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Seleccionado como uno de los cinco casos de éxito en turismo rural de Latinoamérica, la joya de la Zona Trópico es magistralmente presentada por el Dr. Marcos Gabriel Osuna Tirado gran creador de este proyecto
- El Foro “Gobernanza, desarrollo rural sostenible y participación comunitaria en turismo” se celebra en el marco de la 40 Edición del Día Mundial del Turismo que este 2020 lleva por lema: “El Turismo y el Desarrollo Rural”
Mazatlán, Zona Trópico, Sinaloa, México, a; 26 de septiembre de 2020.- Esta mañana, el Dr. Marcos Gabriel Osuna Tirado, líder del turismo rural en Sinaloa y creador del concepto: turístico-gastronómico-rural, mundialmente reconocido como El Quelite, en el marco de los festejos del día mundial del turismo 2020, que precisamente lleva por lema: “El Turismo y el Desarrollo Rural”, presento al Pueblo Señorial sinaloense como uno de los cinco casos de éxito de Latinoamérica.
El promotor turístico quelitense compartió esta gran deferencia con los representantes de los otros cuatro proyectos rurales latinoamericanos, siendo estos: Uquía Quebrada de Humahuaca Jujuy de Argentina, Parque Nacional Torotoro de Potosí de Bolivia, Coliasuyo Sur-Exploración Inca de Perú y Finnca de la Briyeka Coche de Panamá.
En verdad, que todos los Quelitenses se tienen muy merecida este reconocimiento, mismo cobra gran relevancia ya que en esta edición del Día Mundial del Turismo, la sede no fue como tradicionalmente se venía llevando a cabo en un país, sino que por primera vez la sede es una región y esta región es conocida como Mercosur, mismo que está integrado por los siguientes países: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con Chile como observador. Y el que un proyecto turístico rural como lo es El Quelite haya sido seleccionado entre los cinco casos de éxito de la vastísima y diversificada región que Latinoamérica, no es cualquier cosa. Por el contrario, es un verdadero triunfo.
Pero dejemos de hablar sobre el tema, y mejor permítanos presentarles el mensaje que dio en su internación el famoso mundialmente “Marcos Osuna:
- Intervención del Dr. Marcos Gabriel osuna Tirado:
- “Gobernanza, desarrollo rural sostenible y participación comunitaria en turismo”Sábado 26 de septiembre de 2020.
- Hora. 08:00.
- Tipo Virtual
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Soy el Dr. Marcos Gabriel Osuna Tirado, y para todos ustedes Marcos
Es en verdad para mí un honor el poder compartir en este foro virtual la Experiencia Rural “El Quelite”, más aún cuando esto se da en el marco de la celebración del Día Mundial del Turismo 2020, la que lleva por lema: “El turismo y el Desarrollo Rural”, con lo cual, a nivel global, se reconocen los esfuerzos que venimos haciendo en las comunidades rurales del mundo para, en ellas, mejorar la calidad de vida de quienes ahí habitamos y preservar nuestras costumbres y medio ambiente.
Celebro con humildad que en este Foro denominado “Gobernanza, desarrollo rural sostenible y participación comunitaria en turismo”, que nuestro esfuerzo sea puesto en consideración como un caso de éxito al lado de otros que se han generado en Latinoamérica tales como: Uquía Quebrada de Humahuaca Jujuy de Argentina, Parque Nacional Torotoro de Potosí de Bolivia, Coliasuyo Sur-Exploración Inca de Perú y Finnca de la Briyeka Coche de Panamá., a todos sus representantes les doy mi reconocimiento y les aplaudo.
Auto Presentación:
Permítanme que antes de entrar al tema central de mi participación, me auto presente, lo cual no lo haré con ningún afán protagónico, sino para que se pueda entender mejor mi involucramiento con el caldo de cultivo de “El Quelite”, y es que Marcos es un genuino hijo de la ruralidad sinaloense y, por ende, mexicana, en tal virtud, la propia ruralidad en que nací, me desenvolví y en la actualidad la sigo experimentando, ha sido la gran fuente que me nutrió de las grandes fortalezas que tenemos quienes vivimos en esta zonas, pero al mismo tiempo y de manera cruda nos nutre de la debilidades que permean en la misma.
Para quienes como yo, hemos tenido la fortuna de ser hijos del ruralismo, sabemos que la naturaleza, en todos sus sentidos, es parte fundamental de nuestras vidas, desarrollo cultural y económico. Sabemos que si atentamos en contra de la misma, lo estamos haciendo en contra de nosotros mismos.
También conocemos a la perfección los ciclos que rigen a la misma, los que son extraordinariamente perfectos, pero a la vez, muy vulnerables.
