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Los Mazatlecos de la era decimonónica nos heredaron dos grandes legados:
- Uno, representado por grandes obras, mismas que su finalidad era apoyar el desarrollo de la comunidad de las épocas en que se construyeron y del futuro, tal como ahora gozamos de un Centro Histórico y los Paseos: Claussen, Olas Altas y del Centenario, por mencionar solamente algunos
- El otro, por anteponer el espíritu del altruismo al de los intereses particulares
- En la actualidad ninguno de esos dos valores está presente. Ahora todo es culto a la personalidad y beneficio mercantil
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Admiración por las Mujeres y Hombres que nos legaron el Mazatlán actual
Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 13 de mayo de 2021.- Cada que con tranquilidad y todo el tiempo del mundo me pongo a admirar la grandeza de algunos de los muchos legados que nos heredaron los mazatlecos de la era decimonónica, crece mi admiración por ellos.
Son muchos los ejemplos de la grandeza de estas personas, mujeres y hombres, en esta ocasión el tema es ese magnífico espacio público en donde se asienta la explanada Sánchez Taboada, la cual es en realidad un conjunto de dos glorietas.
Aunque en esta ocasión, quien esto escribe se referirá a la Glorieta Redo, la cual no me canso de admirar y de pedir a todos que la cuidemos, que la valoremos, que no la destruyamos en aras de un comercio que crece de manera deforme y sin control.
Este sitio ya quisieron cientos de destinos turísticos del mundo tenerlo, y les aseguro que aquellos que lo tuvieran lo cuidarían como lo que es: un legado histórico y un súper atractivo turístico y escénico.
Este espacio que es parte de las conmemoraciones de la Independencia de México, por tanto tiene un gran valor histórico y está enclavado en una zona que cuando se construyó fue prácticamente una hazaña haberlo construido ahí. Pero valió la pena el gran sacrifico y esfuerzo, ya que ahora es un lugar escénico de primer mundo.
Me llama también la atención, que en aquellas épocas los mazatlecos acaudalados, donaban muchas obras y terrenos para la comunidad, a diferencia de ahora que es todo lo contrario, ya que en lugar de donar obras, quienes pueden hacerlo, se apropian de los sitios históricos o los absorben para sus negocios.
Ojala y el presente sirva para que reflexionemos al respecto y no digo que las personas donen nada, Sino que por lo menos devuelvan los sitios que son en realidad patrimonio de todos los mazatlecos, sinaloenses y mexicanos.
Para que tomemos un poco más de conciencia sobre lo que digo, le pedimos al Cronista Oficial de Mazatlán, Enrique Vega Ayala, que nos escribiera algo sobre este conjunto de glorietas y a continuación les dejamos su valiosa aportación:
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De la aristocrática glorieta Redo a la popular “Del clavadista”
Por: Enrique Vega Ayala Cronista oficial de Mazatlán
En 1910, con motivo de las celebraciones del centenario del inicio de la lucha armada por la independencia de México, en Mazatlán se realizaron una gran cantidad de actividades y se desarrollaron algunas obras de ornato relevantes. Una de las más importantes fue la apertura del Paseo que luego fue denominado Claussen en honor de quien presidía la Junta de Mejoras, un empresario de origen alemán don Jorge Claussen.
Esa obra consistió en el acondicionamiento del difícil camino de acceso para convertirlo en una calle para facilitar el acceso de los mazatlecos a esa zona de las estribaciones del Cerro de la Nevería y para garantizar el tránsito de vehículos propios de esa época. Para volver más atractivo el paseo se efectuaron trabajos para disponer de un par de miradores en sendas rocas elevadas ubicadas junto al mar. Se fabricaron los accesos con terraplenes y aplanados hacia y en la zona que hoy llamamos Glorieta Sánchez Taboada; para el uso de las rocas en cuestión como miradores, se construyeron escalinatas y se colocaron bancas y barandales en sus cimas, preparadas para el efecto.
El costo de las obras específicas de arreglo de los miradores fue financiado por dos familia mazatlecas acaudaladas: los Redo y los Cannobio. Por lo vistoso de la escalinata, la de Redo ha sido siempre la más fotografiada y es una de las imágenes más usadas para simbolizar los atractivos turísticos de nuestro puerto.
Ambas glorietas fueron bautizadas de origen con los nombres de los dos principales héroes de la independencia, según la historia oficial, Hidalgo y Allende. Todavía la denominación de ésta última persiste en la placa conmemorativa, que se conservan junto a la escalera, donde se rememora también la aportación de los Cannobio para su realización. En el caso de la glorieta Redo los ornatos antiguos se perdieron, lo mismo que el barandal de la escalinata. Sin embargo, es probable que por el uso simbólico de esta glorieta se haya conservado, en la tradición oral, la denominación alusiva a la familia del que fuera el último gobernador porfirista de Sinaloa; mientras que, a pesar de la permanencia de la placa respectiva el apelativo de los sufragantes de la otra quedó en el olvido. Por supuesto, los nombres oficiales no pegaron en el inconsciente colectivo como topónimos de semejantes sitios.
Hacia mediados de los cincuenta del siglo XX se efectuaron las obras para remodelar el Paseo Claussen. El crecimiento de la ciudad y la naciente “vocación” turística reclamaban el mejoramiento del área y su uso como malecón espectacular, que adicionalmente sirviera para comunicar la parte vieja de la ciudad con el área de eventual desarrollo turístico ubicada en el rumbo de la playa norte.
Originalmente la ampliación de la avenida costera, por lo menos en su tramo desde el llamado balneario Mazatlán (situado a la altura donde hoy está el parque Martiniano Carvajal) hasta la confluencia con la calle Zaragoza (a la altura del hospital civil, ahora derruido), mientras estuvo en proyecto se conoció por otros nombres; sin embargo, terminó siendo una extensión natural del Paseo Claussen y conservó esa denominación en todo su nuevo recorrido.
La explanada de distribución para las glorietas fue remodelada en esos años y poco después bautizada como Sánchez Taboada para homenajear al General Rodolfo Sánchez Taboada, Secretario de Marina quien murió en funciones; y quién había fungido como primer líder del PRI, luego de que le cambiaron el nombre al PRM.
Igualmente, por esa época fue cuando se perdió definitivamente el barandal de la escalinata de la Redo y con el paso de unos cuantos años, tal pérdida se justificó cuando su uso como “quebradita” (en alusión al uso anterior de La Quebrada en Acapulco para el espectáculo de clavadistas), daba un aire riesgoso, adicional, a la subida ya sin pasamanos.
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