Por: Francis Velarde
Si tu hijo o hija va a vivir un cambio de escuela, sigue estos consejos para hacer la transición más efectiva y menos dramática.
Existen decenas de motivos por los que un niño, niña, adolescente o joven puede vivir un cambio de escuela, entre los más comunes están: cambio de residencia, problemas económicos, divorcio de los padres, pasan a otro grado escolar o se quiere mejorar el nivel educativo.
¿Qué sienten los niños con un cambio de escuela?
Un número importante de niños pasan más horas en las escuelas que en sus propios hogares. Allí tienen amigos, convivencia con sus maestros favoritos y, por supuesto, se sienten seguros. Por eso no hay que minimizar sus sentimientos cuando se les va a cambiar de escuela, explican los psicólogos.
Algunos niños son muy sociables, y no se les dificultará el cambio de escuela. En contraste, otros —que pueden ser más retraídos— sí pueden tener problemas para adaptarse, hacer nuevos amigos y tener una convivencia adecuada, precisa la experta.
Si nuestros hijos e hijas saben hacer amigos, se adaptan a las circunstancias, además y saben hacer contacto social fácilmente, la transición será más incluso una forma de tener una aventura divertida. Pero, si nuestro hijo casi no habla, es tímido y no le gustan los cambios, es posible que tarde en adaptarse, puntualiza los psicólogos
5 consejos para que no sufra por el cambio de escuela
Si bien todos los humanos necesitamos tiempo para adaptarnos (a nuestra nueva casa, un trabajo nuevo, un nuevo corte de cabello y demás), existen algunos consejos que puedes seguir para que la transición sea relajada.
1.Contesta a todas las dudas: Antes de cambiarlo habla con él y explícale el porqué lo cambias. Sé honesto y contesta todas sus dudas de forma positiva y no lo hagas responsable del cambio.
2. Dale tiempo de adaptación: No esperes que en la primera semana ya tenga muchos amigos y se sienta feliz. Pueden pasar de 15 a 20 días para que tu crío se sienta acoplado al cambio.
3. No hagas que olvide su antigua escuela: No se trata de que olvide sus amigos, sus maestros y su rutina anterior. “No es borrón y cuenta nueva”, lo ideal es que siga manteniendo contacto (por teléfono o videollamada) con aquellos que él decida seguir teniendo en su vida.
4. Habla con sus maestros: Pide una reunión con sus nuevos maestros y cuéntales cómo es tu hijo, cómo aprende, que materia es su favorita y cuál se le dificulta. Ello ayudará a integrarse mejor al grupo.
5. Sé paciente y toma tiempo para escucharlo: Todo lo que tenga que decir tu hijo es importante, no minimices su sentir. Al contrario, apóyalo y confía en él.
Tips para los maestros.
También los maestros son clave para que un alumno no se sienta rechazado, sino que, por el contrario, el grupo que ya está integrado lo acepte fácilmente.
Para ello, los maestros deberán:
1.Tomarse el tiempo de conocer al nuevo integrante de su grupo.
2. Hacer una actividad corta de integración con todo el grupo.
3. Ayudarlo a que socialice en caso necesario.
4. Evitar hacer juicios de valor o señalamientos.
5. Tomar el papel de mediador entre el grupo y el nuevo integrante, en caso necesario.
Todo depende del niño, niña, adolescente by joven porque pueden prevalecer más de unas emociones que otras. Aunque, ya sean más o menos extrovertidos, sociables o más o menos tímidos, enfrentarse a un cambio o situación nueva siempre genera cierto estrés . Es salir de su zona de confort y, en algunos casos, ese estrés puede expresarse como excitación, nervios e, incluso, que les cueste dormir por la noche.
En ocasiones, va mucho más allá de eso y aparece el miedo e, incluso, la ansiedad : a la separación de los padres, a vincularse con desconocidos, a estar muchas horas en un lugar extraño con horarios y normas nuevas que no conocen. También puede aparecer la tristeza, la irritabilidad y el llanto, con pataletas y comprobando que el niño se rebela en casa. O puede que esté más metido en sí mismo y muy poco comunicativo. Todo esto es normal, el momento del inicio de la escolarización, esas primeras clases nuevas suelen ser un momento bastante estresante para todos: niños, padres y profesores.
Ten en cuenta que va a ser “el nuevo”, lo que te posiciona en una situación más vulnerable, te señala y te expone más a la mirada del otro. A veces, esto se vive muy mal. ¿Por qué? Porque además, aparece el miedo a estar solo y no hacer amigos, ya que el alumno nuevo entra en un entorno donde las relaciones sociales ya están creadas y él debe hacerse un hueco.
Por otro lado, entran en juego otros factores que tienen que ver con la comparativa de su referente, el antiguo colegio que, muchas veces, se idealiza. En principio, eso sí, todo forma parte de un proceso de adaptación que, de nuevo, poco a poco irá desapareciendo.





