Por: José Rubén Romero Ibarra
En Sinaloa
Todos los Estados de la República mexicana guardan anécdotas y recuerdos de los acontecimientos histórico-sociales de las etapas políticas más significativas de nuestro país, casos muy especiales son; la Independencia y la Revolución, y Sinaloa siendo históricamente de los estados más prósperos del noroeste no podía quedar al margen de estos hechos que transformaron de forma radical la vida de los mexicanos y el país.
Haciendo un poco de historia, años antes de que estallara la guerra de Independencia en 1810, Sonora y Sinaloa formaban parte del estado de occidente, es decir, eran un solo estado.
Fue en el año de 1823, según decreto expedido por el primer congreso constituyente mexicano, qué la provincia de Sinaloa queda separada de Sonora y una vez disuelto el estado de occidente los estados libres y soberanos de Sinaloa y Sonora proceden a designar e instalar sus respectivas legislaturas, siendo su misión fundamental dotar a cada entidad de leyes para conducir su destino por el camino del derecho y la paz social. Sin embargo en esta disolución, Sinaloa pierde parte de su territorio ubicado en el norte, principalmente la tierra de los Mayos, que pasa a ser parte de Sonora.
Durante la Guerra de Independencia, José María González de Hermosillo, fue enviado para que insurreccionara las provincias internas de occidente, pero fue traicionado y aniquilado.
El 27 de agosto de 1821 se consumó la independencia en todo el noroeste del país, quedando comprendido en la provincia de Sonora.
Fue hasta el 12 de diciembre de 1831 que se promulgó la primera constitución política del Estado de Sinaloa, donde el artículo 31 disponía de la división territorial de los distritos del Rosario, Concordia, Villa Unión, San Ignacio, Cosala, Culiacán Badiraguato, Mocorito Sinaloa, el Fuerte y Choix.
El movimiento de Independencia tuvo mayor impacto en el sur de Sinaloa a través de la influencia jalisciense. En este marco de la lucha independentista en territorio sinaloense se dio una fuerte represión a los pueblos indígenas patrocinada por las comandancias de las provincias internas de occidente.
Un acontecimiento muy mazatleco en la época de la independencia
La tarde del 16 de septiembre de 1863, durante el aniversario de la independencia nacional, en el puerto de Mazatlán, un orador de la historia de México; Ignacio Ramírez el Nigromante, hizo uso de su viril palabra- para expresar en la plaza su temor por una inminente invasión Francesa:
Otro hecho de la Independencia en Sinaloa
El 21 de enero de 1811 Gonzalez Hermosillo ya con 5600 hom bres salió de San Sebastián y en los prim eros días de febrero se instaló en un cerro antes de cruzar el rio Piaxtla donde observó en su totalidad la villa de san Ignacio. Se hicieron varios reconocimientos para entrar a la villa, pero resultaron infructuosos, en la búsqueda no advirtió que el comandante Alejo García Conde había entrado a la villa, reforzando al coronel realista Villaescusa y cuando encontraron el paso del rio el 8 de febrero, cayeron en una cruenta celada donde perdieron 300 hombres y una multitud fueron hechos prisioneros, la derrota fue estrepitosa perdiéndose el estandarte de la Virgen de Guadalupe que había tomado en algún pueblo jalisciense.
Se cuenta que este estandarte fue encontrado en la Hacienda de la Labor del Municipio de San Ignacio y llevado a los dueños de la hacienda. Estandarte que se encuentra actualmente en el Museo Comunitario de La Labor.
Las Cosas que no se dicen de la Independencia de México
En frecuentes ocasiones, las historias de cualquier tipo tienen fragmentos que se omiten o que no se difunden lo suficiente, esto ocurre, aunque en muchas ocasiones se haya tenido registro de ellos, y estos sucesos no se hacen públicos por cuestiones ideológicas o porque siempre ha existido una historia oficial que sólo se apega a una narrativa triunfalista.
En los fenómenos sociales de cualquier nación, llámense independencia, reformas, o revoluciones, es frecuente que sean más las historias que se omiten que las que se hacen públicas.
Por ejemplo: en la independencia de México, siempre se magnifico a los próceres con el afán de mantenerlos ante la sociedad como personas de conducta intachable, omitiendo la parte humana y personal de sus vidas, como si fueran semidioses.
