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FILOSOFÍA MARISMEÑA/ LEGADO JESUITA EN MÉXICO

MC RAMÓN LARRAÑAGA TORRÓNTEGUI

Mazatlán, Sinaloa, México a 15 de Agosto del 2016.- La cultura es un elemento de represión de los instintos del ser humano, que es un animal capaz de matar, robar, violar o/y de cualquier barbaridad imaginable. Pero el ser humano también es una especie capaz de crear todo una red ordenada de creencias, principios morales, sistemas político-económicos y grupos sociales que no sólo garantizan la supervivencia sino que también promueven el bienestar.

En el año 1540 el papa Paulo lll aprobó la compañía de Jesús.- Con la propuesta de Ignacio de Loyola: la salvación de las almas, la propagación de la fe entre los infieles, la conversión de los herejes, la educación de la juventud, la instrucción de los fieles en la doctrina y las virtudes cristianas.

Ignacio de Loyola expresa la idea en buscar a Dios en todas las cosas, una espiritualidad vinculada a la vida. Estar atento a los retos y responder a los mismos “Buscar a Dios, descubrirlo y seguir su voluntad” Dios está aquí y ahora en forma de amor y servicio. El ser humano puede utilizar todas las cosas que le ayuden a concretar su fin o apartarse de las que se lo impidan, distinguir lo trascendental de lo que no lo es, exigiéndose más y hacerlo de manera apasionada. Los jesuitas llegaron a México por San Juan de Ulúa, Veracruz, el 9 de septiembre de 1572 y a la ciudad de México el 28 del mismo mes, donde Alonso de Villaseca les otorgó unos solares dos cuadras atrás de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Allí fundaron el Colegio Real y más Antiguo de San Ildefonso, edificio considerado una de las obras cumbres del barroco mexicano.

El trabajo jesuita se extendió hasta el 25 de junio de 1767, cuando fueron expulsados y sus propiedades tomadas militarmente, hasta que el 19 de mayo de 1816 Fernando VII restituyó a la Compañía.

En poco tiempo, el espíritu  Jesuita en nueva España por los legionarios de Cristo. A pocos años, la Orden, erigió un sistema educativo encaminado a la producción y circulación del saber y a la formación de ciudadanos probos y virtuosos siendo los mecanismos utilizados, la capitalización intelectual y una organización institucional internacional.  La identidad universal jesuítica se personificó así en cada identidad local particular, especialmente a través de los Colegios. El hecho jesuítico se articuló a partir de los derechos de los aborígenes; entre lo dogmático y lo crítico.

Orden, disciplina, contenido humanista, insistencia, pruebas. Virtud, letras, vida y ciencias, saber y experiencia (Civilizar, Cristianizar). Propio de un mundo, semejante a la Cristiandad medieval, en el cual coincidían la sociedad política y la sociedad de los fieles, y en el que estaba reconocida la primicia de lo espiritual sobre lo temporal.

 Sin embargo, el mito sagrado se disolvió en los tiempos de la modernidad hasta convertirse en leyenda pero algunos sectores sociales actuales mexicanos lo conservan como la esperanza de su resurrección.  Lo sagrado, lo simbólico, lo mágico, lo milagroso intrínseco a ese poder pierden virtud ante el juicio novedoso de los pensadores modernos. 

Estas ideas se transfirieron al Nuevo Mundo y así algunos sostuvieron la identificación con Cristo, otros se opusieron severamente a la teoría de un solo Dios “Jesús Cristo” y su inmenso poder sobre las almas. Ante el surgimiento de la figura de Lutero, los pontífices se esforzaron en defender la Iglesia ante la reforma protestante y en esta defensa la Compañía de Jesús llevó a cabo un papel capital. La Iglesia Católica Apostólica Romana se erigió entonces en la imagen de la Roma  de poder y fe.

 Los jesuitas pusieron especial cuidado en la enseñanza, aprendizaje y estudio del latín como soporte de oralidad y escritura con especial hincapié en las preceptivas a la morfología, sintaxis y estilística latinas. Los colegios Jesuitas impartieron de preferencia el latín clásico con pronunciación eclesiástica y apegado a la liturgia, se crearon textos curiales con terminologías apegadas tomando como base el latín vulgar que era la voz del pueblo Romano ampliando su vocabulario convirtiéndose en una lengua propia de un Imperio mundial con su propio código lingüístico convirtiéndose al mismo tiempo en un obstáculo lingüístico en cuanto al pronunciamiento y entendimiento social.

Hablar y entender el latín clásico era símbolo de estatus social alto y esto intimidaba a los escritores convirtiéndose en una lengua especial en la que pocos particulares participaban. Su lenguaje poco entendible (Incomprensible) era la clave en pertenecer a hombre de “Fe” (Excluyente), quedando su uso al grupo reducido de los ambientes cultos de la época. El uso del latín se generaliza en misa como oficial, terminando en ser llamado como lengua Católica y se continua enseñando en seminarios, colegios eclesiásticos, órdenes religiosas católicas hasta llegar a crearse un latín tipo Americano con diferenciación en palabras y pronunciaciones fonéticas. Nuestra educación y cambios en costumbres vinieron de la mano de la Iglesia Católica y, el uso del latín.

Los jesuitas tienen instituciones en todos los niveles educativos. En México.- Universidades Jesuitas: Instituto Superior Intercultural Ayuuk-Mixe-Oaxaca, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO, Guadalajara), Universidad Iberoamericana Ciudad de México, León, Puebla, Tijuana, Torreón, . Universidad Loyola del Pacífico-Acapulco.

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