porque veníamos del Banbajio de Av. Rafael Buelna, cuando mi compañera recibe una llamada. Era la funcionaria de Banbajio quien le dijo que el estado de cuenta que le solicitó lo requería de los últimos seis meses y que una vez que se lo hiciera llegar, apenas si iniciaba el trámite de solicitud con el buró de crédito.

Mi compañera la dejó hablar, volteó y me vio. Y le contestó con aplomo: “Sabe, quiero darle las gracias por sus atenciones y decirle que en estos momentos voy a la sucursal Ejercito Mexicano a retirar cancelar mi cuanta con ustedes y a buscar opciones reales y no ficticias como las del banco para el que usted labora”.

Colgó y luego me dijo: “Vamos al banco y hacemos lo que tengamos que hacer”.

Voltee y la vi, la miré a los ojo y le empecé a aplaudir.

Ojala y todos los usuarios de la banca hiciéramos lo mismo y buscáramos otras alternativas, pero no las tradicionales, que apestan, ya que por no hacer nada ante estos abusivos hacen lo que quieren.

En unos días más les contamos en qué terminó este terrorífico cuento con el Banbajio.

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