>>> A 10 años de haberse materializado la idea del entonces párroco de San Ignacio de Loyola Mariano Solorio Navarro, el Cristo de la Mesa se ha convertido en un ícono del bello pueblo señorial
>>> Cada año, miles de fieles de todo el estado y de otras entidades vienen a admirar este monumento de 20 Mts., de altura, en cada metro de su altura está la clave de su creación
>>> Pese a que, en la categoría de atractivos humanos o hechos por la mano del hombre, es uno de los más destacados de este municipio, no se le da la atención, ni el mantenimiento que requiere
San Ignacio de Loyola, Pueblo Señorial, San Ignacio, Sinaloa, México, a; 11 de Junio de 2015.- Hace algunos días, al padre Mariano Solorio nos lo encontramos justo a la salida de la iglesia de nuestra señora del Rosario. De inmediato nos reconoció y nos pidió que nos acercáramos a él. Ya que nos tenía muy cerca nos dijo: “Los he estado esperando en La Concha, y pues solamente me he quedado esperando”.
En efecto, con motivo de la celebración del noveno aniversario de la creación del Cristo de la Mesa, luego de entrevistarlo, le prometimos ir a visitarlo para ampliar la información sobre este monumento. Lamentablemente no cumplimos, por ello, con justa razón nos reclamó, pero con total amabilidad el venerable clérigo.
Es pues, por esta razón, que esta mañana cálida, típica del verano y del trópico sinaloense, que nos encontramos en esta hermosa población del Sur de Sinaloa.
Sobre el Turismo Religioso
Antes de entrar de lleno al tema del 10mo., aniversario del Cristo de la Mesa, consideramos importante hacer algunas precisiones sobre este importante segmento de viajes “nicho de mercado” dirían los expertos.
En primer lugar, consideramos que la verdadera aparición del turismo en el mundo se dio a partir del turismo religioso, y no estamos hablando de hace cientos de años. Estamos hablando de miles de años atrás, tal vez desde que la humanidad dejó el nomadismo y se asentó en comarcas que le facilitaban sustentar su vida.
Y es que nuestros más antiguos antecesores, una vez que lograrón agruparse y dominar las artes de la caza, la pesca, la agricultura y la domesticación de animales, pasaron a un nivel más elevado de convivencia, es cuando nace la sociedad que hoy conocemos, desde luego que con formas de interactuar muy primitivas, según nos han hecho creer, pero en verdad que tenían formas muy avanzadas, que para quienes las conocen a fondo les asombran, no obstante fueron evolucionando en este terreno hasta crear verdaderos esquemas sociales, entre ellos; los cultos, mismos que se fueron desarrollando hasta convertirse en verdaderas atracciones religiosas, es así, que desde hace miles de años los humanos viajamos para conocer tal o cual deidad, tal o cual culto, o tal o cual festividad de índole religioso.
En esos tiempos, los beneficios del turismo religioso eran ya muy valorados, debido a que las ciudades que eran sedes de eventos o monumentos de esta índole, tales como celebraciones a determinada deidad o templos, se convirtieron en las más ricas y sus habitantes gozaban de muy buenos niveles de vida.
Queremos reiterar que esto viene mucho más atrás de la época de Jesucristo, hablamos de miles de años atrás. Con el paso de los milenios, las cosas se fueron perfeccionando y cada vez más las ciudades y países aprovechaban y aprovechan hoy en día las ventajas religiosas en materia turística. Y por suerte para los mexicanos, nuestro país es puntero en manifestaciones religiosas, baste decir que la de la Virgen de Guadalupe, en la ciudad de México, en el Tepeyac, es la más tumultuosa del mundo.
México es un país con recursos extraordinarios en materia religiosa, ya que mezcla las costumbres religiosas de las culturas autóctonas, con las que violentísimamente les impusieron en la colonia los españoles y los curas que “evangelizaban”, más las que se han ido acumulando a lo largo de su historia, se puede decir, sin duda alguna, que México es una potencia en materia de atractivos religiosos, en donde todo el año y a lo largo del territorio, todos los días se dan eventos o manifestaciones con caracter religioso.
