está más presente que nunca
>>> Repasando la Historia de Cosalá encontramos las raíces del fabuloso legado que heredaron de primera mano los cosaltecos, pero que sin duda es una herencia de todos los sinaloenses y mexicanos, quienes debemos compartir con la humanidad
Elisa Pérez Meza En el 453 Aniversarod e Cosalá, Pueblo mágico Presentó la versión evolucionada del corrido autoría de su padre el cosalteco Luis Pérez Meza «Las Isabeles» Simplemente Sesnacional |
Cosalá, Pueblo Mágico, Sinaloa, México, a; 13 de Marzo de 2015.- Pocos vestigios quedan que nos hagan percibir que el territorio donde actualmente se ubica el primer Pueblo Mágico sinaloense, estuvo ocupado por pueblos prehispánicos que se asentaron principalmente en la rivera de los ríos, como lo fueron los grupos indígenas Tepehuanes, Acaxees y Xiximies; testimonio de esta civilización lo encontramos en diversos petroglifos y pinturas rupestres que se pueden apreciar en varias regiones del municipio. Sin embargo dichos asentamientos no se convirtieron en poblaciones importantes pues los indígenas tenían más bien el carácter seminómada y su ruta natural era hacia la serranía del actual estado de Durango en donde se erigió la misión jesuita de Tepehuanes para su sometimiento.
En ruta contraria a la peregrinación azteca, llegaron los españoles acompañados de nativos aliados, y en agosto de 1531 hallaron un bello lugar llamado Quetzalla o Cozatl, “Lugar de bellos alrededores” y “Lugar de Guacamayas”, en el cual inmediatamente pudieron constatar la existencia de una gran riqueza mineral.
No obstante lo anterior, no es hasta el 13 de marzo de 1562, cuando se tiene constancia de la fundación de Cosalá, siendo Amador López, de oficio minero, quien detectó el enorme potencial de riqueza y exploró los cerros que circundan el valle, como lo son: “San Nicolás”, “El Palmar”, “La Cobriza” y “De Barreteros”, encontrando en éste último las primeras vetas de plata y a todos ellos mineralizados, procediendo a establecer el pueblo en el mismo lugar que ocupa actualmente, o sea en los lomeríos situados en la margen izquierda del Arroyo Grande.
Los misioneros Fray Juan de Herrera y Fray Pablo de Acevedo, evangelizadores de América, le dieron el nombre al pueblo que comenzaba a erigirse y a los asentamientos mineros que empezaban a constituirse, como “Real de Minas de Nuestra Señora de las Once Mil Vírgenes de Cosalá”.
En los años iniciales de la conquista, Cosalá era un territorio que formaba parte de la provincia de Culiacán, los naturales y los territorios sometidos fueron asignados en encomienda a los soldados españoles, a la sublevación indígena dichos territorios eran convertidos en corregimientos.
La provincia de Culiacán formo parte desde su establecimiento del reino de Nueva Galicia cuya capital fue Guadalajara, por tanto Cosalá dependió de dicha audiencia.
Existen informes originados en 1605 por parte del Obispo Alonso de Mota y Escobar, describiendo la existencia en el Real de las Vírgenes de Cosalá de dos haciendas de beneficio.
En el año 1759 otro Obispo, Don Pedro Tamarón y Romeral, realizó un informe de los principales asentamientos, señalando que eran de origen minero y entre ellos destacaba la riqueza de Cosalá.
Durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, el Real de Cosalá fue destruido e incendiado hasta en tres ocasiones, lo que ha impedido conocer con precisión el paso de la historia y es a mediados del siglo XVIII cuando encontramos a un Cosalá con una población de trazo igual al que conserva en la actualidad con sus calles y callejones retorcidos, las iglesias de San Francisco Javier, ahora Capilla de Guadalupe, y la Parroquia de Santa Ursula, y contando ya la región con ocho haciendas de beneficio de metales preciosos, lo cual la hacía muy próspera, siendo la mayor de todas y una de las más grandes descubiertas en el occidente del país, la de Guadalupe de los Reyes, que ya en 1830 rendía un millón de pesos de plata anuales. Esa producción la conservó desde 1816, año de su primera gran bonanza, hasta 1943 en que cerró sus puertas durante la segunda guerra mundial.
En importancia después de Guadalupe de los Reyes estaban las minas de: San José de las Bocas, Santa Cruz de Alayá, el pueblo de Alayá, Tlapacoya, Nuestra Señora, La Ciénega y El Cajón de Tlapacoya.
En 1810 al inicio de la Independencia de México, Cosalá era considerada como la población más prospera del Noroeste de México, con un inventario de más de cincuenta minas.
