Aplanar la Curva: ¿Qué nos pasa?

Por: Jaime Félix Pico. Cronista Honorario de Culiacán.
26/Abril/2020

Lecciones de amor regalo de la pandemia

Escribo esta Crónica inspirado en el ejemplo que nos dan los médicos, enfermeras, voluntarios, camilleros, servidores públicos de la salud, y a todos aquellos que se han puesto al servicio de los enfermos de Covid 19, dispuestos a atenderlos a riesgo de su propia existencia.

“No hay amor más grande que dar la vida” (Jesucristo, dixit) y eso es justamente lo que están haciendo cientos, miles de hombres y mujeres en todo México, integrantes del cuerpo médico, por vocación o, quizá, por un sentido del deber animado por el amor, solo así se explica su decisión de exponer sus vidas por los enfermos.

Es muy justo darles a todos un tributo de gratitud, no sólo de palabra, sino con toda sinceridad, especialmente aquellos que están en las zonas más afectadas, donde el contagio es mayor, hay más riesgo, y también, lamentablemente, más fallecimientos.

Esta lección de amor será, sin duda, lo más valioso que nos dejará esta pandemia:

El comprobado heroísmo del cuerpo médico mexicano será en un futuro próximo una de las fuerzas más afectivas para animar la reconstrucción e inspirar en la niñez y juventud para trabajar por la salud.

Tenemos muchos ejemplos en México de respuestas humanitarias y solidarias de la población ante los desastres ocasionados por la fuerza de la naturaleza, terremotos, huracanes e inundaciones. Hoy toca enfrentar con ese mismo espíritu la crisis de salud.

¿Por qué los agreden?

Cito a Héctor Castillo Berthier (Blog, El Circo Volador. 18/04/2020), “las enfermeras son el alma de la salud…..resulta extraño comprender que alguien se atreva a agredirlas”.
A medida que avanza la epidemia (estadísticas al día de hoy: contagiados 13,842, muertos 1.305 en el país; en Sinaloa, contagiados 481, muertos 101) se requerirá mayor capacidad y esfuerzo del personal médico, solidarizarnos con ellos, apoyarlos, trabajar conjuntamente, es estrictamente indispensable.

El lunes 20 de abril en la rueda de prensa nocturna en la que el Dr. López Gatell anuncio la Fase 3, se presentó la jefa de enfermería del IMSS, Fabiana Zepeda Arias, quien portando con orgullo el uniforme blanco que caracteriza a las enfermeras del mundo, con voz entrecortada, con lágrimas en los ojos, angustiada, pero con humildad y entereza, informó que se habían dado 21 casos de agresiones contra el personal médico, mayormente enfermeras –en 12 estados de la República, Sinaloa entre ellos- recordando a la población los sacrificios que el personal médico realiza en el combate a la epidemia y pidió que cambiaran su actitud, pues de lo contrario no podrían seguir salvando vidas.

“Trabajadores de la salud -dijo- han sido estigmatizados y acusados de ser dispersores de la enfermedad… nosotros sólo tratamos de cumplir con nuestra responsabilidad profesional, trabajamos para cuidarlos a ustedes, pero ustedes no nos cuidan a nosotros”.

Semejante noticia se esparció rápido por las redes sociales (benditas…) y fue reproducida hasta por la prensa internacional que evidenció a ocho columnas estos incomprensibles hechos, denunciando: ¿QUÉ LE PASA A MÉXICO?, si en todo el mundo las enfermeras y médicos son considerados como HÉROES por su calidad humana y profesionalismo en el cumplimiento de su deber contra la pandemia.

El presidente López Obrador en la rueda de prensa mañanera hizo un fuerte llamado a la población exigiendo RESPETO al cuerpo médico que integra el sistema nacional de salud.
Haciendo eco al llamado presidencial, la enfermera Fabiana Zepeda Arias, dejó, para la historiografía de esta primera epidemia del siglo XXI, un humilde y aleccionador mensaje:

“Estas agresiones han afectado fuertemente al gremio, porque ahora, aparte, tenemos que lidiar con otras cosas. La agresión no es algo que alguien quiera. Los invitamos a respetarnos… siéntanse tranquilos. Nosotros no somos portadores en la calle, por el contrario, los estamos protegiendo”.

Médicos sinaloenses que han combatido las epidemias

Así como va a quedar registrado un tributo de gratitud nacional a Fabiana Zepeda Arias y a todo el cuerpo médico de México, la historia de la salud de Sinaloa registra profesionales de la medicina que han dejado su impronta en estas luchas, desde el año 1883 que llegó el virus de la fiebre amarilla, epidemia mortal que cobró la vida a la diva Ángela Peralta.

