[accordions type=”toggle” handle=”pm” space=”no” icon_color=”#51ae16″ icon_current_color=”#d97f1e”][accordion title=”La Fiesta de las Cabras 2019” icon=”” state=”yes”]
Se llevarán a cabo del 17 al 20 de mayo en el municipio de Escuinapa en Sinaloa, México
- Es ya toda una tradición esta festividad que cuenta con 115 años de antigüedad y miles de miles de historia por contar
Playa de las Cabras, Escuinapa, Zona Trópico, México, a 29 de abril de 2019.- El presidente municipal del sureño y muy tropical municipio de Escuinapa, Sinaloa, México, anunció que todo se encuentra listo para la celebración de la 115 edición de la más grande tradición de este municipio, Las Fiestas del Mar de las Cabras.
Cabe destacar, que esta festividad, misma que se celebra totalmente en la Playa de las Cabras, tiene un gran arraigo en todo el municipio, pero con el correr de los años ha ganado adeptos en municipios aledaños, otros estados y de otros países.
En realidad, la emoción que genera esta festividad entre los escuinapenses y sus adeptos inicia días antes, ya que los preparativos son muy completos, y es que algunas familias locales, de otros municipios del estado y de México, realmente se cambian su lugar de residencia habitual por uno temporal precisamente en la Playa de las Cabras, en concreto en una de las cientos de palapas que exprofeso se instalan. Y es así que vemos un día antes del inicio de las fiestas, camionetas cargadas con muebles, tanques de gas, gastos, perros, pericos y, en algunos casos, hasta el marido.
Durante la festividad, las personas pasan de fiesta día y noche, y según cuentan los que saben, ahí cualquier cosa puede suceder y de cualquier tipo. Incluso, alegan los escuinapenses, que han pensado seriamente en demanda a Las Vegas, Nevada, USA, por usufructuar un dicho acuñado ahí: “Lo que pasa en las Cabras. En las Cabras se queda”. Y según nos contaron, antes que les ganen ya pronto registrarán el otro: “Son playa”.
Apreciables lectores, son muchas cosas que podemos contarles de esta festividad, pero no hay nada mejor que vivir la experiencia, afirma una mazatleca asidua asistente a este festejo, quien lo recomienda ampliamente.
En cuanto a la diversión, el presidente municipal aseguró que se contará con un gran elenco y se garantizará que todo se desarrolle en un ambiente netamente familiar.
Ahondando en el tema, el munícipe mencionó que se contará con un magnífico repertorio musical entre los que se cuentan destacados artistas como; Julio Preciado, Raúl Hernández y los Caminantes, los cuales se presentarán el sábado 18 de mayo; al día siguiente Remy Valenzuela será quien engalane la coronación de la reina de las fiestas y el lunes cerrarán con el canta autor Joss Favela.
El Dr., Emmet Soto Grave, mencionó que en realidad se trata de una fiesta turística, en la que se espera superar los 60 mil visitantes que tuvieron el año anterior, estimando que para este año la afluencia fluctúe entre los 70 a 80 mil personas durante los días que dura el evento.
Otro dato que mencionó el alcalde escuinapense fue; que este año se construyeron alrededor de 700 enramadas (cien más que el año anterior) las cuales se encuentran vendidas en su totalidad. Aunque agregó que la ciudad de Escuinapa y el destino Teacapán cuentan con suficientes cuartos de hotel para atender la demanda.
Pues ya lo saben amigos, preparémonos para irnos a Las Fiestas de las Cabras 2019.
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La Historia Remota
Por: Dr. Jorge Alberto Macías Gutiérrez (q,e,p,d)
Probablemente tenga una antigüedad de cerca de centuria y media, originalmente se realizaban en las playas aledañas al cerro de las cabras. Personas que en la actualidad cuentan con 100 años de edad, refieren que el trasporte se hacía al principio en carretas jaladas por animales.
Al no existir camino carretero, recuerdan que atravesaban las marismas, que en esa época se encontraban secas, otras personas se trasladaban en bestias de carga, donde llevaban víveres y algunos enseres domésticos.
Según algunos estudiosos de las fiestas, se realizaban en la última semana del mes de mayo, correspondiendo con el plenilunio. El escritor Escuinapense, Dámaso Murua, le asignó a dichas fiestas un origen Prehispánico, de tipo ritual pagano. Idea que parece encontrar apoyo en el antecedente siguiente: Los Totoremes, refiere Ignacio Dávila Garíbi, en su historia de la iglesia de Guadalajara, tenían también su licor divino predilecto, al que daban el nombre de Paxcualt (Euphorbia Camprestris), que nunca faltaba en sus fiestas del Yequi. Sin embargo, esta bebida tiene algunos otros usos de carácter más o menos religiosos. Creían que este vino embriagante los animaba cuando estaban decaídos o tenían que emprender alguna actividad superior a sus fuerzas y por otra parte, los aliviaba de cuanto padecían; la acción de este vino más pareciera tratarse del peyote.