La fama del mineral había llegado a todo el país y en carta de Don Miguel Hidalgo y Costilla al Coronel González Hermosillo fechada en 1811, le ordena la toma de Cosalá debido a los grandes caudales de oro y plata que existían en el poblado, sin embargo, el Coronel no logró tomar la plaza al ser derrotado en el Combate de San Ignacio.
La minería floreció y creció hasta inicios del siglo XX cuando inicia su declive, no obstante, a mediados de ese siglo, se asienta en El Mineral de Nuestra Señora una compañía minera que reactivó la economía del municipio hasta que se cerró por problemas de origen laboral. En ese sitio actualmente se encuentra realizando trabajos de exploración una Compañía minera, que viene a representar una nueva etapa de oportunidades para la minería de Cosalá.
Por todo lo anterior, Cosalá, es uno de los Pueblos Mágicos más sólidos de México y todos debemos de contribuir a que cada vez se consolide más.
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en el Pueblo Mágico de Cosalá
Dos órdenes religiosas se habían establecido construyendo sus conventos, los Franciscanos en Hidalgo y los Jesuitas frente a la Plazuela en la calle Leyva Solano esquina con Cerrada de la Fuente. Estas dos construcciones están de pie y habitadas.
El Convento Jesuita de Santa Úrsula en su entrada principal tiene esculpido en cantera rosa el escudo de la laboriosa orden de los Jesuitas.
Esta orden fue expulsada de Cosalá, el 24 de junio de 1767, por el Rey Carlos III de España, que obligó a abandonar los conventos a todo jesuita que habitara cualquier parte del territorio español desde la alta California hasta la selva del Paraguay.
Los Franciscanos por su parte, dejaron su convento aproximadamente en 1860 tras de promulgarse las Leyes de Reforma.
El templo
En su esquina nororiente, sobre la sacristía, fue colocado en el siglo XVIII un reloj de sol que se conserva hasta nuestros días, mismo que es un atractivo que llama la atención de quienes visitan el templo.
En este templo se llevó a cabo la boda de la hija de Don Francisco Iriarte Conde en el año de 1827, relatándose que fue colocado un camino de barras de plata desde la casa del padre de la novia hasta la puerta de la iglesia, habiendo sido un acontecimiento muy relevante que pasó a ser un hecho que confunde la realidad con la leyenda. |
{mospagebreak title=Personajes en la historia de Cosalá: Heraclio Bernal}
“El Rayo de Sinaloa”
>>> Los gobiernos de su época le temieron y pusieron precio a su cabeza
Cosalá, Pueblo Mágico, Sinaloa, México, a; 13 de Marzo de 2015.- Hace algunos días, el talentoso escritor y comentarista sinaloense: Ramón Larrañaga Torronteguí, me dijo que me mandaría un artículo de su autoría, el que aseguró me gustaría mucho. En efecto, tal como lo indicó, lo envió y sinceramente me gustó mucho.
Es quien inicia la revolución mexicana en 1883/1888, sin que se le reconozca- Heraclio Faustino Petronilo Bernal Zazueta “El rayo de Sinaloa”. Nació el (28 de Junio de 1855 en el “Chaco”, municipio de San Ignacio, Sinaloa, perdió la vida el 05 de enero de 1888, antes de cumplir 33 años, según una de las tantas leyendas, en las cercanías del poblado de Cerro Hueco, estado de Durango. Tuvo una hija con Herminia Astorga la cual se le puso el nombre de Vicenta Bernal Astorga.
Conocido como «El rayo de Sinaloa», hijo de Jesús Bernal y Jacinta Zazueta, nació en el seno de una familia en donde su padre era un gambusino (Buscador de minas), un tanto acomodado, donde se ilustró las primeras letras de la mano del profesor Ángel Bonilla, quién le enseñó historia regional e inició su admiración por Benito Juárez influenciado por su padre, para después a los doce años, ser enviado a Durango donde terminó la instrucción primaria para luego pasar al Seminario donde estudió hasta los diez y seis años regresando a Sinaloa por la muerte de sus padres, y un tío se lo llevó a vivir con él al pueblo minero de Guadalupe de los Reyes en el municipio de Cosalá donde le consiguió empleo en la compañía minera.
En realidad se cuestiona mucho el lugar y: ¿cómo murió Heraclio Bernal? No existen documentos oficiales de la vida de este personaje porque el gobierno nunca le dio un lugar en la historia oficial de México como se merecía, y sólo se encuentra información en varios de los corridos que le compusieron al morir y de los relatos de los pueblos y unos cuantos de los archivo del Porfiriato. Hay diferentes versiones del lugar y el cómo murió Heraclio, se dice que murió en el puerto de Mazatlán pero también se cuenta que murió en los combates contra el porfiriato en el Rosario, Sinaloa.
