Belleza, mitote y crítica en redes sociales. Pero no a la Gran Reina sino a los pésimos organizadores
La nueva soberana del arte y la cultura estuvo en el ojo del huracán días previos cuando se filtró en redes sociales que a ella no le había gustado el vestido, y si así hubiera sido, no le faltaba razón a la soberana, porque parecía de quinceañera, sin embargo, nadie podía afirmar que ella haya dicho esto realmente, pero como “Sin mitote no hay carnaval”, esto desató las especulaciones en el pueblo mazatleco que año con año se prepara para vivir la máxima fiesta “El carnaval internacional de Mazatlán”, y al que este año denominaron “Somos América, Pasión, Alegría y Esperanza”.
En cuanto Brianda I subió al escenario para ser coronada por la ganadora del premio Clemencia Isaura, Minerva Reynosa, las redes sociales estallaron en memes, apenas estaban colocando la corona cuando ya se le estaba comparando con un atuendo de “Federica Peluche”, por las plumas importadas que traía una parte del vestido en un color rosa.
Partiendo de que estamos en una era digital en donde la información viaja a tal velocidad que espanta, el tema que dominaba esa noche de carnaval era que el vestido “La creación”, sencillamente no cumplía con las expectativas del pueblo mazatleco, que si bien el vestido era vistoso y bonito, no correspondía a línea majestuosa del linaje real del carnaval más regio de américa.
“Ese vestido era para una pasarela de moda, no para vestir a una reina de carnaval”, mucho menos una soberana de Mazatlán, de esto y más comentarios se leían en las redes sociales. Hay que destacar una cosa importante, Brianda en todo momento se mostró feliz, ella embelleció el pobre escenario puesto por el Instituto de Cultura que al parecer se apegaron a la austeridad de la tan llamada y mal aplicada en este municipio 4ta transformación y no invirtieron en una gran escenografía, sólo era un escueto escenario con muchas luces, con un entarimado para el segundo piso y para darle vida al evento se pusieron cómodos con una proyección de imágenes que algunas estaban fuera de contexto, pero bueno ¡Es lo que había!.
Brianda I, una joven inteligente, que luchó con todo para ganar esta corona, hizo gala de su elegancia y porte. El vestido que pesaba 36 kilos, y fue confeccionado en alta costura y con telas importadas, brilló gracias al mejor accesorio que Brianda I usó en su gran noche: ¡Su poderosa y hermosa sonrisa!. Su seguridad al levantar sus manos para saludar al pueblo que le rinde pleitesía por ser la gran representante del arte y la cultura.
Cabe destacar que durante la coronación se contó con la participación del tenor Cesar Delgado, que a pesar de su buena calidad vocal e interpretativa, no logró grabarse el nombre de la reina y la llamó en varias ocasiones Libia. ¡Ni cómo ayudarlo!.
En cuanto al espectáculo que se brindó en su honor, faltó más brillo, más vida, más fantasía, lo números artísticos estuvieron pobres, cabe destacar que la pobreza de que se habla no es la del talento, eso les sobra a los jóvenes del Centro Municipal de Artes y del grupo folclórico de Gualberto Castro. ¡No!, la pobreza fue a la escenografía. Faltó mayor control de iluminación para que no se viera las partes oscuras ya que el público que se sentó en las últimas filas sólo distinguía sombras.
El espectáculo que lideró la dinastía Aguilar, estuvo de primer nivel, más no era un evento para la cultura y las artes, Pepe Aguilar junto a su hija Ángela Aguilar lograron conectar perfectamente con el público, mostraron sencillez, la voz hermosa de Ángela erizó la piel justo cuando cantaba “La Llorona”, una emblemática pieza que hasta el momento no se sabe quién es el autor. Pepe cantó sus éxitos que fueron bien recibidos por los asistentes y estos agradecieron a la dinastía Aguilar con prolongados aplausos. Este espectáculo hubiera quedado perfecto para la coronación de la reina del carnaval. ¿Por qué?. Porque se supone que es un espacio en donde se presentan los mejores cantantes de ópera acompañados de la orquesta Sinaloa de las Artes, fusionando lo mejor del mundo con lo mejor de Sinaloa, la danza, el teatro, el coro Ángela Peralta, el coro Guillermo Sarabia, Delfos, el ballet etc.
De acuerdo a la historia de los juegos florales escrita por el cronista de la ciudad Enrique vega Ayala, el carnaval de Mazatlán se distingue por brindar ese espacio a la cultura y las artes, con espectáculos de primer nivel, que enaltecen el intelecto, la poesía, el talento en la construcción de un lenguaje universal, que sólo se encuentra en el interior de las bellas artes.
La historia de los juegos florales se empezó a escribir en 1925, pero fue en 1928 que se integró a carnaval un día antes del mal humor y en donde por cierto se llevaban a cabo en lugares cerrados pero un día las cosas cambiaron y fue en 1992 que el espectáculo se llevó a cabo en el Teodoro mariscal.
Los nuevos directivos de cultura deberían realizar una mesa redonda y leer lo que ha representado la historia de los juegos florales, dejar de improvisar o caer en el capricho de traer a artistas que nada tiene que ver con el evento. En fin, la fiesta continua, el confeti y la serpentinas están listas para seguir disfrutando de la Máxima fiesta del puerto “El carnaval internacional de Mazatlán” Somos América, Pasión, Alegría y Esperanza”.
Brianda I, desde este espacio te decimos: tú fuiste lo mejor de la noche, los errores de todos, tú los superaste y opacaste con tu gracia y simpatía.
Eres una gran Reina de Mazatlán… A pesar de tanto inepto. Empezando por la cabeza principal.
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