Conocemos los susurros del campo, los ciclos temporales, lluvia, sequía, bonanza, estrechez y todo ello es parte de nuestra sostenibilidad, y es así como para quienes somos rurales de nacimiento, sabemos perfectamente que la naturaleza es nuestra fuente de vida y que no podemos alterarla más allá de los límites propios de sus ciclos normales, so pena de le causamos enormes daños a todo el ecosistema.
En esa misma ruralidad, también nos nutrimos de las grandes desigualdades que privan en nuestras zonas de vida, de las dificultades económicas, sociales, de salud y culturales, las cuales son percusores para generar los desequilibrios que tanto lastiman, traducidos estos en: migraciones permanentes del campo a la ciudad, aspiraciones a conductas antisociales, entre muchas más.
Por otro lado, la ruralidad también nos nutre de las negativas formas en que nos ven los citadinos cuando tenemos que vivir en las grandes urbes, pero este comportamiento nos fortalece y nos hace apreciar aún más nuestra forma de vida, nuestra cultura, nuestro entorno natural, nuestra ruralidad.
Todo lo anterior fue la fuente de inspiración que hace poco menos de 30 años me llevó a considerar hacer una transformación en mi poblado natal.
Tomando en cuenta que para esas fechas la migración de nuestros jóvenes y adultos era alarmante y que no podíamos ni culparlos, ni criticarlos, dado que las posibilidades de desarrollo que tenían en su población natal, eran, por decir lo menos, insuficientes.
En tal sentido me cuestionaba una y otra vez el qué hacer para revertir la situación. Al mismo tiempo, a tan solo 45 Kms., de El Quelite se localiza el gran desarrollo turístico conocido como Mazatlán, mismo que desde siempre ha sido un gran imán de atracción de visitantes y como consecuencia de ello fue desarrollando toda una industria del turismo basada en la belleza de sus playas, se especializó pues en sol y playa, que era lo que en esas épocas aprovechaba Mazatlán y estaba de boga en el mundo.
Con el tiempo, me fui dando cuenta que Mazatlán necesitaba ampliar, vía la diversificación, su oferta de atractividad, dado que también por esos años se puso en moda el cuidado de la piel ante la exposición al sol, lo que está íntimamente ligado al turismo de sol y playa.
También me di cuenta que muchos de mis coterráneos laboraban en distintas ramas del turismo en Mazatlán, particularmente mujeres. Y esto último se puede decir que fue la chispa que motivó la transformación que requería El Quelite.
Me di cuenta, que en El Quelite y toda su zona de influencia, contábamos con grandes oportunidades para convertirnos en un atractivo turístico alternativo de Mazatlán: en primer lugar nos encontramos en el corazón de la Zona Trópico, conocida también como Trópico de Cáncer, eso por si solo ya nos da un marco diferencial generoso, y es que gracias a esa ubicación aquí las cosas suceden, si bien es cierto igual que en todo el mundo, pero distintas, dado que aquí hasta los rayos del sol caen de manera diferente que en otras regiones y eso influye en todo lo que aquí habita y vive. Nada escapa a esa influencia y es gracias a esas influencias tropicales que todo aquí tiene ese toque tropical tan distinto al de otras latitudes del planeta.
Incluso, es tan fuerte la influencia, que nos impacta a los humanos en nuestra forma de ser y comportarnos, en nuestro modo de expresarnos, en nuestra cultura, en nuestra música, en nuestra comida, en nuestras bebidas, en fin, en todo.
Otro factor que influyó para la transformación de El Quelite lo fue; que en esas fechas y ahora, la vida continúa igual que desde sus más remotos orígenes: gente buena y hospitalaria, costumbres arraigadas, convivencia con la naturaleza, cocina de las abuelas, y mucha naturaleza. Aunado a lo anterior, El Quelite es un poblado que conserva una arquitectura vernácula mexicana muy típica y propia de la región tropical e historia de la cual nos enorgullecemos y nos da identidad.
Todo lo anterior y un gran deseo de transformar a nuestro poblado, de gran exportador de migrantes, a una fuente de oportunidades y riqueza, fue lo que me motivó a acariciar la idea de convertirlo en base de sus bondades en un destino turístico rural alternativo de Mazatlán.
Hasta esta parte les he descrito los factores que motivaron el que hoy en día El Quelite sea considerado un caso de éxito del turismo rural y gastronómico. Es decir, ya les di a conocer el arsenal de atractivos potenciales con que contábamos en esa ya lejana fecha.