Otro más habla que ocurrió en cerro Hueco, Durango. Uno de los relatos populares fue que Heraclio se enfermó de pulmonía (Helado) cuando una nevada lo sorprendió en su recorrido. Y cuando se encontraba muy enfermo, al borde de la muerte, le pidió a su compadre Crispín García que lo matara el mismo para que cobrara los diez mil pesos que ofrecía el gobierno de Mazatlán y los comerciantes como recompensa por su captura o muerte.
Heraclio formó a su gavilla con sus hermanos, Juan, Antonio, Fernando y Vicente y algunos individuos más. Robaba en Sinaloa y en la Sierra del estado de Durango, en los municipios de San Dimas, Canatlán y Santiago Papasquiaro. Por muchos años Heraclio Bernal fue muy temido por los ricos del puerto de Mazatlán ya que bajaba de la sierra para asaltar los caminos y así ayudar a los pobres de los pueblos, hasta se cree que el mismo Francisco Villa admiró y se inspiró en este personaje en sus inicios de revolucionario, al escuchar la versión popular en la Sierra de Durango y los corridos.
Fue tanta su obra que llegó a convertirse en un verdadero dolor de cabeza de los gobernadores de Sinaloa (Francisco Cañedo), y el de Durango (General Juan Manuel Flores) quienes ofrecieron 10 mil pesos por él, vivo o muerto. El jefe de seguridad de la mina de Tayoltita (San Dimas), Durango; Octavio Meraz dejó de trabajar para perseguirlo, este era originario de los Gavilanes también perteneciente a San Dimas y de joven había sido arriero por lo que conocía muy bien la Sierra. Heraclio tenía un amigo Ignacio de la Parra quien tenía dos hermanos uno en Maguey (Romualdo Parra), y otro en Maimora (Francisco Parra), (Municipios de Canatlán, colindante con San Dimas). Estos le daban alojamiento a Heraclio y a su gavilla. La “Acordada” mato a Romualdo Parra, posteriormente hirió a Francisco Parra. Los hermanos Parra también fueron perseguidos por la acordada por proteger a Heraclio.
Heraclio se inició como minero en Guadalupe de los Reyes, por eso la famosa frase de «yo no ando de roba güeyes, me robo las barras de plata de Guadalupe de los Reyes». Para algunos Bernal es considerado como un precursor de la Revolución Mexicana, ya que tenía ideas de tipo social y revolucionarias en contra del gobierno de Porfirio Díaz En la revuelta de 1871 en Sinaloa, cuando ganó la Gubernatura Eustaquio Buelna al porfirista Manuel Márquez de León, se sumó al Plan de la Noria para combatir al espurio.
Bernal, a pesar de contar entonces con sólo 16 años, tuvo que empuñar las armas y renunciar a su amor adolescente por una jovencita que provenía de una familia porfirista. Prueba de ello son los planes de Conitaca y La Rastra, en los cuales, entre otras cosas, toma partido a favor de Trinidad García de la Cadena, gobernador de Zacatecas que se oponía al régimen de Díaz. El Plan del mineral de La Rastra publicado el 27 de julio de 1885 contenía cinco puntos que Bernal propagó por varios pueblos de Sinaloa. Para el 4 de abril de 1887 nombrándose jefe del ejército restaurador da a conocer el Plan de Conitaca, donde entre otras cosas anuncia el cese del gobierno de Porfirio Díaz y proclama el restablecimiento práctico de la Constitución de 1857.
Habiendo disuelto sus tropas, Bernal intentará esconderse en una cueva del Cerro Pelón, en compañía de Bernardina García, quien estando embarazada, viajo a Guadalupe de los Reyes para atenderse, pero al verla en el pueblo, no faltó quien la conociera y denunciara ante la guarnición militar del mineral de Nuestra Señora de Guadalupe de los Reyes. También se dice que fue Crispín García, compadre de Bernal, el que la siguió hasta la cueva y posteriormente regreso a denunciar el lugar la madrugada del 5 de enero de 1888, los hombres del teniente Enrique Fernández atacarán la cueva y asesinarán a Bernal, cuyo cadáver, con el tiro de gracia y una herida en la pierna, será expuesto al público durante tres días. Sus restos se cree son los que descansan en el panteón de Cósala.
Heraclio Bernal en la actualidad, al igual que en sus tiempos, es reconocido por unos como un héroe y un personaje anecdótico, por otros como un bandido. Pero la realidad es que está estrechamente ligado a la historia de Cosalá, en donde se le ha erigido una colosal estatua.