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Esta enigmática mujer es el producto de las largas luchas sociales que los mexicanos han enfrentado por siglos, y de la gran creatividad de dos grandes artistas mexicanos: Posada y Rivera
- Ha cautivado el corazón de todas las mujeres mexicanas y de muchas partes el mundo, pero sobre todo, se ha vuelto pieza imprescindible de las festividades en honor a los santos difuntos
A lo largo ancho del país podemos encontrar un hilo conductor que identifica a los mexicanos con la forma en que enfrentan a La Muerte, si bien es cierto que lo hacen con mucho respeto, pero también lo es que en algunos lugares lo hacen con mucha alegría y de manera muy peculiar.
Es tan especial la manera en que se festeja a los Muertos en México, que ya se convirtió en una hermosa tradición y es motivo de identidad nacional, vaya, ya es una tradición reconocida mundialmente.
La tradición mexicana del día de muertos, es célebre también por la peculiar forma en que los mexicanos recuerdan a sus muertos cada 2 de noviembre, misma que con el paso de los siglos y los devenires históricos, políticos, sociales y económicos, se ha venido enriqueciendo y arraigando más en la cultura mexicana, de igual forma, se han incorporado personajes que la han robustecido, siendo una de ellas: La Catrina.
Pero vayamos por partes, primero veamos un poco la radiografía de un país que a lo largo de su historia se ha caracterizado por las monstruosas desigualdades sociales y, que aunque duela reconocerlo, han sido la parte más desgarradora de mostrar nuestra realidad y esto se viene dando desde las culturas autóctonas, luego con la conquista, la independencia, la revolución, en la época postrevolucionaria y aún en la actualidad.
En cada época y cultura, los propios mexicanos explotados por las clases pudientes y dominantes, a su manera, hacían las críticas sobre las situaciones que vivían, encontrando en la figura esquelética de la muerte una forma muy simbólica de hacer sentir, que los gobiernos y las clases pudientes los tenías en los huesos, en la miseria, pues.
Pero La historia de La Catrina, en realidad inicia en un periodo muy grave de nuestra historia, este se enmarcó en los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. A lo largo de los distintos periodos gubernamentales que encabezaron estos personajes, mismos que también se distinguieron por la profundas desigualdades sociales que los caracterizaban, particularmente el de Porfirio Díaz, es por ello que se popularizó el uso de textos escritos por la clase media que criticaban tanto la situación general del país, como la de las clases privilegiadas.
Los escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos, empezaron a reproducirse en los periódicos llamados de combate. Estas eran calaveras vestidas con ropas de gala, bebiendo pulque, montadas a caballo, en fiestas de la alta sociedad o de un barrio. Todas para retratar la miseria, los errores políticos, la hipocresía de una sociedad, como es el caso de “La Catrina”. Cabe aclarar, que el personaje más conocido y odiado en esas fechas era el Catrín, personaje que definía a un hombre elegante y bien vestido, el que regularmente era acompañado de alguna dama con las mismas características; este estilo fue una imagen clásica de la aristocracia mexicana de fines del siglo XIX y principios del XX.
Todo lo anterior, podemos resumir que son los orígenes más remotos que dieron vida a la ahora, famosa mundialmente; Catrina Mexicana. Pero… ¿Cómo es que adquiere relevancia este personaje?. ¿Cómo y por qué cautiva a grandes artistas y a la vez, estos le dan vida?. Pues veamos los “por qués”…
De acuerdo a los datos que ofrece el Museo Posada de Aguascalientes: La Catrina surgió en 1912, de la mente y manos del grabador mexicano José Guadalupe Posada para ilustrar unos versos en rima a propósito del Día de Muertos, conocidos como “calaveritas” y mofarse de las clases sociales.
Posada, originario de Aguascalientes, (1852-1913), quien en vida fue grabador y caricaturista, creó la “Calavera Garbancera”, un personaje con el que criticó a las empleadas domésticas que deseaban verse y vestirse como las damas adineradas de la época post revolucionaria en la Ciudad de México.
Ahí mismo, en el museo Posada, quienes lo visitan pueden encontrar este verso que ilustra totalmente el sentido de la creación de Posada:
“Hay hermosas garbanceras de corsé y alto tacón, pero han de parar en calaveras, calaveras del montón”
Cabe destacar, que la Calavera de Posada se caracteriza porque fue plasmada del pecho hacia arriba y con una expresión de felicidad en el rostro, ataviada con un amplio sombrero adornado con plumas y flores. Se infiere, que Posada le dibujó los moños detrás de las orejas, tal como solían usarlos las empleadas domésticas de esas épocas, para recordarles sus orígenes.
Es de destacar, que la Calavera Garbancera fue uno de los últimos trabajos de este gran artista hidrocálido, aunque no llegó a verlo impreso. Y es que lo realizó, como ya mencionamos, en 1912 cuando atravesó un periodo de depresión tras la muerte de su esposa y su único hijo, pero no fue publicado sino hasta noviembre de 1913,10 meses después de su muerte.
De una manera u otra, La Garbancera, se fue colando en la conciencia de los mexicanos, pero en particular de las mexicanas, pero no fue sino hasta que aparece en escena el artista, también mexicano, Diego Rivera, quien la incluyó en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda central”, con lo que le quiso hacer un homenaje a José Luis Posada.
En su mural, además de incluir a Posada como a uno de los personajes centrales, Rivera le dio forma al cuerpo que hacía falta a la imagen original de la Calavera Garbancera, y con ello, según explican los conocedores del tema “le cambió el estatus” social al presentarla con la elegancia de una mujer de la alta sociedad, De acuerdo a gente cercana a Rivera; cuando este la pinta en su mural, la convierte en una mujer de clase alta y la llama Catrina, siendo este el nuevo “estatus” que adquiere la antigua Garbancera, ahora Catrina.
Bien podemos decir, que a partir de ahí la figura estilizada de la calavera ataviada con fastuosos sombreros, elegantes vestidos y adornada con coloridos arreglos, está presente en cualquier altar o adorno alusivo al Día de muertos en México.
Y ha sido tan poderosa la influencia de la Catrina en las mujeres mexicanas, que hoy en día, en las celebraciones de muertos en México no pueden faltar las catrinas.
De hecho, aquí en Mazatlán, que por su categoría de destino turístico internacional, y en consecuencia, su sociedad es muy proclive a influencias extranjeras, como “Halloween” celebración estadounidense que prácticamente desapareció en estas latitudes las celebraciones de muertos. Pero y por fortuna, en cuestión de pocos años, la fuerza de la tradición mexicana y de la Catrina y sus huestes huesudas, virtualmente sustituyeron al “Halloween”, y hoy es común ver en estas fechas muchas mujeres mazatlecas ataviadas como Catrinas, incluso, ha sido tan poderosa la irrupción de la Catrina en Mazatlán, que la mayoría de las mujeres de la enorme comunidad extranjera que vive parcial o temporalmente en Mazatlán, se transforman en Catrinas para celebrar el Día de Muertos mazatleco.
Pues ahí tienen apreciables lectores, un poco de la historia de la Catrina. Seguros estamos que alguno de ustedes puede saber más acerca de ella, por lo que les pedimos que no se pierdan la oportunidad de contárnoslo, para ello, por favor usen el cajón de comentarios. O si no, pues llévenselo a la tumba…
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