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«Conectar a las personas con la naturaleza»

En la ciudad y en el campo, de los polos al ecuador

Fuete; ONU/Medio Ambiente

El tema del Día Mundial del Medio Ambiente 017, nos anima a salir al aire libre y adentrarnos en los espacios naturales para apreciar su belleza y su valor, y a impulsar el llamamiento a la protección de la Tierra, nuestro hogar común.

El Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio, es el evento anual más importante para promover la acción en favor del medio ambiente. El país anfitrión de este año, Canadá, ha elegido el tema que será el eje de las celebraciones en todo el planeta.

El Día Mundial del Medio Ambiente es un día para todas las personas en todas partes del mundo. Desde que esta jornada comenzara a celebrarse en 1972, los ciudadanos de todo el planeta han organizado miles de eventos relacionados: desde campañas de limpieza de vecindarios a acciones que hacen frente a los delitos contra la fauna y flora silvestres, o actividades de reforestación.

El tema de este año nos invita a reflexionar sobre nuestro lugar en la naturaleza y nuestra dependencia estrecha. Nos plantea el reto de descubrir vías divertidas e interesantes de experimentar y valorar esta relación esencial.

El valor de la naturaleza

En las últimas décadas, los avances científicos, junto con el aumento de los problemas ambientales —como el calentamiento de la Tierra—, nos están ayudando a entender las formas innumerables en que los sistemas naturales sostienen nuestra prosperidad y bienestar.

Por ejemplo, los océanos, bosques y suelos del planeta actúan a modo de enormes reservas de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano; los agricultores y pescadores aprovechan los recursos naturales de la superficie terrestre y submarina para suministrarnos alimentos; y los científicos desarrollan medicamentos a partir del material genético derivado de los millones de especies que componen la impresionante diversidad biológica de la Tierra.

Estero del Infiernillo en Mazatlán sensacional e invaluable reserva ecológica pero también criminalmente invalorada e ignorada por los mazatlecos y sus autoridades

Miles de millones de habitantes de las zonas rurales de todo el mundo pasan su jornada diaria «en conexión con la naturaleza» y son plenamente conscientes de que dependen del suministro de agua natural y de que la naturaleza les provea de su modo de subsistencia gracias a la fertilidad del suelo. Estas personas son quienes sufren primero las amenazas que los ecosistemas afrontan, ya se trate de la contaminación, del cambio climático o de la sobreexplotación.

Por lo general, es difícil asignar un valor monetario a los dones de la naturaleza. Como ocurre con el aire limpio, no solemos apreciarlos hasta que pasan a ser un bien escaso. No obstante, los economistas están desarrollando maneras de medir el valor multimillonario de los denominados «servicios de los ecosistemas», que abarcan desde la actividad de los insectos que polinizan los árboles frutales de los huertos californianos, hasta los beneficios espirituales, para la salud o en términos de ocio que aporta hacer senderismo por un valle del Himalaya.

La naturaleza de cerca

La conexión con la naturaleza se puede establecer con los cinco sentidos: ¿por qué no quitarse los zapatos y ensuciarse los pies (y las manos)? No se limite a contemplar ese hermoso lago, ¡zambúllase en él! Haga una excursión nocturna y déjese guiar por el oído y el olfato.

Esta conexión también puede producirse en las ciudades, donde los parques desempeñan la función de pulmón verde y centro de la diversidad biológica. ¿Por qué no contribuir a reverdecer el entorno urbano colocando plantas en su calle o en un espacio abandonado, o instalando una jardinera en la ventana? Anímese a escarbar con una pala o levante una losa y compruebe qué criaturas viven debajo.

Independientemente de dónde se encuentre, puede comprometerse a recoger basura —cuanta más cantidad, mejor—, o seguir el ejemplo de los ciudadanos de Bombay, en la India, y organizar un evento multitudinario para la limpieza de la playa.

Su actividad no tiene por qué verse restringida a la jornada del 5 de junio. El PNUMA, por ejemplo, planea empezar ya mismo a poner a prueba los conocimientos de los ciudadanos y fomentar su aprecio por un medio ambiente saludable a través de concursos y cuestionarios en línea. Además, pondrá a disposición de los usuarios una gran variedad de ideas con el ánimo de ayudarles a celebrar este día.

En la era del asfalto y los teléfonos inteligentes, y entre las numerosas distracciones de la vida moderna, las experiencias de conexión con la naturaleza pueden ser fugaces. Pero, con su ayuda, el Día Mundial del Medio Ambiente puede dejar ahora más claro que nunca que la prosperidad de la humanidad y de la naturaleza depende de la armonía entre ambas.

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Comentario Editorial:

Hemos hecho referencia en múltiples ocasiones a la desconexión entre seres humanos y su entorno natural. Hemos hecho  propuestas que han ido a parar seguramente a un sesto  de  basura  y,  con  ello; a engrosar los elementos que contribuyen al daños ambiental. 

En estos tiempos del Dios dinero, en donde los centros  comerciales son los nuevos templos en donde se le rinde culto y el consumismo desmedido y nada inteligente es la religión con más adeptos en el mundo. ¿A quién le puede importar, por ejemplo: que aquí en  Mazatlán, la Laguna del Camarón cada día sea técnicamente ahogada por el asfalto y las capillas de la religión de moda que son los comercios en sus diferentes modalidades?…

Podemos citar “N” cantidad de ejemplos, pero  lamentablemente no sucederá nada. Sí  bien nos va, algunas personas tomaremos algunas iniciativas, claro, mientras nos dura la emoción y tal como marca la religión moderna. Lo que sigue, así como lo que nos dura la novedad de un celular o un coche nuevo, que más nos dura el tiempo en  que nos damos un suspiro, que la novedad de estos aparatos. Así  las cosas  con la naturaleza. tal como sucede con lo  comercial.

La leyes del mercado son las que rigen todo en el mundo actual, y esas mismas leyes, son las que determinan si algo es bueno o es malo, es decir, le dan valor económico a todo y en ese sentido, poco importa el valor de la naturaleza. Por lo tanto, de seguir las cosas tal cual, de nada servirá que se sigan haciendo celebraciones como esta.

Recuerden: que el analfabeta no es el que menos sabe cosas. Sino el que no se da cuenta de lo que sucede, ese es el verdadero analfabeta. Ruego que pronto nos demos cuenta del error en que vivimos y dejemos de ser analfabetas.

La naturaleza nos lo agradecerá  con creces…

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Actividaes del  Día Mundial del Medio Ambienteen Mazatlán:  Acuario Mazatlán

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