>>>Las personas dejamos sentir que tenemos derecho a la flojera y que es una obligación el ejercerla >>>“Por más tiempo que estudie con el tiempo se dará perfectamente cuenta que siempre tendremos lagunas mentales en conocimientos. >>>Pasamos la mayor parte de la vida recibiendo información falsa y no contamos con tiempo para verificarla. Por: MC Ramón Larrañaga Torrontegui
Mazatlán, Sinaloa, Mexico, julio del 2015.- A medida que crecemos, nos vamos involucrando en ese mundo desgastante que nos somete mediante el miedo al futuro a comprar o acumular bienes, como mediada para encontrar confianza en lo que somos y deseamos vean en nosotros. Conforme acumulamos años en edad, aprendemos a predecir el futuro, posponer los momentos en donde al gastar dinero nos daríamos un gusto y a situarnos en él en un futuro de comprar cosas para el futuro, ahorrar para comprar un coche en un año. Nos acostumbramos a actuar ahora esperando resultados que llegarán después de un tiempo. Y por tanto a también aprendemos retrasar las satisfacciones que la vida nos ofrece por miedo al futuro. Está demostrado que la principal limitante del ser humano es su miedo y repetimos sin sentido lo que otros hacen “Imitamos” (Por miedo) Imita al marido, a la esposa, a los hijos, a los hermanos, a los amigos, etc. etc. etc. Los padres, la familia, la sociedad nos enseñan a repetir, a copiar sin pudor y gozamos al ser comparados después de una imitación con la otra persona. Son reglas, tradiciones, temores que inician con miedo al regaño. Copiamos el vestir, el hablar, las costumbres, los vicios, lo absurdo repitiendo en el tiempo. No pensamos, tomamos lo que nos ofrecen y está disponible sin importar su verdad para que sin temor coreemos. Vivimos apegados a las cosas repetitivas, al dinero, a la intriga, la envidia, el deseo insaciable de ganar posiciones, hacerse sentir, etc. etc. Repetimos lo caduco, lo degenerado. Pasamos la mayor parte de la vida recibiendo información falsa y no contamos con tiempo para verificarla. Esto nos embotella las ideas, nos hace creer que somos pensantes sin embargo somos conservadores y reaccionarios por ese miedo a ser diferente. Los padres, el gobierno, los maestros, la sociedad nos amenazan constantemente y determina nuestro castigo. Que desgraciados somos y como nos tienen atrapados. Quisiera compartir con ustedes una de las mayores experiencias de mi vida y que ha supuesto un antes y un después a todos mis actos. Siempre tome con cariño y entusiasmo el darme mis gustos sin importar el gasto y esto me ha llevado por el camino de mantener una sonrisa ante la vida. Podrían pensar que soy distinto, pero no lo soy, simplemente me llama la atención que personas con bastantes recursos acumulados mantengan sus refrigerados sin comida o no disfruten un viaje por no gastar en ello. Mi vida es invitar a leer, escuchar música, bailar, charlar en lo típico hasta lo profundo siempre con una sonrisa. Por este tipo de situaciones nos vamos envolviendo como regalo al gusto de otras personas y nos olvidamos que como seres humanos somos capaces de todo desde romper una tabla con la mano “Karateca”, que caminaríamos sobre el fuego, comeríamos cristales, con solo cambiar la forma en pensar en la que nos envolvió la sociedad, pero justificamos con que tenemos flojera el hacerlo. La comodidad es un estado de falta de ganas o de disposición para la acción. Todos/as en algún momento sentimos flojera igual que sentimos ira, desasosiego, temor o alegría. Por eso tenemos también que aprender a relacionarnos con ella sobre todo cuando llega época de vacaciones y nos sentimos desorientados sin saber qué rumbo tomar o en que entretenernos. Se va apoderando del cuerpo esa sensación que llamamos flojera y que al final del día sabemos que es una emoción más, y como tal podemos observarla, e intentar asociarla algún pensamiento que hemos tenido. Sin lugar a dudas la flojera, siempre está acompañada de otras emociones. A veces la es no desear levantarnos a pesar de que dormimos muy bien, es algo así como una resistencia a empezar con algo nuevo, cansancio, falta de motivación, o bajo estado de ánimo. Puede ser una oportunidad para ser reflexivos, vagar sin rumbo, recorrer lugares que desconocemos o simplemente encontrar qué es lo que nos frena a actuar. El primer paso es descubrir que a pesar de ella somos capaces en hacer lo que deseamos, que no sea impedimento para buscar nuevos y atractivos alicientes para nuevos movimientos. Estos alicientes pueden ser: sentir el calor del sol, caminar por la playa, subir un cerro, bañarse en un rio, trotar, pasear en bicicleta, estirar las piernas, encontrarnos con personas que dejamos en visitar por la justificación en que estamos demasiados ocupados con el trabajo diario, el ir a saludar a conocidos. Las personas dejamos sentir que tenemos derecho a la flojera y que es una obligación el ejercerla, pero en realidad es un riesgo muy grande el cambiar el ritmo de actividad en nuestro cuerpo, como lo es el pensar que vivimos para producir riqueza material. La vida no es solo consumir, acumular riqueza, sino también pensar, disfrutar, compartir con otras personas buscando equilibrar los estados de ánimo ya que por mucho que trabajemos jamás dejaremos a nadie contento, esto es como las bodas y sus invitados en donde usted hecha la casa por la ventana y se endeuda en ello, sin embargo no faltan los que critican pero que consumen todo lo que usted podría haberse reservado para su vida futura. Por mucho que haga o deje en hacer, la vida es vivirla en equilibrio dándonos el tiempo para trabajar, para descansar, para relacionarnos, para hacer… y para no hacer. Y lea usted esto muy bien, “Por más tiempo que estudie con el tiempo se dará perfectamente cuenta que siempre tendremos lagunas mentales en conocimientos, no existe nadie que lo sepa absolutamente todo, unas personas saben más de unas cosas y otras sobre otros temas. Digamos que el conocimiento está repartido, el trabajo igual, el tiempo útil para disfrutar lo mismo. |
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