En anteriores Crónicas me referí a la fiebre amarilla, al cólera “la peste”, la gripe española, más recientemente, Influenza H1N1, hoy me parece justo recordar a algunos de los héroes de antaño que por vocación profesional y amor dieron su mejor esfuerzo en el combate a estas enfermedades, sea en el frente de batalla o en la investigación científica.

Dr. Ruperto L. Paliza (1857/1939): Sinaloense por adopción. Médico oriundo de la Ciudad de México, vino a Sinaloa invitado por el entonces gobernador del estado Ing. Mariano Martínez de Castro para impulsar el Colegio Nacional Rosales; fue director del colegio de 1893 a 1911. Se le reconoce como “el médico de los pobres” por su actitud y empeño filantrópico; fundó la Sociedad de Beneficencia y la Casa Asilo, dirigió el Hospital Civil sin remuneración alguna. Participó en la lucha contra la fiebre amarilla a finales del siglo XIX. (H, Sinagawa, Sinaloa, Historia y Destino).
Dr. Ramón Ponce de León (1840/1913): Sinaloense por adopción. Médico, nació en Puebla, graduado en la Escuela Nacional de Medicina; maestro por vocación, llegó a Sinaloa como catedrático de física, química e historia natural en el Liceo Rosales, luego en el Colegio Civil Rosales, donde dio cátedra durante 40 años, no obstante su participación en la política y la administración en los gobiernos del Ing. Mariano Martínez de Castro y del Gral. Francisco Cañedo, que lo nombró su Secretario General de Gobierno. Combatió y estudió la fiebre amarilla; se reconoce por haber establecido la cuarentena a todo buque que atracara en el puerto de Altata y pudo controlar los brotes de la fiebre amarilla en Culiacán. Filántropo, docente y con innato amor por la investigación científica. (H. Sinagawa, Idem).
Dr. Martiniano Carvajal (1866/1913): Médico, filántropo y educador. Nació en Mazatlán, Sinaloa. Su niñez la vivió con sus padres en extrema pobreza, que le impedía el acceso a la educación; por su manifiesta inteligencia y dedicación al estudio logró becas del Ayuntamiento de Mazatlán para continuar sus estudios en Guadalajara hasta que obtuvo su título profesional como médico. Sinagawa, en su obra ya citada escribe: “Entregó su vida al servicio de la comunidad mazatleca, y a él se le atribuye la creación del primer jardín de niños en Mazatlán. Tuvo una participación muy humana y diligente durante la campaña sanitaria contra el cólera en 1902. Una calle y un parque del hermoso puerto sinaloense, al que tanto amó, llevan su nombre”.
Dr. Rigoberto Aguilar Pico (1905/1974): Médico Pediatra. Nació en Mazatlán, Sinqloa, hijo del Gral. José Aguilar Barraza (Ex gobernador de Sinaloa) y de Natividad Pico Mancillas, oriundos de Elota. Cursó educación media en el Colegio Rosales y profesional en la Facultad de Medicina de la UNAM. Fue el primer médico mexicano que cursó la especialidad en pediatría en la Universidad de París (1930/1931). Destacó a nivel mundial por sus investigaciones sobre enfermedades infecciosas en niños y desnutrición infantil. Fundó en México el Instituto Nacional de Pediatría y fue director del Hospital Infantil de México. Fue gobernador de Sinaloa (1953/1956) y durante su administración creó el Hospital Infantil de Culiacán, el Centro Dermatológico de Culiacán para combatir la lepra. Nunca dejó el ejercicio de la consulta médica como médico pediatra, incluso, en su período como gobernador daba consultas de 8 a 10 de la mañana. El Hospital Pediátrico de Sinaloa, creado en 1980, hoy lleva orgullosamente su nombre.
Dr. Jesús Kumate Rodríguez (1924/2018): Médico Pediatra. Nació en Mazatlán, Sinaloa. Graduado en la Escuela Medico Militar y doctorado en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, con la especialidad en infectología pediátrica. Trabajó bajo las órdenes del Dr. Aguilar Pico en el Hospital Infantil de México como investigador y miembro del Consejo Editorial del órgano de difusión de estudios e investigaciones científicas; fungió como director del Hospital Infantil de 1979 a 1980. Fue Secretario de Salud durante la administración del Presidente Carlos Salinas (1988/1994). Impulsor del Programa Nacional de Vacunación Universal dirigido a los niños de México y promotor de las campañas nacionales para el control del paludismo, la diarrea y la lepra. Miembro del Consejo Consultivo de la UNICEF en México y por sus méritos en la investigación científica fue designado presidente de la Organización Mundial de la Salud. En 2006 recibió la Medalla Belisario Domínguez, máxima presea que otorga el gobierno de la República.

Los sinaloenses debemos sentirnos orgullosos de estos HÉROES combatientes contra epidemias en Sinaloa y en México, sus vidas son ejemplo a seguir por las nuevas generaciones.

“honor y respeto al cuerpo médico de todo México”

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