Agricultura

Las Pitahayas del Pueblo Señorial de San Ignacio

By Héctor Lizarraga

June 05, 2019

La venta de este exótico fruto tropical es una fuente de empleo temporal en San Ignacio

Texto, fotografía y video: Carlos Piña y Mazatlán Interactivo

San Ignacio de Loyola, Pueblo Señorial, Zona Trópico, San Ignacio, Sinaloa, México, a; 4 de Junio de 2019.- Su sabor es dulce, su pulpa color rojo y con pequeñas semillas negras, mientras que el color de su cáscara es verde, con pigmentos café y hasta rojo, así es la fruta, cuya venta desde principios de mayo se convierte año con año en una fuente de empleo para decenas de familias del Pueblo Señorial de San Ignacio.

Muchas familias de escasos recursos esperan con ansias la llegada de la mitad del año, debido a que esta fruta silvestre, representa para ellos una entrada de dinero, que les sirve para incrementar sus ingresos económicos.

Cada año, durante esta época, en los meses de mayo y junio, las calles de la cabecera municipal se “inundan” de vendedores de pitahayas, personas adultas, hombres y mujeres y hasta niños, por lo que con la venta de esta fruta exótica, muchas familias pueden tener un ingreso extra para sus hogares.

El costo de esta pequeña fruta roja varía, por lo que al principio de la temporada, el costo de la pequeña “cubetita” de 4 kilos puede llegar hasta los 170 pesos, pero mientras avanza la temporada y ésta es más abundante, el costo disminuye hasta lograr comprarlas en 100 u 80 pesos.

Para decenas de familias de la cabecera municipal y de comunidades cercanas, esta actividad es una fuente de empleo que viene a mejorar su economía familiar, debido a que la mayoría de las personas que se dedican al corte de la pitahaya, son de escasos recursos.

Los hombres y mujeres son quienes de madrugada van al monte a realizar el corte de las pitahayas, quienes tienen que tienen que caminar varios kilómetros hasta poder llegar al lugar donde se encuentran los pitayos, debido a que algunas son cortadas cerca de la cabecera municipal o de comunidades como Las Lajas o Los Humayes.

Para poder realizar esta actividad, las personas se ayudan de grandes latas, cortan las pitahayas, para después quitarle las espinas que tienen a su alrededor y las colocan en cubetas para su traslado y venta por la mañana.

Doña Inés Madriles, es una de las mujeres que vende sus cubetitas de pitahayas en la plazuela principal, quien señala que en días pasados logró vender hasta casi 20 cubetitas de pitahayas, calificando como un buen negocio la venta de pitahayas.

“Mucha gente le saca a ir a cortar las pitahayas, porque se tiene que ir de madrugada o muy tempranito, además que para poder llenar una cubeta grande de pitahayas se tiene que subir y bajar varios cerros y es cansado para quienes no están acostumbrados a andar en el monte y en el sol”, señaló la vendedora.

Elizabeth, otra de las vendedoras, dijo que ella les vende las pitahayas a otra señora y ella gana al día hasta más de 600 pesos, que para ella es de gran ayuda, ya que tiene varios hijos pequeños que mantener.

A esta fruta, que crece en zonas serranas y áridas, algunas personas le atribuyen propiedades afrodisiacas, y de acuerdo al significado etimológico de la palabra Sinaloa, proviene de dos vocablos de la lengua cahita; Sina, cuyo significado es pitahaya y Lóblola, que significa redonda, por lo que etimológicamente Sinaloa, significa: pitahaya redonda.

Don Roberto y su esposa Cecilia, viven en Culiacán y desde hace tres años no venían a San Ignacio a comprar pitahayas y aprovecharon para poder llevarles a sus familiares varias cubetitas, ya que consideran que las de la cabecera municipal son las mejores en comparación a otros municipios.

“Ya teníamos como tres años que no veníamos a San Ignacio y vemos que ha cambiado mucho, así que también aprovechamos para conocer los nuevos lugares que hay para poder visitarlos y conocerlos, como el parador que está en La Mesa y el Callejón del Beso”, señaló Don Roberto Becerra.

La venta de la pitahaya en este Pueblo Señorial, viene a darle vida a la cabecera municipal, ya que muchas personas de otros municipios, principalmente Mazatlán y Culiacán, acuden a comprarla, debido a que es uno de los pocos municipios donde abunda esta fruta y hasta es procesada en paletas como lo hace Helados del Pueblo, que es una empresa originaria de la sindicatura de San Javier.

Alberto Torrero, dueño de Helados del Pueblo, señala que uno de los sabores que más se vende en esta temporada del año, es el sabor de pitahaya, por lo que año con año tienen que comprar mucha fruta para poder tenerla en el mercado para el resto del año.

La temporada de las pitahayas culmina con la llegada de las lluvias, por lo que esta fuente de empleo termina en el mes de junio, cuando se presentan las primeras lluvias del año.

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