Sinaloa pierde a un amante de la literatura, la naturaleza y un apasionado de la convivencia humana armoniosa. Pero su legado permanecerá en la mente de muchos escritores sinaloenses, mexicanos y del mundo
Por: Rubén Romero Ibarra
Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 18 de octubre del 2024.- Ayer, cuando un familiar que vive cerca del Ejido Corerepe, Guasave, Sinaloa, en México, me llamó para decirme que “Toño” Coronado había fallecido, en automático se me vinieron a la mente los recuerdos, de cuando en varias ocasiones me recibió en su Casa Circular, con estilo arquitectónico alternativo, donde el aire llega por todas partes. Es decir, mi amigo Toño, hasta en su forma de vivir era propositivo.
Una de las virtudes de Toño, era que nunca lo sentí, ni lo vi preocupado, más bien siempre lo vi ocupado en cómo conseguir recursos para cada Festival, haciendo invitaciones a muchos poetas, tramitando recursos ante el ISIC y preparado a todo el equipo logístico que lo ayudaba a dar de comer y acomodarse en sus casas de campaña en la Isla de Los Poetas Locos, en donde se celebra este Festival Literario y que se lleva a cabo en Semana Santa desde mediados de los 90tas del siglo pasado.
También rememoré los momentos en que Toño me decía: «Nunca dejes de escribir amigo, pues es la única manera de cambiar la Cultura Sinaloense». Pero también lo recuerdo por su extraordinaria apertura, su Don para hacer amigos y su inigualable hospitalidad, misma que compaginaba con su armoniosa pasividad, dónde sus visitantes se sentían como parte de su familia, y ya cuando te invitaba un cafecito o una cerveza, la plática ya navegaba mar adentro, discutiendo la escritura de algún autor literario.
Son muchísimos los recuerdos que tengo de esta casa propiedad de Toño, circular y apaisajada, siempre en proceso de construcción.
Pero lo que más recuerdo es que siempre estaba atento a todas las publicaciones de libros de autores Sinaloenses y siempre refiriéndose al gran esfuerzo de estos autores que en forma particular publicaban sus libros.
Toño paso también por aquí, por Mazatlán e hizo muy buenos amigos académicos en la UAS, hasta fue director de la Preparatoria Rosales por algunos años.
Y cosechó buenas relaciones de los artistas literarios mazatlecos.
Así que descansa en Paz amigo Toño y, allá, dónde estés, es mi mejor deseo que siempre sigas promoviendo la Cultura y el Conocimiento.
Pero lo más triste aparte de tu partida es que hoy, precisamente hoy, que Sinaloa ocupa de emergencia este salvavidas de la Cultura y el arte. Se nos fue…