Bailarinas mazatlecas se perfeccionan en Cuba

Mazatlán, SInaloa, México a 11 de Abril del 2016.- El romance de Itzel Guadalupe Rodríguez Osuna y Ángela Ayleen López Sarmiento con el ballet nació cuando tenían 6 y 3 años respectivamente; nunca imaginaron que tiempo después, por  su dedicación y arduo esfuerzo en la Escuela Municipal de Ballet,  serían  recompensadas con una estancia de siete días en el Encuentro Internacional de Ballet 2016 en La Habana, Cuba.

Para Itzel viajar  a Cuba ha sido una experiencia inolvidable en la que conoció a muchas personas de diferentes lugares y edades, todas hermanadas por el amor a la danza.

“Fue muy padre, conocí otro ambiente del ballet. Cada clase que llevábamos era muy intensa y duraba hora y media. La primera iniciaba a las 7:00 am y era ‘ballet’, después nos daban ‘danza de carácter’, una clase que te ayuda a desenvolverte cuando actúas en una obra; en ‘repertorio’  vimos y bailamos diferentes danzas y por último en ‘preparación física’ hacíamos ejercicios para tener más fuerza. Terminábamos a las cuatro de la tarde muy cansadas”.

Por su parte, Ángela Ayleen López Sarmiento disfruta del ballet desde que tenía tres años; a esa edad sus habilidades motrices apenas acababan de forjarse por completo y se mostraban listas para recorrer un hermoso camino por la danza que hasta la fecha ha durado ocho años.

Para ella, asistir a un Encuentro Internacional de Ballet  no es una nueva experiencia pues este 2016 cumplió su tercer año consecutivo de representar a la Escuela de Ballet Clásico de Mazatlán en La Habana, Cuba. 

“Es la tercera vez que participo y me emociono como la primera vez, y  cada vez que regreso a Mazatlán noto cambios en mi estilo y forma de bailar, no son muy drásticos pero  poco a poco me han hecho mejorar como bailarina”.

Ángela comentó que la enseñanza cubana complementa los conocimientos adquiridos en la Escuela  de Ballet de Mazatlán bajo la dirección de la maestra Zoila Fernández, e invitó a los amantes de esta danza a visitar Cuba, pues la calidad y competitividad que hay en sus escuelas es muy alta y las personas son muy cálidas.  

A su vez Itzel  comparte que el entrenamiento en Cuba es más intenso y las clases más largas  y destaca que lo más importante del viaje fue haber conocido a muchas personas apasionadas por el ballet que le inspiran a  crecer como artista.

Además del ambiente en las aulas, la joven bailarina de 13 años recuerda a todas las personas que conoció en Cuba;  sus maestros  eran muy amables y trabajadores; destacó la dedicación que tienen los niñas de la isla hacia la danza sin descuidar la escuela y sobretodo recuerda con mucho cariño a sus nuevas amistades.

“Hicimos muchas amigas de México, algunas venían de Cancún o de Querétaro, pero también conocimos a niñas de otros países: había de Colombia, Venezuela y Estados Unidos, por ejemplo. Me gustaría volver a verlas algún día y ver qué tanto hemos mejorado”.

 En Cuba  la playa está muy cuidada y la arena es muy fina. Los edificios son viejos pero bonitos, a mí me encantó porque pasabas por la calle y los carros que se veían eran como clásicos, eso me encantó porque te sentías como en la película deVaselina. Se siente como si el tiempo se hubiera quedado en los años 50’s o 60’s, recuerda Itzel.

Por último, compartió que  lo que más le impresionó de la sociedad cubana fue su ideología de igualdad.

“Allá no hay racismo,  vas y puedes darte cuenta que para ellos todos son iguales. Un día fui a una tienda y compré una muñeca cubana de dos caras, una tiene piel blanca y la otra es morena. Se venden juntas porque saben que si se venden separadas puede que los turistas solo se lleven una de las dos y para ellos  todos somos iguales”.

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