Historia

115 del Mercado Pino Suarez Mzt

By Javier Mayorquín

May 05, 2015

  
Clebrando los 115 años del
Mercado Municipal Pino Suárez de Mazatlán

>>> Se edificó utilizando las mismas técnicas que 7 años antes se emplearon en la Construcción de la Torre Eiffel

>>> 5 de mayo de 1900 fué el primer dia que abrió sus puertas el mercado a 115 años de su fundación sigue operando como tal y siendo admirada su estructura

El 5 de mayo de 1899 el Gobernador del Estado de Sinaloa, Don Francisco Cañedo asistió a la inauguración del entonces llamado Mercado Manuel Romero Rubio, pero desacuerdos entre los locatarios que ocuparían el inmueble impidieron que se abrieran las puertas y no fue hasta un año después, el 5 de mayo de 1900 cuando los mazatlecos por fin tuvieron su mercado.

El Ayuntamiento de Mazatlán era el más rico del país, por eso podían las autoridades de la época echarse a cuestas la tarea de edificar un nuevo y moderno mercado, que se construiría siguiendo las modas francesas que en todo el país impulsaba Porfirio Díaz. Eran tiempos de paz y tranquilidad porfiriana. La élite porteña creía incluso que Porfirio Díaz tendría alguna inclinación personal en favorecer a la Perla del Pacífico, aunque nunca fue así. Los antecedentes de este mercado era que en 3 lugares se desarrollaban los baratillos, lugares en donde se ofertaba todo tipo de productos, y en donde incluso se sacrificaban puercos, reses y otros animales para vender sus carnes. El primer lugar estaba situado en un predio en donde ahora es la Plazuela Zaragoza, después el Mercado Público se instaló en un predio cercano al Templo de San José, en donde ahora es la Plazuela de los Leones; pero al paso del tiempo el crecimiento de la ciudad obligó a la instalación de un nuevo baratillo, que se instaló frente a la Casa Municipal, en donde hoy es la Plazuela República. En estos lugares, como en todo baratillo, predominaban el desorden comercial y los malos olores.

El primero de Julio de 1895 regidores integrantes de la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento presentaron ante el Cabildo la iniciativa para construir un nuevo mercado, amplio, higiénico, cómodo, seguro y con ventilación adecuada. La Comisión presentó cuatro opciones para que el Ayuntamiento en Pleno seleccionara el sitio en donde se instalaría el nuevo mercado.

Después de revisarse cada uno de los lugares, se optó por que el edificio quedará en donde estaba la Plaza de Toros Carnaval, que era una vieja construcción de madera.

Los planos y presupuesto del proyecto fueron expuestos al Cabildo el 2 de marzo de 1896 por los señores Loubet y Compañía. La obra tendría un costo de 116 mil 453 pesos 40 centavos.

Y fue precisamente el señor Alejandro Loubet, gerente de la Fundición de Sinaloa, quién por encargo del H. Ayuntamiento diseño y construyó el Mercado Municipal.

El nuevo Mercado Municipal de Mazatlán sería un edificio construido en hierro y acero, basado en el estilo Art Nouveau y utilizando las mismas técnicas que 7 años antes se emplearon en la Construcción de la Torre Eiffel. Este edificio representaba el progreso y refinamiento cultural de aquella época, pues según señaló el constructor de la obra, ésta habría de marcar en la Historia de este Municipio el primer paso dado por un Ayuntamiento tan enérgico como ilustrado, y marcaba a la Ciudad como el centro de comercio y de industria más progresista del país.

En su edificación quedaron las huellas del pasado ostentoso: aquél era un coloso de hierro; pero, a diferencia del proyecto original, su terminación demostró que ya Mazatlán no era lo que había sido. A final, los detalles arquitectónicos de más realce fueron eliminados, por razones económicas: quedo sin mármoles ni vitrales coloridos.

En esta obra se utilizaron:

143 mil kilogramos de hierro fundido
113 mil 370 kilogramos de acero doble “T”, “U” y “ANGULAR”
28 mil kilogramos de hierro forjado
49 mil 530 kilogramos de láminas de hierro acanalado para techos
584 metros cúbicos de mamposteria

El techo, dividido en dos naves, descansa sobre 29 columnas de hierro fundido de 9.11 metros de altura.

A este nuevo edificio se le denominó Manuel Romero Rubio en honor al entonces Ministro de Gobierno y suegro de Porfirio Diaz, fue inaugurado el 5 de mayo de 1899 por el General Francisco Cañedo Gobernador Porfirista de aquella época, el mercado generaba un parteaguas en el comercio local: los abasteros contarían con mostradores de mármol, traído de Estados Unidos, las mesas de pan tendrían su vidriera, y un aparador con puertas corredizas para el pan común. Ya no habría ese manoseo asqueroso que con vergüenza se había tolerado.

Con el nuevo mercado, o “Palacio de Hierro”, como también llegaron a llamarlo, cambiaron las cosas. El Ayuntamiento emitió nuevas ordenanzas en donde exigía a los comerciantes la presentación semestral de un certificado médico en donde quedaría demostrado que no padecían ninguna enfermedad repugnante o contagiosa, debiéndose además cuidar el aseo en sus personas y en sus ropas, se prohibía también vocear con gritos destemplados y usando palabras en doble sentido, faltar a la consideración y el respeto a los consumidores.

Al pasar los primeros cinco años de funcionamiento del Mercado Romero Rubio, este presentó sus primeros problemas: las mesas empezaron a descarapelarse, el mármol empezó a caerse, los pasillos se inundaron de basura, y en general el inmueble presentaba grasa y tierra por varias partes, situación que obligó a las autoridades a limpiarlo con la ayuda de voluntarios.

El 14 de Febrero de 1915 y luego del triunfo de la Revolución Constitucionalista en contra de Victoriano Huerta, se decretó el cambio de nombre del inmueble que de llamarse Romero Rubio pasó a ser el Mercado José María Pino Suárez, en honor del vicepresidente de México que en febrero de 1913 fuera asesinado junto con Francisco I. Madero, un año después de haber visitado Mazatlán para inaugurar el tramo ferroviario de Tepíc a esta Ciudad.

52 años después, en 1951 el Mercado Pino Suárez, sufrió una gran modificación. Con la intención de modernizarlo, el gobierno municipal que presidía Amado S. Guzmán pavimentó las calles que lo rodean y levantó un anexo de cemento y ladrillo sobre la antigua explanada, éste cubrió la fachada poniente del mercado. La ampliación fue destinada a la instalación de servicios de restaurante en la planta alta y otros puestos en la parte inferior, que fueron divididos por un pasillo al que denominaron Enrique Mora, en honor al autor del vals Alejandra.

 

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