Y las preguntas que rondaban en mi mente en esas fechas eran: ¿qué hago con todo esto? ¿Cómo lo visto para hacerlo atractivo al turismo? ¿Le resultará del interés a los turistas? ¿Mis coterráneos se sumarán al proyecto? Entre muchas más que no me dejaban ni dormir.
Ya se imaginarán lo que pensaban de mí en esas épocas, por un lado mis coterráneos, quienes lo menos que decían de mí era: “el Marcos se volvió loco. Mira que querer traer turismo a El Quelite”. Por el otro, los mazatlecos y en particular los operadores turísticos que cuando les planteaba el tema, hasta se carcajeaban de mí y del proyecto. Pero como decimos por acá: “nunca falta un roto para un descocido” y una autoridad, perdónenme que no dé nombres, pero sería irresponsable de mi parte el por error omitir el nombre de alguna de las decenas de personas que me han apoyado para cristalizar este proyecto, así que deben saber que gracias a muchas personas fue posible todo esto.
Esa autoridad que les mencioné fue quien me motivó a seguir adelante, me impulsó, incluso me hizo ir a Europa a conocer lo que allá sucedía en materia rural, con lo cual fortalecí mi convicción.
Esta misma autoridad también hizo posible que contactara a un experto en turismo español, del cual y por las mismas razones omitiré su nombre, pero debo de reconocer que fue mi gran maestro para darle forma a todos los condimentos que tenía para la preparación de El Quelite Rural Turístico.
Este conocimiento llevó a que entendiéramos las motivaciones de eses fechas y futuras de los turistas, lo que ahora llaman tendencias y nos dimos cuenta de que no estábamos equivocados, incluso que estábamos en el camino correcto.
Lo que vino después fue una enorme labor para poner en marcha todo el proyecto, que fue desde convencer a los pobladores, a los productores del campo en todas sus variantes, a las autoridades y a los operadores turísticos de Mazatlán. No fue una tarea fácil lo anterior, pero poco a poco logramos convencer a todos que era en beneficio común y es de esta manera que en el caso de los pobladores, muchas mujeres y hombres se decidieron a ser parte del proyecto gastronómico el en ese tiempo naciente restaurante El Mesón de los Lauréanos, otros más se sumaron a las tareas de embellecimiento del pueblo, los productores por su parte, se sumaron a la proveeduría de insumos lo más orgánicos posible y se comprometieron a ir reconvirtiendo sus productos.
Por otro lado, quienes no se sumaron a la gastronomía, ni a la proveeduría, lo hicieron mejorando su postura de atención a los visitantes y del cuidado y mantenimiento de sus hogares y frentes de casa.
En el caso de los operadores turísticos de Mazatlán y los mazatlecos, los primeros muy pronto vieron que la idea de El Quelite turístico era una realidad y que atraía a los turistas, es decir, cambió totalmente su posición de incredulidad a la de comprensión y suma de esfuerzos. En cuanto a los mazatlecos, estos empezaron a ver a El Quelite como un destino gastronómico a visitar.
Este proceso fue también de prueba y error, y es que la verdad las cosas empezaron a ir muy bien, por tanto, tuvimos que hacer ajustes acelerados, acondicionarnos a la realidad, no es fácil en un entorno rural satisfacer las expectativas de los visitantes, menos aun cuando la demanda se desborda.
Pero debo de reconocer que con mucha voluntad y ganas de hacer las cosas, los miembros de la comunidad fuimos perfeccionado el servicio y resolviendo los problemas que se nos iban y presentan aún en la actualidad.
Un factor que es importante mencionar es el de gestionar mejoras a la comunidad. Yo no sé cómo lo hagan en los países que también concurren en este foro. Pero aquí en México no es una tarea fácil, más por la tramitología y la falta de conciencia que por otras cosas. De tal suerte que uno como promotor de este proyecto, se convierte además en gestor de proyectos o recursos como algunos le llaman. Y esta es una labor aún más difícil que la propia del proyecto, dado que uno no está acostumbrado a las formalidades de la burocracia y tampoco nos regimos por los tiempos de la misma, pero si de verdad quieres que el proyecto alcance los niveles de su real potencialidad, pues tienes que enfrentar todo esto y resolverlo, no claudicar ante tantas “trancas” como decimos acá, sino saltarlas una y otra vez.
En estos casi 30 años de experimentar en El Quelite el turismo gastronómico y rural, hemos sido testigos y protagonistas de grandes cambios tanto para nuestra población como para quienes la habitamos y para quienes nos visitan.
Los cambios que apreciamos en la población son verdaderamente impactantes, de ser hace casi 30 años técnicamente un poblado risueño, pasó a ser una población con gran atractivo turístico, con una identidad propia y con vías de comunicación modernas.