Pero hurgando en la historia, nos damos cuenta de que estos personajes eran tan humanos y mortales como cualquiera. Y así, investigando en documentos, me di cuenta que el Padre de la Patria, don Miguel, Gregorio, Antonio, Ignacio, Hidalgo y Costilla Gallaga Mandante y Villaseñor, nacido en Pénjamo Michoacán, el 8 de mayo de 1753 y, fusilado el 30 de julio de 1811, en Chihuahua, Nueva Vizcaya, no era tal ser mitificado como aparecía en los libros de primaria, sino un hombre con una vida personal, sumamente bullanguera y divertida, amante de la música, el albur, los juegos de azar, el baile y las tertulias, las cuales se prolongaban hasta el amanecer, y es que la vida de este agitador social era tan versátil que en esas mismas reuniones fue conspirando contra el Virreinato de la Nueva España, al grado de reunir a cientos de intelectuales, criollos y mestizos, que coincidían con sus ideales de independencia. Don Miguel Hidalgo estudio en la Real y Pontificia Universidad de México y en la Universidad michoacana de San Nicolas de Hidalgo, donde en 1773 se graduó de bachiller de filosofía y teología, dichos estudios lo convirtieron en un sacerdote muy culto e ilustrado que, bajo un examen de oposición, obtuvo una catedra en el mismo Colegio de San Nicolás, del cual fue nombrado rector en 1790. Ahí conoció y tuvo como alumno a José María Morelos y Pavón, quien se convertiría en un alumno ejemplar y quien lo acompañaría en sus ideales políticos y sociales de liberar a los indígenas de la secular y despótica opresión Virreinal. Antes de que se convirtiera en prócer de la patria, don Miguel fue apodado “El Zorro”, y ya consumado el movimiento de independencia “Padre de la Patria”.
Lo cierto es que, Miguel Hidalgo no sólo se convirtió en Padre de la Patria, sino también, derivado del proceso de ser gestor de la independencia, en padre progenitor de 6 hijos y con diferentes mujeres, Agustina, Mariano Lino, María Josefa, Micaela y Joaquín, en su parroquia todos le decían padre, menos sus hijos, los que le decían tío, don Miguel tenía una mujer escondida y la gente del pueblo lo sabía, ¿pero que mujer no iba a querer ser parte de la historia y del ya famoso prócer de la patria?.
Pero este no es el único secreto que don Miguel cargaría sobre sus espaldas, sino el odio a los gachupines, hombres europeos que querían controlar al país, sin embargo, Miguel Gregorio, quería una nación que no dependiera de España pero que reconociera al monarca español, por tal razón, el propio Hidalgo grita en el atrio de Dolores: Viva Fernando VII, aunque al principio de su movimiento independentista hablaba muy mal del rey, es decir, jugaba las dos caras, por eso se le apodó El Zorro. Y a sus 57 años, que para la época ya se consideraba a alguien de su edad como anciano, Miguel Gregorio Antonio era un hombre fuerte y vigoroso, que solía disfrutar de todos los placeres de la vida, incluso aquellos donde se incluían; ingerir alcohol, juegos de azar y charrería, esto último de la charrería, era porque en el Rancho San Vicente de la Hacienda Corralejo en Pénjamo, en donde Miguel fue administrador muy joven, era un experto en jaripeo, sabia montar a la perfección, tiraba a las reses de la cola, hacia piruetas y todas las suertes charras, en ese entonces no se le nombraba charro como hoy en día.
Al Igual que Don Miguel, José María Morelos y Pavón apodado “El Ciervo de la Patria” que fuera un sacerdote militar insurgente, tuvo una vida con hijos y mujer, pero al contrario de don Miguel, este no lo ocultaba pues su esposa fue Brígida Almonte, con la que procreó 2 hijos, Juan Nepomuceno Almonte, que nació el 15 de mayo de 1803 en Nocupétaro Michoacán y, Guadalupe Almonte, que nació en 1809.
Juan Nepomuceno siempre estuvo al lado de Morelos y durante toda su niñez vivió el proceso de independencia de México, y tan solo con 10 años, el Congreso de Chilpancingo lo nombró general de brigada. Y en 1815, Juan fue uno de los integrantes de la Comisión enviada a Estados Unidos por su padre. Sin embargo, fue conocido como traidor a la patria por declarar el establecimiento del imperio mexicano y ofreció la corono a Maximiliano de Habsburgo.