Por otro lado, los Totoremes tenían al sol, que en su idioma nativo llamaban “Yequi”, como deidad creadora de las aguas y de los peces, cada año, al acercarse la estación de lluvia celebraban la fiesta del Yequi (Yanqui, el que se va, según Sahún) La cual celebraban mediante un curioso ceremonial, en el que el oficiante o Chaman, recibía el nombre de Aztacuani (lo que no ocurre durante las fiestas del mar de las cabras) Este Chaman, durante todo el tiempo de la cosecha del camarón, además ayunaba de sal y chile, durante los cinco días que precedían a la fiesta.
El Aztacuani invocaba al astro del día, deidificado como Yequi, durante varias noches, con esta sencilla invocación: “neamoc tamex Yequi”, que según el padre Fray Antonio Arias de Saavedra, quiere decir, “señor, hijo de dios y llovedor, creador de las aguas y de los peces, danos camarón”. Profundizando en la investigación sobre la antigüedad de las fiestas del paseo del mar de las cabras. Gracias a la valiosa y desinteresada información proporcionada por el historiador mazatleco, Luis Antonio Peña, quien hurgando en el archivo general de la nación, en el año de 1999, en la sala número 4, encontró una referencia en el artículo titulado “Chiametla”, de autor anónimo, que apareció publicado en el boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística de la República Mexicana, según época, tomo II, México 1870. (Figura 1y2).
En dicho artículo, después de hacer una descripción de lo que ahora llamamos nicho ecológico, donde refiere lo inclemente del calor, los molestos mosquitos y jejenes, lo rustico del pueblo de Chiametla. Menciona la inmigración de jaliscienses a Chiametla, el auge económico-agrícola proporcionado por ellos, sobre todo en la agricultura de la zona.
Historia de las Fiestas de las Playas de Chiametla:
De las que se considera importante transcribir, por dos razones;
Primero: por la antigüedad de las mismas que eran coetáneas de las del mar de las Cabras, como veremos más adelante, y en;
Segundo lugar; porque dicha descripción resulta calcada de las fiestas actuales: tal como se efectúan en Escuinapa. Las de Chiametla por lo trágico que resultaban, por el crecido número de ahogados que ocurrían de vecinos de El Rosario, que vivían sobre la margen derecha del Río Baluarte, ya que al atravesar dicho río en canoas pocos seguras, hubo casos de familias enteras que perecieron ahogadas, lo que fue un factor importante y determinante para que dichas fiestas desaparecieran.
El artículo mencionado, refiere: “en los primeros días de mayo, cuando el sol arroja sus rayos perpendiculares y toda la naturaleza parece envuelta en una atmósfera de fuego, la playa de Chiametla se engalana y toma una animación poco común.
Casi todos los habitantes del distrito de El Rosario, concurren a los paseos del mar, a la barra de Chiametla. y de improviso, en la desierta playa, parece que brota como por encanto una población, cubriéndose sus arenas de multitud de enramadas para alojar a los paseantes, otras se convierten en salones de baile, partidas de juegos y puestos de frutas.
El río viene henchido de canoas, cubiertas de flores y multitud de bellas costeñas de ese hermoso tipo judío, entonan canciones populares al son del arpa y la guitarra, alternando su armonía con el sonido de mil remos que surcan las aguas, dando a este paseo un tinte de belleza y atractivo, que hace olvidar los sinsabores de la vida.
Pronto la alegre y bulliciosa comitiva se ve flotando en las aguas del inmenso océano, el pacifico, en aquella rada, se convierte en un nuevo Adriático, las canoas en góndolas y las Sinaloenses bellas y simpáticas en nuevas venecianas. Ocho, diez o quince días permanecen en la playa, yendo y viniendo con frecuencia a las poblaciones próximas, son otros tantos de una continuada fiesta.
Bailes, cantos, juegos, baños y cuanto pueda proporcionar placer y diversión, disfrutan durante ocho días los pescadores, en la más perfecta armonía, en la más estrecha intimidad, efecto de las cualidades innatas de su carácter franco, abierto y generoso en general.
Seis u ocho músicas de viento, que ejecutan regulares piezas y multitud de instrumentos de cuerda, esparcen la armonía en aquellos sitios y en alas de la brisa van confundiéndose en lontananza con el rugido, unas veces apacible y otras furibundo, de las olas del océano”.