Sinaloa y el turismo religioso
En estos tiempos seculares, en donde los humanos vía las presiones del “mercado” estamos sujetos a la cultura de lo “desechable”, es decir, vivimos en la era de lo inmediato, en donde el pasado no importa y se remonta a no más allá de vagas referencias y en donde a “algunos” les conviene que no veamos más allá de lo conveniente y, mucho menos, que investiguemos en el pasado. En la sociedad actual, en donde todo es consumo desmedido de cosas tan superfluas como: celulares de punta o a la vanguardia, futbol, programas televisivos sin valor alguno y demás cursilerías de esas, es fácil creer, por ejemplo; que Sinaloa existe de la colonia para acá y de la colonia para atrás la mayoría de los sinaloenses no sabe casi nada, aunque existen muchas excepciones en este campo.
La mayoría cataloga a Sinaloa como: “un estado moderno, próspero y de pobladores con raíces europeas”. Pocos saben que este estado cobija en su territorio muchos vestigios arqueológicos y culturas autóctonas que dan cuenta puntual de la presencia, aquí, de seres humanos, miles de años antes de Cristo, a nuestro juicio lo más emblemático en la materia está representado, por un lado, por Las Labradas, las que se enmarcan en el terreno de los vestigios arqueológicos, ubicadas en el municipio de San Ignacio y por el otro, por las culturas mayo-yoremes, las que se enmarcan en el terreno de lo humano, asentadas al norte de Sinaloa. Por supuesto que existen muchos más elementos en estos campos, pero los más representativos, hasta la fecha, son estas dos variables.
Las Labradas son, de acuerdo a los estudiosos, una especie de santuario que fue motivo de visita para diferentes culturas autóctonas de México, inclusive de centro y Sudamérica, su antigüedad más remota descubierta hasta el momento va de entre los 1,500 a los 4,500 años antes de Cristo, con el dato anterior, se desmoronan las aseveraciones sobre la presencia de los seres humanos en este territorio, tendremos pues que reescribir la historia. En cuanto a los Mayo-Yoremes, su origen también se remonta a miles de años y sus creencias religiosas originales estaban muy ligadas a la naturaleza y los astros. En este terreno también tenemos muchos pendientes y tenemos que retomarlos y reescribirlos.
Con los anteriores antecedentes, queremos asentar, que las manifestaciones religiosas en nuestro territorio, no se dan a partir de la conquista, sino que estás ya se venían dando y que la violenta imposición religiosa traída por los españoles, solamente vino a abonar a la riqueza cultural-religiosa que ya teníamos en las poblaciones originales, de ahí que en la actualidad los sincretismos que se dan en el campo religioso en Sinaloa son extraordinarios.
Las manifestaciones ya derivadas de la conquista, también son abundantes en Sinaloa, aunque existen algunas de proporciones tumultuarias como la de la santísima virgen del Rosario, de Panuco y la de Quila, entre otras. Algunas más, pese a que son centenarias, no son del todo conocidas, como la Fiesta de las Velas de Cosalá, Pueblo Mágico, la que es única y patrimonio de ese municipio. En fin, podemos mencionar muchas más, pero a nuestro juicio las aquí descritas son las más relevantes.
Espero, que con este breve, pero muy fundamentado repaso sobre la cultura religiosa en Sinaloa, nos quede claro que en este terreno tenemos mucho que presumir, mucho que estudiar, pero sobretodo, mucho que preservar y aprovechar.
El 10mo. Aniversario del Cristo de la Mesa
La mañana del jueves 11 de junio se llevó a cabo la celebración del décimo aniversario de la inauguración de la escultura de El Cristo de La Mesa.
Este símbolo de la iglesia católica fue venerado por decenas de fieles católicos, quienes se dieron cita para asistir a la misa que se ofició en la capilla de la escultura, que se encuentra aún sin concluir.
La mayoría de los asistentes a la misa, provenían de la comunidad de La Concha, del municipio de Escuinapa, contingente que se sumó a los integrantes del patronato pro construcción del Cristo de la Mesa y católicos de la cabecera municipal.
Al igual que los años anteriores, el párroco Mariano Solorio Navarro, precursor de esta magna obra, ofició la misa, donde hizo un llamado a todos los presentes para continuar apoyando el mantenimiento de esta obra, que le da identidad al municipio.
El calor que se sentía al interior de la capilla cobijó el fervor católico de los asistentes, quienes durante poco más de una hora estuvieron en la homilía.
Atractivo turístico
Los brazos abiertos y extendidos que tiene la imagen del Cristo de La Mesa, es el claro reflejo de la hospitalidad que los sanignacenses le brindan a cada uno de los visitantes a este Pueblo Señorial.