En cuanto a la población, todos, absolutamente todos, de una manera u otra hemos recibido beneficios de este proceso de reconversión, unos de manera directa, otra indirecta y otros más como producto de las bondades del turismo reflejadas estas en apoyos a escuelas, obras, entre muchas más.
Algo importante de destacar es que algunos productores locales se han visto beneficiados al poder vender gran parte de sus productos aquí mismo en la población y otros hasta el cien por ciento de su producción la venden aquí. También es de destacar que la acelerada migración de la comunidad a las ciudades se amortiguó bastante y se crearon nueva oportunidades para los jóvenes y en particular para las mujeres.
Lo que Ofrecemos a los Visitantes
Les damos a conocer que estos viajes o estancias en las comunidades rurales hace que los niños vean y disfruten de la avifauna y que practiquen la observación de aves. Que hagan paseos a caballos, el cómo se transforma la leche en queso, jocoque, requesón, mantequillas, la diferencia de la leche natural y todos sus derivados.
También les llevamos a conocer la herbolaria de yerbas autóctonas y sus aplicaciones terapéuticas.
Mención especial recibe la interacción de los niños rurales con los citadinos, mediante la cual los citadinos descubren juegos de los niños rurales como el “chinche alaagua” entre otros.
En esta experiencia de viaje denominada El Quelite nuestros descubern la delicias de la cocina rural, con imbuidas de sabores y olores de nuestras regiones.
O experimentan cosas como el ir a ordeñar una vaca o una chiva. Conocen el color del ganado, ven las luciérnagas en la noche, o aprecian cielos estrelladlos y amaneceres de ensueño, escuchan el canto de aves nocturnas.
En su aventura por El Quelite, quienes nos visitan descubre un ambiente más limpio, aire más puro, las leyendas e historias viejas que se platican y entretienen al, disfrutan de nuestra música de banda, nuestros bailes, en fin, es una gama muy amplia de atractivos, comidas, postres y todo lo anterior se hace posible luego de una gran labor evaluación, de diseño y de poner en valor cada uno de los productos señalados.
Es, pues, aprovechar todas nuestras fortalezas naturales y desarrollar un gran producto turístico diversificado, basado principalmente en su gastronomía tan natural, la que ofrecemos con recetas de nuestras abuelitas.
Pero de nada sirve todo lo anterior si al mismo tiempo no llevamos a cabo una enorme labor de concientizar a la población sobre lo importante que es atender muy bien a un turista que generalmente nos trae beneficios.
Mediante esta labor de concientización, buscamos que el turista siempre encuentre a quien les hable de leyendas, de recuerdos bonitos de nuestra infancia y de las cosas que sin comunes en nuestras comunidades.
Otra gran labor permanente es la de ofrecer a la población talleres para formación de guías rurales, dar clases de inglés y hacer eventos, excursiones y eventos culturales y de esta manera generar capital humano capacitado, pero sobre todo desarrollar en nuestra niñez más y mejor intelectualidad.
De acuerdo a sondeos de opinión hechos a los visitantes, y dicho por ellos mismos, el beneficio más notable que reciben es que experimentan grandes sensaciones nostálgicas y de contacto con la naturaleza y es que la mayoría de las familias mexicanas cuentan con raíces que están estrechamente ligadas a las zonas rurales mexicanas, y aquí, en El Quelite, remueven esos recuerdos de los abuelos, los padres o los amigos del campo, lo que se acrecienta al ver casas y calles muy limpias, con grandes y olorosos jardines, gente sin prisas y degustan de platillos con las recetas de las abuelas en un lugar sensacional.
En realidad todo les resulta una gran experiencia cuando visitan El Quelite.
En resumen, en El Quelite estamos seguros que le éxito que hemos obtenido se deriva en que se fundamentó en las bases sólidas de su esencia, o sea, no copió otros modelos que pueden estar de boga en otras partes del mundo, pero que no aplican específicamente acá.
También porque surgió en los preciso momentos en que las tendencias turísticas estaban ya en plena transformación y supimos subirnos a esa ola. Otro factor es que involucramos las necesidades apremiantes de la población como objetivos a resolver, y que tomamos en cuenta a los pobladores para desarrollar nuevas oportunidades de trabajo, aquí es muy común que las amas de casa sean ahora cocineras u operadoras de un negocio.
Los jóvenes también han sido parte de esta gran revolución y son ellos los que tarde que temprano darán el otro salto.
Los adultos mayores y las madres, así como los niños, son también parte del éxito de El Quelite a quienes en días especiales se les apapacha.
Y ese es el resumen de casi 30 años de historia de El Quelite en su modalidad de Producto Rural Turístico.
Muchas Gracias
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