Miles de Turistas Visitan este emblemático centro de comercio en el que encuentran ropa típica, artesanías, restaurantes y conocen los puestos de frutas legumbres, carnes, aves y pescados
- A sus alrededores los turistas reviven, sin ser Semana Santa, el pasaje bíblico de Cristo; cuando llega a Jerusalén y echa del templo a los mercaderes que se apostaban a las afueras del mismo. Y es que afuera de este magnífico mercado lo que abundan son comerciantes ambulantes
Esta temporada veraniega, ya son miles los turistas que han visitado este espacio comercial mazatleco a más no poder, y es que luego de ajetreados días de playa, sol, diversión, deportes acuáticos, pesca, noches de mucho ambiente, suculentos banquetes y más, nuestros visitantes buscan espacios y actividades diferentes, y es así que programan visitas a la zona histórica de Mazatlán.
Por supuesto que ellos buscan cosas típicas locales, y qué mejor lugar para encontrarlas que el mercado municipal Pino Suárez, ese centenario recinto de arquitectura hermana a la Torre Eiffel de París, y lleno de colores, sabores y cosas que no verán en otro lugar del mundo, como por ejemplo: sus famosas fondas de comida, que sus dueños llaman restaurantes, de la segunda planta, que no son los mejor presentados, ni siquiera de una cuadra a la redonda, pero que son sumamente concurridos.
El regalo o el plus que los turistas encuentran en este imán de atracción turística se los ofrecen los cientos de vendedores ambulantes que se han enquistado a las afueras del reciento, en las calles y por donde usted los busque, ahí están. De hecho, nuestros visitantes no tienen que esperar a que sea la temporada vacacional de Semana Santa y de Pascuas para revivir el pasaje bíblico de Cristo, cuando llega a Jerusalén y echa del templo a los mercaderes que se apostaban a las afueras del mismo.
Aquí cada día pasa lo mismo, los comerciantes ambulantes se apuestan por todos los alrededores del Pino Suárez y ofrecen cualquier clase de productos: “Es parte de lo típico”, dicen ellos, y las rechiflas del público y de los comerciantes establecidos retumban por los castos oídos de las autoridades que les otorgan los permisos. Desde luego que fingen mudez, sordera y miopía.
Pues ahí tienen apreciables visitantes, un atractivo que no deben perderse en Mazatlán este Verano o en sus visitas, seguros estamos que pese a los inconvenientes, les resultará de su agrado. Ohhh… ¿no?.
Ahí le dejamos la caja de comentarios para que nos dé su opinión, a lo mejor les gusta tanto que tendremos que pedirle a nuestras, sordas, mudas y ciegas, autoridades que den más permisos. Puede que estemos equivocados…
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