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Los Panteones de Mazatlán nos pueden contar muchas historias de nuestro glorioso pasado
- En particular el Panteón No. 2 o Ángela Peralta
Por. Rubén Romero Ibarra.
En Mazatlán, hoy en día, existen panteones municipales que ya no ofrecen servicios de sepultura pero siguen siendo del Municipio, y otros que con el paso de los años ya han sido borrados del mapa debido al crecimiento de la mancha urbana de la ciudad, como es el caso del panteón No 1, que se ubicaba en La Plazuela del Burro o Plazuela Ángel Flores, mismo que también abarcaba los terrenos de la Escuela Ángel Flores, entre las calles Germán Evers e Hidalgo. Aquí, en este panteón, uno de los más polémicos personajes del puerto que estaban sepultados fue el famoso “Picaluga” de origen Genovés que se hacía llamar también “Juan Pasador” y según las anécdotas de ese tiempo su tumba estaba maldita.
Sin embargo, antes de que nuestros ancestros mazatlecos tuvieran la costumbre de enterrar a sus difuntos en panteones, ya que originalmente los sepultaban a la orilla de Mar, costumbre que más tarde fuera sancionada por el párroco de Villa Unión, quien denominó o interpretó esta práctica basado en las reglas de la Iglesia Católica como un “acto de sacrilegio”, aunque el trasfondo era que tenían que pagar los derechos de propiedad del sepulcro y los servicios religiosos para el difunto o sea el negocio de la muerte, tal y como ocurre hoy en día, es decir, nos fueron incorporando a las disposiciones y el orden urbano y eclesiástico.
En la actualidad aún existe el Panteón No 2 o llamando también Ángela Peralta que ya está cerrado a los servicios de sepultura pero que guarda muchas historias, por tal motivo el investigador e historiador Joaquín López Hernández, el pasado viernes 12 de octubre muy amablemente nos invitó a un recorrido guiado para conocer un poco sobre la biografía de algunos personajes que están sepultados en este cementerio y que incidieron en la historia de Mazatlán.
En ese no tan común tour, uno de los sepulcros que más llamó mi atención fue el de la familia “Díaz de León” de la que cuenta la historia que en plena veto de la industria cervecera alemana en USA y con la Ley Federal de prohibición de consumo de bebidas etílicas extranjeras, se trajeron vía ferrocarril una fábrica cervecera desde Milwaukee hasta Mazatlán por allá en los primeros años de 1900.
Es bueno mencionar que esto sucedió cuando la Cervecería del Pacífico ya estaba fundada por empresarios alemanes, por lo que no generaba gran competencia.
Ésto ocurre porque los Gringos sé sintieron amenazados de que esta prospera industria fuera controlada por alemanes dentro de USA.
Otra tumba que llamó mi atención fue la de Germán Evers quien en vida fue un alemán que le tomó mucho cariño a este puerto. Llega a Mazatlán en 1884 a la edad de 35 años proveniente de Hannover, Alemania, y en base a un trabajo extenuante, según relatan las historias, logra ser un gran empresario y uno de los mejores benefactores que contribuyeron al desarrollo de Mazatlán, junto con Jorge Clausen.
Germán Evers pasó 44 de su vida en Mazatlán y muere a los 79. Su tumba, aunque no está en tan mal estado, si requiere de limpieza.
Pero también aquí en este cementerio existen tumbas que parecen mausoleos como la de los Chinos, dónde sepultaban a muchos de ellos, tal como si fuera una fosa común, esta edificación, de color ocre, está ornamentada con muchos motivos orientales lo cual demuestra lo arraigada que estaban en Mazatlán las tradiciones de los orientales.
También se encuentra aquí la tumba de los Montero, que es una bella construcción en Mármol de Carrara, construida por el Escultor Punzzonelli, de origen italiano, quien también participó en los trabajos de Mármol de la hermosa Catedral de Mazatlán.
Sorprende saber que está sepultado el Fundador del Circo Atayde, Don Manuel Atayde, originario de Villa Unión.
La artista muere el 30 de agosto de 1883 en Mazatlán y es sepultada en este cementerio, siendo años después exhumada, llevando sus restos a la Ciudad de México de donde era originaria. Cabe mencionar que no solamente muere ella por esta circunstancia, sino que también muere casi toda su compañía artística, sobreviviendo sólo cuatro personas, entre ellos, el gran compositor mexicano Juventino Rosas, que era el violín principal de la Orquesta sinfónica que la acompañaba.
Y udiéramos adentrarnos en la historia de muchos personajes sepultados en este panteón. Pero por hoy aquí dejamos este panteonero tour, no sin antes agradecerle a Joaquín López Hernández la gentileza que nos mostró a lo largo del recorrido y el esfuerzo unilateral que hace al recabar toda la información de este camposanto, sus habitantes y de vez en cuando contarnos uno que otro chisme de ellos en vida.
Comentario Final
Hay muchos ejemplos del aprovechamiento de los panteones con fines turísticos en otros estados del país, y esté sitio histórico está a la espera de que un día las autoridades o un innovador empresario aproveche este espacio que en el pasado ocupó un gran predio que ha desaparecido con la mancha urbana.
Pues ahí tienen amables lectores una pequeña porción de la historias del Panteón Ángela Peralta y que al contrario de las supersticiones de mucha gente, es un lugar de extrema paz y tranquilidad.
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