Su figura es imponente y está enclavada en la parte más alta de la cabecera municipal, desde donde se puede apreciar fácilmente desde cualquier punto del Pueblo Señorial y desde comunidades como El Cantón, al otro lado del río Piaxtla.
Es el primero en darles la bienvenida a los pobladores y turistas que por primera vez conocen esta comunidad escoltada por el cerro de Los Frailes.
A lo largo de estos diez años, se ha convertido en un ícono representativo de este municipio, logrando atraer a miles de turistas a lo largo del año, quienes movidos por la fe católica o por el interés de conocer esta escultura, acuden en cualquier época del año.
Desde el punto donde se encuentra se puede apreciar una agradable panorámica de las calles y el caserío, donde las casas de tejas predominan y la arquitectura de gran parte de las viviendas sigue conservándose, pudiendo disfrutar de una tarde agradable con una vista única.
Antecedentes
La inquietud por la construcción de esta magna obra, que tiene 20 metros de altura, nació alrededor del año 2000 en el entonces párroco de la iglesia de San Ignacio de Loyola, Mariano Solorio Navarro.
La escultura fue inaugurada el 11 de junio del 2005 por el entonces gobernador del estado, Jesús Aguilar Padilla y fue bendecida por el obispo de la diócesis de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, evento al que asistieron cientos de personas de diversos municipios del estado.
La escultura de El Cristo de la Mesa, está hecha a base de fibra de vidrio y con un acabado en un material denominado resipol, en la cual se destinaron alrededor de 4 millones de pesos para su creación, para lo cual se llevaron a cabo diversas actividades por parte de los integrantes del patronato, además de aportaciones económicas de funcionarios estatales y el propio gobernador del estado.
El párroco Solorio Navarro, aseguró que a pesar de ya no estar en la parroquia de San Ignacio de Loyola, seguirá participando en las acciones para contribuir a que el proyecto se vea culminado en su totalidad.
“Esta escultura se construyó para poder brindarle a la gente de este pueblo y a la de nuestro estado la paz que requerimos, para poder vivir con tranquilidad y en armonía”, señaló el sacerdote.
Hasta el momento la inversión económica que se ha efectuado en la construcción del Cristo de La Mesa, ha sido de más de 4 millones de pesos, pero para poder culminar el diseño original del proyecto para la escultura y el atrio, se tendrían que destinar 2.5 millones de pesos más, motivo por el cual nuevamente se están realizando diversas actividades para lograr recabar fondos económicos.
La escultura de El Cristo de la Mesa viene a brindarle al Pueblo Señorial, a los sanignacenses y a quienes son creyentes la esperanza de poder alcanzar la tranquilidad y armonía que todos desean en su vida cotidiana.
El monumental Cristo se puede apreciar desde la entrada a la cabecera municipal y se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos del municipio, siendo uno de los lugares de interés promovidos por el programa “Conoce Sinaloa” de Sectur para ser parte de los paquetes turísticos que se ofrecerán a los turistas nacionales y extranjeros.
Ventanas de oportunidad para el turismo religioso en San Ignacio municipio y San Ignacio de Loyola:
Las Labradas – La Ruta de las Misiones – Cristo de la Mesa
Desde nuestra óptica, San Ignacio Municipio y San Ignacio de Loyola, su cabecera municipal, tienen una enorme oportunidad en el segmento del turismo religioso, siendo sus principales atractivos: Las Labradas – La Ruta de las Misiones – Cristo de la Mesa, de esos tres súper atractivos, uno es ancla; Las Labradas y, el otro, está en vías de convertirse en tal; El Cristo de la Mesa, el tercero, la Ruta de las Misiones, ese está ahí, sin pena, ni gloria, la realidad es que no se ha sabido articular. Pero vayamos por partes:
Primero definamos el concepto de atractivo “Ancla”:
Se le denomina atractivo “Ancla” a todo aquel recurso, natural, o hecho por la mano de los humanos, que por si solo es capaz de atraer turistas. En otras palabras, los atractivos Anclas no requieren de las, ahora tan de moda necesidades de accesibilidad, conectividad, incluso de hospedaje. entre muchas más. Es tal su poder de atracción, que a quienes los visitan no les importa lo remoto que se encuentren, ni la dificultades o carencias. Todo lo que importa es llegar.
También los atractivos anclas se caracterizan por atraer a segmentos de turistas muy especializados, por ejemplo y según sea el caso: ambientalistas, arqueólogos, religiosos, en busca de salud, y una larga fila de segmentos más.
