SECTUR comparte este paraiso natural con la prensa nacional
La increíble historia del simpático delfín, un recorrido en lancha sobre las aguas del Mar de Cortés, las aves y la gastronomía del Maviri, formaron parte de la experiencia turística que la Secretaría de Turismo de Sinaloa, a cargo de Rosario Torres Noroega, ofreció este miércoles a representantes de la prensa nacional que se encuentran en la entidad para promover sus atractivos.
Quienes lo conocen, aseguran que habita en la Bahía de Topolobampo desde hace 33 años; otros dicen que pudiera ser mayor, pues tenía cuatro años de vida cuando lo descubrieron.
El Pechocho, dicen, es huérfano pues su madre murió cuando el nació y desde entonces decidió quedarse a vivir en la Ensenada del Bichi, alejado de otros delfines que habitan el mar abierto.
El delfín da la impresión de tener alma de niño, hasta juega con un trozo de madera de algún árbol, que cuida y jamás lo pierde; los lancheros dicen que lo guarda y lo saca a flote cuántas veces quiere.
El recorrido resulta fascinante, pues además de conocer al famoso delfín, mientras se avanza sobre el suave vaivén del mar, se disfruta el paisaje de zonas privilegiadas como la Isla de Bledos, el cerro de las aves y la Isla de Patos en dónde se reproducen 57 especies de aves, entre ellas: la Espátula rosada, el pato bobo de patas azules, la fregata, la garza blanca, paloma morada, tórtola aliblanca, tortolitos, cuervos, los cenzontles, el pájaro carpintero y la matraca del desierto.
Hoy miércoles el grupo de periodistas que recorren Sinaloa en busca de servicios y productos turísticos para promoverlos, vivió la experiencia de conocer, fotógrafiar y acariciar al simpático delfín, que se ha robado el corazón de locales y turistas, y disfrutaron la belleza natural del paisaje que lo rodea.
En Topolobampo el grupo fue atendido por el Director de Turismo en la zona norte, José Domingo Vázquez Márquez y Roberto Gámez, jefe del departamento de Desarrollo Turístico de Sectur Sinaloa.
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El Pechocho prefiere la compañía de los humanos, a quienes diariamente espera en su hábitat por elección. Rodeado de mangle rojo, el delfín suele aparecer ante la gente que a bordo de la lanchas, llega a conocerlo, acariciarlo y decirle frases de cariño.
El delfín se deja querer, se acerca, y gira para quedar de cara al sol, mientras los visitantes le acarician el lomo.
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