“¡Que se bajen!”, “¡Vamos Venados!”, “Vivan los campeones”, son algunos de los gritos de miles de patasaladas enloquecidos.

Mazatlán, Sinaloa, febrero del 2016.- 6:22 de la tarde. Cientos de personas terminaron de ver el último tramo del Segundo Desfile del Carnaval. Fueron 30 majestuosos carros alegóricos y una variedad de energéticas comparsas, pero hay un detalle: Los Venados de Mazatlán, que según informes encabezarían el recorrido, no están presentes.

Tras su visita relámpago a la Residencia Oficial de los Pinos para compartir su victoria con “paso perfecto” en la Serie del Caribe 2016 con el Presidente Enrique Peña Nieto, Mazatlán los esperaba como héroes. Desde temprano dos pesadísimos trailers de la Cervecería Modelo cargan, respectivamente, una banda de músicos armada hasta los dientes lista para ambientar a la gente, y en otro carro, aguarda el equipo que no asistió a la Serie del Caribe, pero que supo sacar la casta en ese dramático partido de 10 entradas ante las Águilas de Mexicali por el campeonato de la Liga Mexicana del Pacífico.

De repente crece un rumor: Los Venados van saliendo del aeropuerto y no tardan en llegar. La gente se inquieta y se toma la decisión de meter sus camiones entre el último carro alegórico, el de José Ramón “El Puma” Serrano, Rey de la Alegría de 1991, y un pequeño desfile de caballos bailadores, para no quedar rezagados en el desfile.

Poco después de las 6:45 de la tarde se anuncia que el equipo viene de prisa y que entrará por la Av. De los Deportes, pero hay un problema: los caballos se interponen entre los camiones y el autobús del equipo.

El personal del Instituto de Cultura de Mazatlán se organiza con policías municipales y oficiales de tránsito para orillar a las personas y que hagan una brecha más estrecha entre la calle Río Elota y la José Ángel Espinoza “Ferrusquilla” para que pase el autobús junto a los animales.

A las 18:50 el desfile se detiene entre las calles Ferrusquilla y Lola Beltrán. Al punto de las 19:00 horas, el autobús de Los Venados ha pasado los caballos y se sitúa detrás del tráiler que carga a sus compañeros. Los fotógrafos lo rodean y lo acosan con sus flashes.

“¡Que se bajen!”, “¡Vamos Venados!”, “Vivan los campeones”, son algunos de los gritos de miles de patasaladas enloquecidos. Se abren las puertas, y uno detrás de otro, los jugadores corren hacía los trailers. La banda toca con más fuerza El Corrido de Mazatlán y el público lanza gritos ensordecedores.

Entre la barahúnda hay un personaje que destaca, viste el jersey del equipo, carga un casco con cuernos, máscara de luchador, su capa es una bandera mexicana y ondea de lado a lado la bandera oficial del club de baseball.

“Soy Venado de corazón, desde chiquito apoyaba al equipo junto a mi padre… y si creen que esto terminará están muy equivocados, ya que mi hijo amará tanto al equipo como yo”, comenta Adrian Herrera Castillo, mientras aplaude con euforia y observa la subida de sus ídolos al camión.

Es oficial, el Segundo Desfile del Carnaval Internacional de Mazatlán, el que probablemente pase a la historia como “El Desfile de Los Venados”, ha comenzado.

Previo a la llegada

Al igual que con el Primer Desfile, un cuete ascendiendo hasta lo alto encendió los ánimos de los asistentes, y con ello la avanzada comercial de patrocinadores marcó esta alegre fiesta de bellezas, música, pirotécnica y confeti frente a las aguas del Océano Pacífico.

El recorrido inició en la Av. del Mar, esquina con Av. De los Deportes, lugar donde paulatinamente el público pudo apreciar a Daniela I, Reina del Carnaval 2016, sobre una carroza de Francisco Igartúa que retoma las figuras del neoclásico tropical y captura de forma soberbia la Escuela de Música Josefa Ortiz de Domínguez en el Centro Histórico.

Seguida de unas cuantas alegorías más, la Reina de los Juegos Florales, Blanca I, lució espectacular sobre una caracola a más de cinco metros de altura en una carroza del maestro Igartúa, que a través del Monumento a la “Continuidad de la Vida”, presume la enternecedora belleza de los delfines y la vida marítima.

Por su parte, la Reina de la Poesía, Diseret I sonrió desde una alegoría que hace alusión a los pasajes invernales de Mazatlántida. La Reina Infantil, Emilia II, tan energética como siempre, saludó sin parar a sus súbditos sobre una representación de la catedral de Mazatlán y el Rey y Príncipe de la Alegría; Bernardo Camacho y Saúl “Nacho” Miranda, bailaron sin descanso sobre una carroza que escenificaba uno de los puntos de reunión preferidos de los porteños: la “Glorieta del Clavadista”.

Asimismo, las embajadoras del certamen de belleza Pacífico Internacional 2016, los reyes y reinas homenajeados (Leticia Arellano, Reina del Carnaval de 1991; Laura Farber, Reina del Carnaval 1966; Lolita Madueño, Reina de los Juegos Florales de 1991; Ruth Avilés, Reina de los Juegos Florales de 1966; Vanessa Álvarez Pelayo, Reina Infantil de 1991 y Ramón “El puma” Serrano, Rey de la alegría de 1991) y los salientes soberanos del Carnaval 2015, “Los Sueños de Momo”, recibieron los aplausos y el cariño de la gente.

Durante más de hora y media, el público pudo admirar alegorías que plasmaban bestias mitológicas como minotauros o sirenas, animales marinos, sementales y leones y una sección especial de luces. En este año, los carros alegóricos fueron diseñados por los artistas Francisco Igartúa, Jorge Gonzalez Neri,  Jorge Osuna y Jesús Huerta.

De esta forma, los vendedores ambulantes “hicieron su agosto”; las parejas, familia y amigos nadaron entre un mar de gente para ver hermosas alegorías y despidieron con aplausos este maravilloso desfile antes de ir a Olas Altas a seguir la fiesta con Pancho Barraza, Luis Antonio López “El Mimoso”, Grupo Código FN, Paola Preciado y Banda Playa Grande.

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