• Bajo los conceptos anteriores se encuentran Las Labradas, que son un recurso arqueológico cuya antigüedad es muy remota y de sus creadores, en realidad poco se sabe, al igual que para los fines que fueron creadas.
Por milenios han estado ahí. Igual han atraído a culturas ancestrales y lo siguen haciendo, pese a que hace muchos años no contaban con la conectividad necesaria y aún hoy en día, aunque tenemos que reconocer que se ha mejorado en muchos aspectos, pero sigue siendo un atractivo, sin las valoraciones que merece.
Pese a todo ello, Las Labradas es un atractivo Ancla, el cual puede ser aprovechado con fines: de estudio, arqueología, religioso, terapéutico, astronómico, cultural y no muchos más, dado que no es un atractivo para grandes masas como se le ha querido posicionar, por el contrario, se le debe de cuidar y las visitas deben de ser estrictamente reguladas.
• En cuanto a la Ruta de Las Misiones, bueno, en San Ignacio podemos encontrar muchos antecedentes y vestigios de los misioneros, los cuales se ubican en: Cabazán, San Javier, La Labor y San Ignacio. No se le puede considerar ni con mucho un atractivo Ancla, pero si como un atractivo complementario y distintivo de este municipio. Al igual que Las Labradas es un atractivo, sin las valoraciones que merece.
• Del Cristo de la Mesa, lo que podemos señalar es que es uno de los atractivos de nueva generación para este municipio, mismo que en tan solamente 10 años ya alcanzó la categoría de ícono, pese a que no se le dan tampoco las valoraciones necesarias, y podrán decir, como lo asentamos en este mismo reportaje, que se le invirtieron millones de pesos en su creación. Estamos de acuerdo, pero para entender un poco más de que se trata esto, permítanos ponerles dos ejemplo muy simples, pero aleccionadores.
En muchos lugares, debido al gran problema de la basura, las personas conscientes tratan de ayudar a resolver el problema. Y una de las primeras soluciones que buscan es la de conseguir tambos de basura. Y generalmente lo logran y los colocan. Hasta ahí todo bien. Pero se olvidan de que para que el tambo de basura funcione, se tienen que ver todos los ángulos, de tal suerte, que una cosa es el tambo en sí y otra la programación de la recolección de los desechos que en el mismo se depositen y, desde luego, el propio mantenimiento del tambo. Porque luego resulta, que de no tomarse estas medidas, el tambo se convierte en un foco de infección, basura y malos olores.
El otro es el relativo a la plantación de árboles. A lo largo del mundo, mandatarios, empresarios y personas de buena voluntad, inician campañas de reforestación, generalmente lo hacen en base a la plantación de miles, millones de árboles, lo cual es muy noble y justamente necesario. Pero al igual que con el tambo, se olvidan de que un árbol requiere de muchos cuidados y así vemos que se han venido plantando millones de árboles alrededor del mundo, en contrapartida tenemos que la deforestación es más grande. ¿Q qué se debe?. Sencillamente a que no se toma en cuenta el factor “mantenimiento”.
Eso es exactamente lo que sucede con el Cristo de la Mesa; En efecto, ya se creó. Ya se promovió. Ya tiene sus seguidores. Pero… ¿y que nos dicen del mantenimiento? y lo que es más preocupante, ¿del engrandecimiento y aprovechamiento?.
Asentado en lo que pudiéramos describir como un área natural recreativo, el Cerro de la Mesa, este Cristo debió haber sido la palanca que detonara este enclave, como un parque temático, en donde de primera mano, los sanignacenses tuvieran acceso a el esparcimiento y la sana convivencia. Que de hecho lo hacen, pero, fuera del Cristo de la Mesa y algunas adecuaciones que se le han hecho a la explanada. Ahí no pasa nada.
Y es que existe un “conflicto de interés” entre lo político y lo religioso. Decimos “conflicto de interés”, porque nos hemos dado cuenta, que de ambos lados de la balanza, es decir el lado político y el lado religioso, se escudan en las limitaciones que se imponen ante la separación de ámbitos de incumbencia.
En otras palabras: Al ser el Cristo de la Mesa un monumento religioso, incluso, al contar este con una capilla, por cierto, semidestruida, las autoridades de los tres niveles, pero nos preocupa la municipal, no concretan apoyos con el vigor, interés y visión que se requieren para hacer de esta magnífica zona, todo un parque temático.
En un momento reseña completa…
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