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Amina Blancarte, una  reina de oro

17 de Enero del 2017.- Amina Blancarte, Reina del Carnaval Internacional de Mazatlán 1993 está emocionada porque el sábado 10 de febrero volverá a sentir el cariño de los mazatlecos durante el homenaje por sus primeros 25 años de reinado.

La bella Reina del Carnaval de Mazatlán toda su vida ha estado vinculada  a la máxima fiesta del puerto.

De niña veía el desfile de carros alegóricos desde el balcón de su casa y jugaba con máscaras y coronas. Su adolescencia transcurrió fuera de México y a su regreso aceptó inscribirse en la contienda a Reina del Carnaval, hecho que la acercó a su identidad.

“Fue un gran aprendizaje, una gran experiencia. Haber estado tan cerca de todo el pueblo de Mazatlán me hizo querer más a mi tierra. Conocer  más mis raíces, la historia del lugar de donde vengo, de mis antepasados; al conocer el lugar de dónde soy, conozco también algo de mí”.

Amina Blancarte recuerda con cariño los divertidos ensayos junto a princesas y bailarines, el impresionante escenario de su coronación, las canciones de la artista invitada, Ana Gabriel, y su espectacular entrada al Estadio Teodoro Mariscal que estuvo inspirada en la mitología escandinava. Además, evoca con cariño el inmenso sol que Rigoberto Lewis diseñó para su carroza real.

“La gente disfrutó el desfile con respeto. No hubo cascaronazos. Sentí  mucho cariño,  mucho amor y respeto de la gente hacia mí: muchos gritos, muchas flores”,  comparte Amina vía telefónica.

Sin embargo, los recuerdos más entrañables de Amina vienen de su extenuante labor como embajadora de Mazatlán en México y el mundo.

“Estuve muy activa durante el año de mi reinado. Hice muchos viajes. Recuerdo haber acompañado al Presidente Municipal Martín Gavica, recuerdo a su esposa Anabella, que en paz descanse, en los viajes a Ciudades Hermanas, al Tianguis Turístico de Acapulco. Fuimos a diferentes viajes de promoción del Carnaval o de la ciudad y me tocó ser traductora del señor Presidente Municipal. Estuve de jurado en muchos concursos de belleza a nivel local, en rancherías, en escuelas; visité el Asilo de Ancianos. Participé en las campañas que daban regalos a los niños el Día de Reyes. Fui una reina que de verdad participó mucho”.

Su presencia constante en eventos de la más diversa índole le ganaron el cariño de la gente y el respeto de la comunidad al ver en ella a una excepcional representante de la cultura porteña.

“La prensa fue extraordinaria conmigo. Me eligieron junto a varios empresarios y gente importante de Mazatlán como una de las 10 personas de mayor influencia en el puerto en alguna ocasión. La prensa me trataba con mucho cariño y respeto. Me hicieron sentir muy importante. No era común que una Reina del Carnaval sobresaliera en ese tipo de recuentos de fin de año; cuando hacían una revisión de la vida pública de Mazatlán y alguien publicaba algo así sobre mí era un gran halago”.

Y esta forma de asumir su reinado como una responsabilidad ante la comunidad le permite ahora, a sus 43 años, reflexionar sobre la llamada cultura de la “reinitis”, una forma muy propia del ser y sentir de las mujeres porteñas.

 “Creo que viene del hecho de que el Carnaval tiene más de un siglo de vida: que en un principio se hizo exclusivamente para niñas de familias adineradas y la gente las veía como realeza de verdad y se haya convertido en una aspiración tener una Corona de Carnaval. Después esto se ha transformado en un puesto que lo puede adquirir cualquier niña por medio de los concursos, ya no por medio de dinero. Es muy padre ver cómo todas las mujeres puede aspirar a eso y cómo al volverse una meta va creando en ti el amor al Carnaval; el querer verte bien,  prepararte para ese escenario, ser alegres y fiesteras, todo eso lo tenemos las mazatlecas”.

Al reflexionar sobre su trayectoria Amina Blancarte se da cuenta que, de una u otra forma, se ha mantenido vigente en el corazón de la fiesta al participar como jurado o conductora en la Elección de Reinas; pero sobre todo al vivir con otro tipo de emociones cada evento del Carnaval.

“Todo lo aprecio de una manera más madura, distinta, como si estuviera tras bambalinas. Me gusta mucho  participar y colaborar. Entonces siempre estoy recordando, desde mi reinado hasta los carnavales de ahora, con mucho gusto y poniendo mi granito de arena para que el Carnaval siga siendo un evento tan esperado por todos los mazatlecos y que luzca  a nivel nacional”.

Así, la Reina del Carnaval de 1993 destaca el papel esencial de las fiestas carnestolendas para dar fuerza y unión a Mazatlán y mantenerse vigente como la máxima celebración de la identidad patasalada.

“Lo más importante que logramos en el Carnaval es unirnos, es un momento en el que sentimos el orgullo por nuestra tierra, la alegría de haber nacido ahí. El ser afortunados de estar en este lugar privilegiado, tan hermoso, tan bendecido, porque tenemos todo. En Carnaval celebramos quiénes somos, dónde estamos y lo que tenemos; lo afortunados que somos de vivir en esta tierra, como dice la canción, “el gran orgullo de ser de Mazatlán”.

Por último, Amina Blancarte compartió su emoción al pensar en  su homenaje de 25 años y tener la oportunidad de volver a encontrarse con el pueblo de Mazatlán, de recordar lo que es ser amada y celebrada por la gente de su tierra.

“Sólo me queda expresar agradecimiento. Estoy muy agradecida de que me tomen en cuenta. De que vayan a hacer este homenaje y nada más quiero pedirle a la gente que me eche muchas porras”. 

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