Sin embargo, todo lo anteriormente expuesto de la vida personal de los precursores de la independencia de México; no demerita de forma alguna, toda su trayectoria insurgente y su gran labor como líderes del movimiento independentista, por el contrario, enriquece el conocimiento histórico de nuestros próceres, los cuales pagaron con su vida siendo algunos fusilados y de otros colgaron sus cabezas en la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato.
No obstante, uno de los motivos por los cuales me ocupa esta breve ponencia, es por seguirle la huella al ideólogo del movimiento de Independencia de México, pues cualquiera pensaría que fue algún criollo, mestizo o indígena mexicano o, quizás, la influencia de la masonería que en ese entonces muchos de los libertadores americanos practicaban, incluyendo a Hidalgo, Allende y Morelos; sin embargo, este título no le corresponde a ninguno de los anteriores connacionales. sino a Fray Melchor de Talamantes Salvador y Baeza, quien nació el 10 de enero de 1765 en Lima Perú, al que ingresó a la edad de 14 años, a la Orden de la Meced. Estudiando en La Real y Pontifica Universidad de la Ciudad de los Reyes, donde obtuvo el grado de doctor en teología, siendo colaborador intelectual de la elite limeña. Fray Melchor fue precursor y protomártir de la independencia de México, mercenario peruano que radicara en México desde 1799, quien iba de paso hacia España para participar en el capítulo general de su orden, siendo uno de los mas celosos propagandistas de la independencia de La Nueva España, y precisamente, es a él, a quien se le debe la elaboración de diversos proyectos de independencia.
Y esa escala que realizó en tierras novohispanas, motivó a que la convirtiera en su lugar de residencia, en estas tierras, Talamantes se dedicó, más a actividades políticas que a su vida regular, siendo el 28 de marzo de 1800 que ofreció su primer Sermón Político y moral, en la Real Capilla del Palacio Mayor de México, a partir de ese discurso, fue elogiado, permitiéndole relacionarse con los círculos políticos e intelectuales avanzados de la época. Después, en 1807, fue comisionado por el Virrey Iturrigaray para estudiar los limites de Texas con Luisana y de sus estudios acotó lo siguiente: “Si los norteamericanos dirigen sus tentativas, quedaría a su disposición con perjuicio, no sólo de nuestra nación, sino de los franceses, ingleses y rusos, serian con el tiempo para nosotros los vecinos más terribles, cuando no se nos declarasen unos enemigos formidables, y si España no se aprovecha prontamente de las proporciones que se presentan , se verá pronto despojada de esta provincia de Texas, abriendo las puertas a sus preciosos dominios, a unos vecinos inquietos, turbulentos y demasiado formidables por sus miras ambiciosas”.
Como podemos observar, Talamantes se adelantó con muchos años a la anexión de Texas a Estados Unidos.
Talamantes presentó al ayuntamiento, el 23 de julio de 1808, el proyecto para la realización del Congreso Nacional del Reino de la Nueva España, en el que planteó los procedimientos para convocar, con el fin de restructura, a La Nueva España, políticamente como nación independiente.
El escrito de Talamantes provocó muchas reacciones entre los criollos, que querían proclamar como rey a Iturrigaray, y el 15 y 16 de septiembre de ese mismo año, Gabriel de Yermo, rico hacendado español, dio un golpe de Estado, llevando a prisión al virrey , su familia y a Fray Melchor de Talamantes. Y después de un juicio amañado, Talamantes fue acusado de haber turbado la tranquilidad publica, induciendo a la independencia, además de ser señalado como un religioso inobediente y díscolo, y la sentencia fue firmada solamente por Pedro Fonte, fue la pena de muerte, cuya sentencia no fue ejecutada y se dispuso que Talamantes fuera enviado a España para que el Rey dispusiese de su destino. Pero, cuando permanecía en cautiverio en el Castillo de San Juan de Ulua en Veracruz, encarcelado y con grilletes, muere el 9 de mayo de 1809 a causa de la fiebre amarilla.
Y hurgando más en la historia de éste primer mártir de la independencia de México, me topé con un libro de lecturas de mi padre, que el 2021 cumplió 100 años.
El cual se titula INFANCIA, quinto libro de lectura, para niños que cursan el sexto año de primaria, impreso por la Compañía Nacional Editora Águilas SA, 1921, y en el cual encontré un fragmento histórico y literario dedicado a Fray Melchor de Talamantes Salvador y Baeza.