Hasta aquí la crónica anónima de fines del siglo XIX, año de 1870, en que gobernaba Sinaloa el General Domingo Rubí.
La historia reciente de la Fiesta de las Cabras
Pero volviendo al origen de las fiestas del mar de las cabras, en una versión coincidente de los hermanos, Josefina y Daniel Semental Pulido, refieren que su abuelo, Ignacio Semental, fue el iniciador de las fiestas del paseo del mar de las Cabras, cuando al licenciarse como soldado de las tropas en la época de la guerra de reforma e intervención francesa, se le dotó a los excombatientes un predio rustico y otra regalía.
Él prefirió un predio rustico en las cercanías del cerro de las Cabras, aledaño a las playas, donde sobrevivía de la agricultura, en una ocasión, al visitar la playa con cuatro de sus empleados y excombatientes, al pasar por las mismas, se dieron cuenta que por la belleza natural del lugar, prometía como sitio de paseo para los habitantes de la vecina villa de Escuinapa.
Organizó las primeras fiestas, anunciando como atractivo que se contaría con luz eléctrica, un tiovivo de vapor y la actuación del “purobebido”, un conocido payaso de la villa. Construyó cabinas de playas provisionales de gran amplitud, ya que en un pasillo posterior que se les edificaba, cabía un hombre montado a caballo.
La variedad prometida, la luz eléctrica, finalmente fue la presencia de una mulata, alegre, jacarandosa y bulliciosa, nativa del Palmito del Verde, a la que apodaban la “luz eléctrica”.
El vapor del tiovivo, fue la presencia del señor que fumaba en demasía, al que por tal motivo le apodaban “el vapor”.
El señor ingeniero, Alfonso Semental Pulido, recuerda que las fiestas del mar de Chiametla y las del mar de las Cabras, se realizaban con una diferencia de quince días entre una y otra.
En el archivo histórico de El Rosario, pude fotocopiar un documento, el cual va dirigido al señor prefecto de El Rosario, firmado por el señor Julián Maldonado, oficio mediante el cual, el gobernador del estado, General Francisco Cañedo Belmonte, ordena se les otorgue permiso para realizar, si él lo cree conveniente, las fiestas en Escuinapa llamadas, paseo del mar de las Cabras, según solicitud de fecha primero del actual, fechado en Mazatlán, el 2 de mayo de 1904.
Documentalmente hablando, este es el antecedente más antiguo con que se cuenta sobre la longevidad de las fiestas de las playas del mar de las Cabras, las que según dicho oficio, en el año 2004 cumplirían 100 años de realizarse.
Si tomamos en cuenta la narración de los señores Semental Pulido, el licenciamiento de parte de las tropas, realizado por Don Benito Juárez, ocurrió, el 20 de julio de 1867, donde de 80 mil efectivos activos, únicamente dejó en servicio 20 mil, distribuidos en cinco divisiones.
Si la narración encontrada, publicada en el archivo general de la nación, habla del año de 1870 y si eran coetáneas las fiestas de Chiametla y las de las Cabras, la antigüedad se retrasaría 32 años más.
Actualmente se celebran más al sur de las playas originales, aproximadamente a dos kilómetros de la Isla del Bosque. La mayoría de los habitantes del municipio y de pueblos circunvecinos, asisten a esta romería, cuyo atractivo principal estriba en pasar las noches, habitualmente dos a tres, en enramadas fabricadas rústicamente con palapas y horcones, para gozar de los atardeceres de una belleza indescriptible, así como los amaneceres a la orilla del mar y gozar las delicias del baño tempranero en el mar, en sus tibias y acogedoras aguas.
La romería se llena de colorido, música, la presencia de bellezas nativas, el degustar antojitos, el disfrute del baile, música de tambora, conjuntos musicales y otros muchos atractivos. El jolgorio se mantiene para algunas personas, con la ingestión de cantidades industriales de la bebida derivada del centeno, la cebada y lúpulo
Hasta aquí el relato del Dr. Macías, el cual nos deja completamente sorprendidos, ya que nosotros, al igual que muchas personas, conocíamos muy poco sobre las mismas, Pero con estos antecedentes, y con otras versiones sobre las mismas que afirman que en estas fiestas, todo se vale, se puede ser infiel o liberal sexualmente hablando, o simplemente gozar de la romería, sin embargo, la realidad es que cada año, miles de escuinapenses, abandonan prácticamente su ciudad para trasladarse a las playas a disfrutar de estas tradicionales fiestas del mar.
Estamos seguros, usted, al igual que nosotros, querrá ir a las Fiestas del Mar de Escuinapa, en Las Cabras.
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Nuestra recomendación es que reserve su habitación con tiempo en Villas María Fernanda de Escuinapa o en Teacapán.
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